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  21 – EL PLAN DE VIDA – EL GUIÓN DE VIDA



Junio 03, 2020, 05:25:38 am
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Desconectado Francisco de Sales

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21 – EL PLAN DE VIDA – EL GUIÓN DE VIDA
« en: Junio 03, 2020, 05:25:38 am »
CAPÍTULO  21 – EL PLAN DE VIDA – EL GUIÓN DE VIDA

Este es el capítulo 21 de un total de 82 -que se irán publicando- en los cuales se explicarán los conocimientos necesarios acerca de TODO LO QUE HAY QUE CONOCER PARA HACER BIEN UN PROCESO DE DESARROLLO PERSONAL.


“Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez”.
(Gabriel García Márquez)


Según el Análisis Transaccional, el Plan de Vida es un proyecto dirigido al futuro pero, al mismo tiempo, viviendo el presente. Está dirigido a un futuro que ya está comenzando, o sea que no es solamente un buen propósito que se puede aplazar y aplazar a la espera de que llegue ese futuro dentro de algún tiempo.
Consiste en cambiar los Mandatos por Permisos, mediante los Permisores. (Ver el capítulo de los Mandatos)
La base es la Re-decisión, que consiste en abandonar las decisiones que uno se vio forzado a tomar en la infancia, con las cuales se elaboró el Guión de Vida, “allí y entonces”, y tomar decisiones nuevas adecuadas al actual “aquí y ahora”.
El Guión de nuestra Vida nos lo escribieron quienes nos educaron: no nos dijeron quiénes somos, sino quiénes querían que fuésemos; no nos ayudaron a prepararnos para nuestro futuro natural, sino que nos inventaron el que les interesaba o les parecía conveniente, y hasta nos inculcaron SU modo de hacerlo realidad; casi siempre nos prohibieron que fuésemos tal como somos, y nos “amaestraron”, nos hicieron autómatas en gran parte, nos llenaron de amenazas y castigos si nos salíamos del camino que ellos nos trazaron, y nos llenaron de miedos con los peligros que estaban acechándonos si dejábamos de seguir sus indicaciones.
Así hemos llegado hasta este aquí y ahora.


Se puede cambiar cualquier cosa que se quiera cambiar pero con una condición: primero hay que quererlo de un modo intensamente vivencial, como si no se pudiera seguir existiendo en el modo actual y uno quisiera salir de él a cualquier precio, como si lo presente ahogara y aplastara, como si fuésemos a morir en caso de no cambiar. Y es que, realmente, es así: seguir tal como uno está es estar perdiendo la vida o, cuanto menos, el tipo de vida al que uno puede aspirar.
No vale sólo con quejarse y sentirse víctima, porque verdaderamente uno está sufriendo o consumiendo la vida en vez de disfrutarla y está utilizando un mal modo de vivirla. Cuando esto sucede es una realidad y no sólo una sensación.


Para salirse del Guión uno debe responsabilizarse de las decisiones que tomó –más bien que le “obligaron a tomar”, pero a pesar de ello hay que responsabilizarse- en su momento, y debe hacerlo con el corazón generoso, siendo consciente de que las decisiones que tomó, fueran las que fueran, son las que tuvo que tomar o las que pudo tomar en la situación y con los acontecimientos de aquel entonces.
POR ESO NI SIQUIERA UNO MISMO TIENE DERECHO A JUZGAR, DESDE LA MENTE Y LAS CIRCUNSTANCIAS ACTUALES, A AQUEL NIÑO POR LO QUE HIZO ENTONCES.
Uno ya no es el mismo. EN AQUEL TIEMPO DE LA INFANCIA TENÍA QUE SOBREVIVIR COMO FUERA y por eso hizo lo que hizo.
Ahora es otro momento.
Ahora uno puede tener más fuerza y más claridad, por eso lo quiere resolver, pero lo ha de hacer sin buscar culpables. Más bien, agradeciendo a aquel niño su buena intención y su esfuerzo y sacrificio, porque ha permitido llegar a este aquí y ahora.


