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 ¿A QUÉ PODEMOS ASPIRAR EN EL DESARROLLO PERSONAL?



Junio 29, 2020, 06:53:43 am
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¿A QUÉ PODEMOS ASPIRAR EN EL DESARROLLO PERSONAL?
« en: Junio 29, 2020, 06:53:43 am »
¿A QUÉ PODEMOS ASPIRAR EN EL DESARROLLO PERSONAL?
Amparo Millán

El desarrollo personal está de moda desde hace años, fundamentalmente porque las personas nos hemos dado cuenta,  a través de distintas experiencias, de que la felicidad y la realización está también DENTRO de nosotros, no sólo en lo que hacemos por fuera.

El problema que veo yo en esta burbuja a la que pertenezco, la del crecimiento personal, es que a veces no queda claro cuál es el objetivo final o a qué podemos aspirar si invertimos tiempo, dinero y esfuerzo en diversos materiales y especialistas.
O aún peor, que se crean expectativas falsas o exageradas que son imposibles de cumplir, y que nos llegan a renegar de nuestros progresos en materia de bienestar interior, o a decir que «todo esto no sirve para nada», expectativas que voy a desmantelar una por una a lo largo de este artículo.
Voy diciendo desde ya que un camino de crecimiento personal, lo mismo que el mantenimiento de la salud o mantener la armonía de una relación, NO TIENE FIN. No hay una meta que diga: «oh, perfecto, ya tienes el título de Experto en Felicidad, prueba superada».
La salud espiritual-emocional es algo que vamos construyendo con el tiempo y que, al igual que nuestra salud física, está sujeto a reveses. No podemos decir nunca: ya tengo una autoestima fuerte y a prueba de bombas, porque puede ser que un evento impredecible la ponga a prueba.
Aparte de esto, hay otras 3 «trampas» que nos confunden a la hora de encarar un proceso de desarrollo personal, 3 pretensiones que no son reales y que, por ello, te pueden meter en una forma de actuar exigente y sin sentido.
Vamos a verlas.

TRAMPA 1: PRETENDER ALCANZAR LA IMPERTURBABILIDAD, LA SERENIDAD O EL EQUILIBRIO PERMANENTE

Hace unos meses me decía un cliente, al preguntarle cuál era su mayor deseo para este año:
«Lo que quiero es estar tranquilo, no tener malos momentos, no tener ningún conflicto con las personas que me rodean».

Me dio ternura esta respuesta porque lo entiendo, entiendo ese deseo de querer estar protegidos y en paz la mayor parte del tiempo, pero lo que le dije a él es lo que te digo a ti si esta es también tu máxima aspiración: en este planeta, en esta vida, eso NO es posible.
No existe ninguna actitud mental, ningún hábito, ningún tipo de trabajo personal que nos prevenga de conflictos, miedos, decepciones o arrebatos de ira indeseados.

No hay manera de construir un estado de ánimo sereno TODO EL TIEMPO y a prueba de bombas.
 
No hay manera de evitar todos los estados de ansiedad, tristeza desbordada o pánico. Lo que sí podemos hacer, por medio del trabajo personal, es entender a qué se deben estas emociones y (lo más interesantes) vivirlas de forma saludable: con mesura, sin quedarnos atrapados en ellas, sin caer en la frustración o el desaliento.
Porque no es igual que un miedo me paralice durante años y me impida tener una vida feliz, a que ese miedo tenga efecto en mí unos minutos o unas horas. No es lo mismo sumirme en un estado de depresión y tristeza durante meses que llorar un ratito, conectar con mi vulnerabilidad, entender esa tristeza, y luego ponerme a ver una película tan a gusto. Y obviamente, no es igual vivir con una envidia corrosiva que el hecho de que esporádicamente aparezca un sentimiento de envidia que me aporta mucha información.
Y con respecto a la tranquilidad, esa pretensión que he encontrado en tanta gente de «quiero estar tranquil@ y con un ánimo imperturbable casi todo el tiempo, que nada pueda alterarme» pues me parece un despropósito.
Creo que, en lo más profundo de nosotros, el ser esencial libre y entusiasta que nos habita NO persigue eso, no quiere tranquilidad y paz a cualquier precio, más bien desea profundidad, entrega, cambios, ¡aventura!
A veces pensamos que nos «metemos en líos y complicaciones» al atrevernos a hacer cosas nuevas cuando estamos en una situación confortable. Pero es que esos «líos», que a veces acaban mal o que nos traen quebraderos de cabeza, también nos aportan VIDA. Chispa, pasión, experiencias, adrenalina.

