EL REGALO DEL INSULTO
Hace mucho tiempo vivió un gran guerrero, al que consideraban un maestro y pese a su avanzada edad, era capaz de derrotar a cualquier oponente que se le presentara. Un diana guerrero infame llegó al pueblo y reto en duelo al viejo guerrero. Estaba decidido a ser el primero que derrotara al gran maestro, pero este guerrero poseía una inusual capacidad para detectar y explotar las debilidades de sus oponentes. Esperaba a que su rival hiciera el primer movimiento, que revelaría una debilidad, y entonces golpeaba sin piedad, con fuerza y velocidad descomunal. Nadie había durado más allá de ese primer movimiento con él. Llegó el momento de la batalla y cuando estaban dispuestos para iniciarla, el joven guerrero comenzó a insultar al viejo maestro. Arrojó tierra y escupió en la cara de este. Durante horas lo atacó verbalmente con todos los insultos y maldiciones conocidas por un ser humano. El viejo guerrero, sin embargo, solo atinó a permanecer en su lugar, inmóvil y en perfecta calma. Finalmente, el joven se agotó de su combate, y sabiéndose derrotado, se retiró avergonzado. Las personas rodearon al viejo y le preguntaron:
-¿Cómo pudiste soportar semejante afrenta? ¿Cómo hiciste para que el guerrero abandonara la lucha?
-Y respondió el maestro - Si alguien viene a darte un regalo y tú no se lo aceptas, ¿a quién pertenece el regalo?
(Carmen María)
«Enseñanza Zen»