Deberá ser uno muy consciente de los mandatos, para que no le boicoteen el Plan de Vida, y deberá encargarle al Adulto la responsabilidad de su realización, pero advirtiéndole que tenga en cuenta las aportaciones positivas del Padre Nutritivo y del Niño Natural.
Uno no emprende un viaje sin saber a dónde va. Lo organiza con tiempo, prevé los sitios que quiere visitar, incluye las cosas que le van a agradar, y hace lo posible para que todo salga bien.
Pues lo mismo se debe hacer con el viaje de la vida.
Es más: es obligatorio.


En el proceso se implican diferentes estados del yo.
El Adulto, que es a quien el Yo Observador le ha hecho ver la situación, se ha dado cuenta y ha decidido cambiar, y será él quien dirija la parte práctica de todo el proceso. Tiene que ser muy riguroso con el Padre Crítico y hacerle ver que algunos de los mandatos que nos inculcó en la infancia no son válidos, son contraproducentes, y hay que cambiarlos.
El Padre Nutritivo es quien tiene que apoyar al Niño y enriquecerle. Tendrá que dar permiso al Niño para que desobedezca al Padre Crítico en lo que éste siempre le ha exigido, y para que haga alguna de las cosas que siempre le han estado prohibidas.
El Padre Crítico tiene que asumir y reconocer sus errores, y dar contramandatos para que a partir de ahora el Niño actúe de otro modo. Este permiso del Padre Crítico lo que hace es contactar con la energía retenida en el Niño Libre y liberarla.
El Niño es el responsable de pedir, sin miedo y sin censura, todo lo que necesite: compañía, caricias, creatividad, éxito, reconocimiento…
El Niño necesita sentirse suficientemente protegido para poder creer en los nuevos permisos, porque al desobedecer los mandatos anteriores va a hacer algo que es muy difícil para él; en su mentalidad, desobedecer es algo prohibido que puede ser castigado. Tiene que sentir un apoyo firme, y la seguridad de que no le va a pasar nada por desobedecer.


Los pasos son los siguientes:

1 - Conectar con el Adulto y formar alianza con él.
2 - Crear el plan, y verificar que el Adulto esté de acuerdo.
3 – Dar permiso al Niño para que desobedezca al Padre.
4 – Ofrecer protección ante las consecuencias.
5 – Reforzar diciendo al Adulto que todo está bien.


NO ES MAGIA: JAMÁS SE HACE ELLO SOLO. HAY QUE HACERLO, ESFORZARSE, Y COMPROBAR QUE SE VA CUMPLIENDO, HASTA ALCANZAR LA PERFECCIÓN EN EL ARTE DE SER Y VIVIR.


Los permisos necesarios en la vida son:

1 – Ser y/o Existir.
2 – Sentir.
3 – Hacer.
4 – Pensar.
5 – Ser Uno Mismo.
6 – Triunfar.


Y los permisos ante cada uno de los mandatos serán de este modo:


No vivas      ¡¡VIVE!! (de un modo imperativo)
No disfrutes   Puedes disfrutar; es bueno que disfrutes.
No pienses      Puedes pensar por ti mismo.
No sientas      Tienes derecho a sentir.
No hagas      Puedes hacer y experimentar.
No seas tú mismo Es bueno que seas tú mismo. Puedes ser distinto.
No triunfes      Tienes derecho a triunfar, a conseguir tus propósitos.


Es más efectivo que el permiso venga de fuera, que sea otra persona, real, quien lo dé.
Para ello es necesario que esa persona tenga en sí misma el permiso que nos vaya a dar. Si no es así no funciona: se capta la incongruencia, y carece de la fuerza de convicción que se necesita, y se desarticulará fácilmente.
Habrá que tener cuidado con que no se produzcan los peligros que puede conllevar esto: de una parte, prepotencia por parte de quien da el permiso, y de otra, dependencia de quien lo recibe. Hay que buscar una persona de confianza.