Por ello, y en mi opinión, la persona que verdaderamente ha crecido interiormente no busca la serenidad o protegerse de los sentimientos incómodos a toda cosa (esto es un mecanismo de supervivencia) porque confía en sus recursos internos, en su fuerza, en su capacidad de hacer frente a las adversidades.
Y además, la persona que ha alcanzado cierto desarrollo personal confía en la sabiduría de sus sentimientos. Sabe que cada uno tienen su papel y cuando aparecensentimientos incómodos, en vez de hacer eso tan absurdo de «pensar en positivo» o no darles importancia (lo que viene siendo REPRIMIR) los escucha tranquilamente y se dispone a vivirlos. Como si fuera un surfista bailando con una ola que llega, siguiendo el movimiento.
 
TRAMPA 2: PRETENDER QUE UNA DIFICULTAD SE SUPERA PARA SIEMPRE

Otra situación bastante común que genera desasosiego es creer que, porque un día superé determinada dificultad, solo o con ayuda, ya nunca más tendré que superar algo parecido.
A veces en las tiradas de tarot terapéutico aparece muy marcada, en la posición del pasado, que esa persona ha hecho un trabajo personal o lleva años en un proceso de indagación, pero sin embargo en el presente ese conflicto no se ha terminado de solucionar y sigue activo…
Para mí esta configuración es bastante positiva, es como si el tarot reconociera ese esfuerzo realizado y dijera a la persona: ¡qué bien, enhorabuena por tu trabajo personal, ya llevas años aprendiendo sobre ti mism@! pero en general para el consultante esta situación es motivo de confusión y abatimiento: ¿Por qué, si llevo AÑOS con esto, aún sigo sin superarlo?
Aquí hay dos trampas, en vez de una.
La primera, creer que un conflicto emocional serio se llega a superar o solucionar al 100% alguna vez. ¿Se puede superar el miedo para siempre y en todas circunstancias? ¿Se puede «sanar completamente» una infancia difícil? ¿Se puede eliminar por completo un rasgo negativo del carácter con el que llevamos conviviendo 40 años?
No es así, pero voy más allá… ¿¿es que acaso hace falta esto para llevar una vida interesante, conectada y plena?? ¡No, para nada! Podemos tener momentos estupendos y ser personas valiosas a pesar de nuestras sombras y defectos. No tenemos que aspirar a la perfección.
Y la segunda trampa, aún más perniciosa que la primera, es considerar que porque no estamos en la línea de meta no hemos avanzado nada. ¡¡Ah, tremendo error!!
Hay procesos de desarrollo personal que pueden llevarnos AÑOS. Pero cada año, cada mes y cada día, a través de pequeños avances, estamos en un lugar diferente, un poquito más lejos del punto de partida. Esto es lo que tenemos que mirar y no quedarnos en el pensamiento dual de: «si no resuelvo al 100% este tema es que no me ha servido de nada el trabajo previo»
Dicho esto ¿a qué podemos aspirar en cuanto a nuestro desarrollo personal, en relación a nuestros conflictos más arraigados?
Para mí, una persona que crece interiormente se olvida de la idea de que hay «un punto de llegada» y sabe que cuanto más se conozca a sí mismo, más irá profundizando en las raíces y causas de ese conflicto, con lo cual éste quizás no desaparece pero sí lo entendemos mejor.
Crecer es armarse de paciencia y disfrutar el camino. Y es saber que el camino terapéutico no acaba nunca, que porque hice terapia hace 3 años no significa que nunca más tenga que volver y que nuevos conflictos aparecerán, pero eso sí: estoy un escalón más arriba en mi evolución personal para solucionarlos.
Porque afortunadamente, el desarrollo personal nos lleva a no avanzar en círculos, sino ESPIRAL; donde las mismas situaciones del pasado se repiten pero cada vez estamos en una altura superior.
 
TRAMPA 3: BASAR EL CRECIMIENTO PERSONAL EN EL LOGRO Y EL ÉXITO

Finalmente, algo que he detectado sobre todo en personas que consumen bastante literatura y blogs de autoayuda,y de lo que yo llamo «mentalidad del éxito» (principalmente americanos), es que hay una OBSESIÓN por el tema de conseguir logros o superar retos.
Este tipo de libros trabajan mucho a nivel de mentalidad pero poco, o nada la parte inconsciente o emocional.
Según el enfoque de este tipo de literatura, parece que todo en la vida se puede conseguir por medio de hábitos, afirmaciones, control de pensamientos o consiguiendo lo que se llama una mentalidad de éxito, que es de UNA determinada manera, la que dice el gurú de turno.
El desarrollo personal que sigue esta línea acaba siendo bastante robótico y me produce cierta consternación ver cómo las personas que han consumido muchos de estos libros acaban hablando igual unos a otros, utilizando las mismas expresiones, metáforas y ejemplos, cuando el lenguaje es algo vivo y lleno de matices, algo que cada cual debería hacer suyo.
Por ejemplo, expresiones que he oído hasta el aburrimiento y que creo que enmascaran nuestras verdaderas aspiraciones, porque las repetimos como papagayos sin pararnos a pensar en qué significan, son las siguientes:

Quiero convertirme mi mejor versión
Quiero romper con mis patrones negativos
Quiero alcanzar el éxito en todos los niveles
Quiero alcanzar la libertad financiera
Quiero encontrar mi vocación (sin haber hecho un ejercicio de qué significa vocación en cada caso)
Quiero alcanzar equilibrio personal-espiritual

Yo me pregunto… ¿Y si en vez de decir todas estas frases enlatadas enunciáramos algo más concreto, más instintivo, único para cada uno de nosotros?
Por otro lado, como he mencionado antes, esta literatura pone un énfasis exagerado en los logros y en el éxito, en «el dominio» de uno mismo para llegar a «la cima» (con mensajes del tipo: el 98% de la población viven dormidos pero aquí estamos un 2% de personas despiertas, ¿quieres unirte a nosotros?) que implica que la persona tiene que convertirse en alguien diferente, asocial y separado del resto. Porque no pasemos por alto esta cuestión: quien está en la cima, no está con los demás.
¿Y acaso merece la pena estar en una cima que  nos aleja del mundo, de los otros, que nos lleva a la soberbia de creer que somos mejores que el resto? ¿Tiene sentido ser «un triunfador» a nivel personal, con un perfecto autodominio de nuestro ser, y estar solos?
El ganador está solo, como dice la canción.
Lo dejo aquí y que cada uno haga su reflexión…
Siguiendo con el tema de la obsesión por los logros, cuando nos dejamos embaucar por las promesas de que el éxito y conseguir objetivos dan la felicidad, atravesamos un camino inicial bastante excitante porque es verdad que proponerse objetivos y lograrlos es entretenido, y además nos hace crecer hasta cierto punto.
Pero llegará un momento en que nos demos cuenta que un nuevo éxito ya no nos satisface. Notaremos cierta sensación de vacío y nos preguntaremos si es que es momento de hacer un nuevo cambio, de viajar a un país diferente o en definitiva de hacer algo que nos haga MOVERNOS. He aquí la única solución al vacío existencial de una sociedad de «adictos a los logros y a los cambios» como si fueran la solución a todo.
En mi opinión, es lógico que centrarnos SÓLO en acumular logros nos acabe trayendo insatisfacción. Porque no es ese el principal propósito de la vida, o no el único.
Quiero invitarte a hacer una cosa: piensa cuándo fue la última vez que fuiste feliz y que no tenga nada que ver con un triunfo personal.
¿Tal vez fue una tranquila comida de amigas, una tarde en familia, un momento de conexión con la naturaleza? ¿Pudo ser al ver una película hermosísima, al abrazar a una persona querida, al cuidar con esmero tus plantas? ¿O tal vez te levantaste por la mañana agradecid@ y cantando «porque sí», sin ninguna razón especial, por el mero hecho de vivir un día más? ¡Qué cosa tan maravillosa, esto último!
No quiero desdeñar el hecho de conseguir objetivos, que quede claro, yo soy una persona ambiciosa y me gusta alcanzar ciertas metas que me he propuesto, pero por favor no olvidemos que la vida es MUCHO MÁS.
La vida es conexión, bajarnos del podio de los triunfadores y estar abajo con el resto de la gente. La vida es aprender, disfrutar de los pequeños placeres, reírnos de nuestros defectos y aprender a estar satisfechos de lo que tenemos en cada momento.
Una persona equilibrada y en armonía consigo misma basa su vida en esto, y no sigue ese  vacío e insulso desarrollo personal basado en la acumulación de logros, como si nos fueran a dar un premio al final…
 
RESUMIENDO: ¿EN QUÉ CONSISTE EL DESARROLLO PERSONAL?

Y después de este largo artículo, resumimos:

En mi opinión, hay bastante confusión sobre lo que significa «crecer personalmente». Para mí el desarrollo personal NO es:

1.   Aspirar a ser imperturbables, no vivir conflictos ni altibajos emocionales
2.   Aspirar a superar una dificultad para siempre y creer que, si persiste o vuelve a aparecer, nuestro trabajo previo no ha valido la pena
3.   Desarrollar una mentalidad del éxito y hacer de la vida una carrera por acumular logros y retos.
 
Y sin embargo, el desarrollo personal SÍ ES:

1.   Caminar por la vida escuchando nuestros sentimientos, sin luchar para que se vayan, y confiando en que tenemos recursos para superar las adversidades (que vendrán, sin duda, por muy «evolucionados» que nos consideremos).
2.   Eliminar esta idea absurda de que tenemos que ser perfectos o superar todas nuestras sombras, mientras estemos en camino y comprendiéndonos, está más que bien.
3.   Dar importancia a conseguir objetivos pero también entender que la conexión con el inconsciente o lo emocional es primordial (¡y olvidarnos de «triunfar» y alejarnos de los que consideremos mediocres!)
 


 

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