VISTO DE OTRO MODO

El Análisis Transaccional distingue claramente entre “guión de vida” y “plan de vida”.
El guión nos lo han escrito otros (nuestros educadores de la infancia) y nosotros solamente somos los actores que interpretan el papel de ese guión. En el cine, o en el teatro, el actor interpreta el papel del guión, pero es consciente de que él no es el guionista, y que en cuanto termine la representación dejará el personaje y retomará su verdadera personalidad. Nosotros, en cambio, nos creemos que el guión es nuestro, y no somos capaces de salirnos del personaje. Seguimos siendo el personaje a todas horas.
El plan de vida es un proyecto que se hace en el presente, para el presente y el futuro (abierto por tanto a incorporaciones de nuevas cosas que vayamos descubriendo o a modificar las que vayan evolucionando), desde una decisión consciente (esta vez es uno quien decide y no es una imposición externa), siendo absolutamente realista (sin ningún tipo de engaño ni fantasía que sea imposible llevar a la realidad, porque eso solamente llevaría a una nueva frustración, una bajada de la autoestima y posiblemente una depresión) y valorando del todo el aquí y ahora de cada uno.
Y esto último hay que tenerlo muy en cuenta para evitar las utopías y los proyectos de imposible ejecución.


El plan de vida puede ser todo lo simple o complejo que uno quiera. Puede tener tantos capítulos como se deseen, y tantos subcapítulos o apartados como uno considere necesario. Mi recomendación es empezar con lo poco que se tenga al principio, pero estando abierto y atento a enriquecerlo cada vez más con matices e ideas que se nos vayan ocurriendo, que nos aporten otros o nos lleguen de otro modo, o bien que desarrollemos a partir de cosas que veamos en los demás. Pero no hay que copiarlos literalmente, sino que cada uno tiene que adaptarlo a sus propias circunstancias.
El Plan, al principio es una casa vacía.
Con una casa vacía podemos hacer dos cosas: entregarle las llaves a un decorador y decirle que la llene de muebles (con lo cual no participaríamos en el desarrollo de nuestra casa-Plan de Vida. Acabará siendo muy bonita, de portada de revista, pero cuando entremos en ella no tendremos la sensación de que es nuestra casa) y esto sería el equivalente a copiar textualmente un Plan de Vida ajeno o uno de esos de manual que aparecen en muchos libros.
La otra opción es poner lo básico para empezar a vivir y luego, poco a poco, buscar cosas que nos gusten, e ir añadiendo un día un cuadro y otro día una lámpara hasta que esté completa “nuestra auténtica casa”, que sería el equivalente a diseñar nuestros principios básicos, comenzar con ellos (aunque esté poco amueblada la casa) e ir incorporando nuevas cosas a medida que vamos descubriéndolas.


TEN ESTO EN CUENTA

MI MÁXIMA HONRADEZ PRESIDIRÁ TODO LO QUE HAGA A PARTIR DE AHORA, JUNTO CON EL RESPETO PROPIO Y MI DIGNIDAD PERSONAL.


¿QUÉ PASOS HAY QUE DAR Y QUÉ TIENE QUE APARECER UN PLAN DE VIDA?

LA BÚSQUEDA - ¿Quién eres? ¿Dónde estás en este momento?

DESCÚBRETE – este es el paso previo imprescindible. Desenmascarar al personaje, deshacerte de él. Empezar a Ser Uno Mismo.

REVISA TUS PRINCIPIOS – desecha los que no te valgan y aquellos en lo que ya no crees. Incorpora nuevos si los necesitas. Presta mucha atención a esto porque es la base de la persona que serás a partir de ahora.

REVISA TU ESCALA DE VALORES – tienes que tener muy claros cuáles son; qué aparece en primer lugar y es casi sagrado, y qué es lo que menos o nada te importa. Tu escala de valores también es absolutamente personal: lo que sea importante para otras personas no tiene por qué serlo para ti, y viceversa. Respétala y, mediante la asertividad, haz que los demás la respeten.

REVISA TUS FILOSOFÍAS DE LA VIDA COTIDIANA – Todos los días haces mil cosas; ahora has de saber por qué las haces y si vas a seguir haciéndolas o las vas a modificar. Tu Yo Observador ha de estar muy atento y darte información. Se trata de cuestionar todo lo que haces, verte como si no te conocieras, preguntártelo todo. Necesitas saber por qué actúas así y si te sientes identificado con las cosas que haces y con el modo de hacerlas.

REVISA TUS FILOSOFÍAS ESPIRITUALES – Me refiero a todo aquello que es transpersonal, lo que sabes que sobrepasa lo humano y lo cotidiano. No tiene que ver con la religión: es Lo Superior, Lo Divino, Lo Místico…

CREA TU PROPIA RELIGIÓN – Funda una nueva religión si lo crees conveniente. Aprovecha lo que te parezca más interesante de cada una de las que conozcas. Atrévete. En todas hay un Dios, se llame como se llame, y en todas está el Amor. Tienes que tener una religión en la que creas firmemente y tienes que crecer en ella y respetarla.

INVENTA TUS PROPIOS MANDAMIENTOS – Y cúmplelos. A rajatabla. Toma como referencia los de alguna religión si eso te ayuda, o invéntalos, pero defiende su cumplimiento. Si no matas que sea por voluntad propia, y no porque haya un mandamiento en una religión que así lo exija. Si amas al prójimo como a ti mismo, que sea por voluntad propia de tu naturaleza y no por obedecer a un mandamiento (y, además, no se puede amar por obligación)

MARCA UNAS NORMAS – que han de ser de escrupuloso cumplimiento. Todo lo que sea relacionado con el Plan de Vida es sagrado: no permitas que nadie, ni siquiera tú, le falte al respeto o lo destruya.

LO QUE SÍ Y LO QUE NO – Coge dos folios y empieza a escribir todo lo que para ti será, a partir de ahora, y en adelante, SI o NO, SIEMPRE o NUNCA… y sé irreductible en su cumplimiento.

LO IMPORTANTE – puede ser algo de lo que aparece en tus principios, tu escala de valores, tus mandamientos… o puede ser algo nuevo, así que coge otro folio y pon en él lo que para ti es VERDADERAMENTE importante.

LOS DEMÁS – no somos casi nada sin los demás. Juegan un papel imprescindible en nuestra vida, así que piensa sobre ellos. ¿Qué lugar van a ocupar en tu vida?, ¿cómo te vas a relacionar con los demás?

SÉ REALISTA – es una condición innegociable a la hora de hacer el Plan: que todo lo que pongas en él lo puedas realizar, aunque sea con esfuerzo. Los proyectos que sean imposibles te crearán frustración, afectarán negativamente a tu autoestima, te harán creer que eres un fracasado. Por lo tanto…¡sé realista! Siempre estás a tiempo de añadir más cosas más adelante a medida que te veas capacitado para más.


Y TÚ, REALMENTE, ¿QUÉ ES LO QUE QUIERES? – la pregunta más trascendental, más difícil de responder, más enriquecedora, ennoblecedora y clarificadora de cuantas hay. Dedícale todo el tiempo que te requieran sus respuestas. Háztela a menudo y déjala que vayan variando las contestaciones: verás que cada vez son nuevas, y cada vez más profundas, más sencillas, y más cercanas a la realidad.


RESUMIENDO
Con toda esta información y tiempo (y unos folios y un bolígrafo), un tiempo absolutamente enriquecedor que sin duda cambiará el resto de tu vida, ya puedes hacer esa Hoja de Ruta para tu vida que es el Plan de Vida. Lo que vas a hacer es algo más que una revisión de principios: es poner la base para hacer lo que realmente quieres hacer en tu vida con tu vida.

QUIZÁS NUNCA ENCUENTRES UNA MEJOR INVERSIÓN QUE ESTA.


NOTA: A todos los que se sientan interesados por ampliar más información sobre este capítulo, y además le va a aportar muchas otras cosas más, le recomiendo que conozcan y aprendan todo lo que puedan acerca del Análisis Transaccional.


Francisco de Sales



 

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