CAPÍTULO 79 – EL AGRADECIMIENTO
Este es el capítulo 79 de un total de 82 -que se irán publicando- en los cuales se explicarán los conocimientos necesarios acerca de TODO LO QUE HAY QUE CONOCER PARA HACER BIEN UN PROCESO DE DESARROLLO PERSONAL Y ESPIRITUAL.
“Mientras más agradecido seas, más cosas que agradecer te llegarán”.
“Si usáramos el tiempo de queja por lo que no tenemos
en agradecimiento por lo que sí tenemos,
facilitaríamos a la abundancia manifestarse en nuestra vida”.
“El hecho de estar vivo es una de las mejores razones
para estar agradecido”.
“Hombre que el bien no agradece solo el desprecio merece.”
“Debemos encontrar tiempo para detenernos
y agradecer a las personas que hacen la diferencia en nuestras vidas”.
(John F. Kennedy)
“Si uno lo piensa bien…hay que agradecer hasta lo malo,
porque de eso también se aprende algo”.
“El agradecimiento si no se dice, no sirve a nadie”.
“Dar las gracias es la más sentida oración”.
“Si te dan, agradece. La vida es así de simple”.
Cuento a menudo que lo único bueno que heredé de mi padre es una frase que usaba: “el que no es agradecido no es bien nacido”.
Se la agradezco.
He sido y soy fiel a su acatamiento y cumplimiento.
Hacerlo, me hace sentirme más Yo Mismo y bien.
SABER AGRADECER BIEN
Si son los otros los que nos dicen algo agradable, debemos evitar lo que en el Análisis Transaccional se denomina descontar, que viene a ser algo así como rebajar la importancia del halago, o desvalorizar alguna cosa buena que digan de nosotros.
Si alguien nos agradece algo, nosotros le damos las gracias sinceramente y con ese reconocimiento está todo dicho.
No hacen falta explicaciones de nuestra parte que suenen a justificaciones.
A veces nos dicen “qué vestido más bonito llevas” y sólo hay que contestar “gracias”, sin más. No es necesario decir “el tuyo también es muy bonito”. No es necesario decir “pues me ha costado solo 10 euros”. No es necesario decir “me lo dio mi hermana porque ya no lo usaba”. No es necesario decir “pues tiene ya muchos años”. Con esos añadidos innecesarios estamos descontando la importancia de lo que nos dicen. Es como decir “no creo sinceramente en lo que me dices porque está claro que no es tan bueno o no está tan bien como tú crees”. Y eso es ofensivo.
No es recomendable quitarle importancia a su gesto de amabilidad. Dejemos que el otro exprese su agradecimiento tal como lo crea conveniente, ya que es su deseo.
Si somos nosotros los que nos hemos visto beneficiados con un favor, un regalo, un halago… daremos las gracias sencillamente, sin aspavientos ni exageración.
Quien dona o hace un favor no busca una recompensa y ya se da por pagado con haberlo hecho, ya tiene satisfacción en el acto de hacerlo.
Y si es un asunto de su ego… ya no es una donación altruista o un favor desinteresado, sino una inversión.
POR SI NO LO SABES
El agradecimiento surge cuando una persona se siente en deuda con otra porque le ha producido algún bien, le ha prestado un servicio ó le ha hecho algún regalo.
Las personas agradecidas se alegran por los bienes recibidos, los reconocen, y están dispuestas a corresponderlos en la medida de sus posibilidades, aunque solamente sean de un modo verbal.
No se trata de devolver favor con favor, ni regalo con regalo, sino de sentir y expresar admiración y gratitud por las cualidades humanas de quienes nos honran con sus dones.
Cada uno tiene siempre mucho que agradecer, y cuidar y valorar lo recibido es una forma de hacer evidente nuestro reconocimiento.
La gratitud y el reconocimiento son los mejores regalos que pueden recibir las personas en cualquier época y lugar del mundo.
EL AGRADECIMIENTO
Es bueno admitir que necesitamos a los demás.
Es bueno reconocer las obras de los demás.
Es bueno incluir en nuestro lenguaje y actitudes las expresiones de agradecimiento.
Es bueno reconocer que muchas de las cosas buenas que tenemos se deben a lo que otras personas nos las han dado: amor, protección, cuidados, talento, conocimientos, etc.
LA INGRATITUD
La ingratitud es índice de soberbia y egoísmo, cuando no de mala fe.
El ingrato se caracteriza porque ignora o pretende ignorar el bien que le hacen los demás.
No le es nada fácil reconocer los méritos ajenos.
Los favores que recibe, lejos de inspirarle agradecimiento, le inspiran rencor.
La ingratitud puede provenir también de una especie de mediocridad espiritual.
En este caso específico, aunque no hay mala fe, no deja de ser triste, porque produce desconsuelo en aquellos que se esmeran por hacernos el bien sin obtener nunca la más mínima voz de aliento, ni el más ínfimo signo de reconocimiento por nuestra parte.
OBSTÁCULOS PARA EL AGRADECIMIENTO
La vanidad impide a muchos reconocer el aporte que han hecho los demás para conseguir sus propios logros.
No es buena la costumbre de encontrarle defectos a todo, porque lleva a menospreciar el esfuerzo o los méritos de un trabajo o acto bien hecho o en los que han puesto toda la buena voluntad.
La envidia y el resentimiento hacen que se tomen mal las bondades recibidas de otros.
La falta de humildad y de grandeza, hacen ver el agradecimiento como una muestra de debilidad, y eso es un error.
ORACIÓN BUDISTA DE AGRADECIMIENTO
Agradezco a aquellos que me han herido o me han dañado porque han reforzado mi determinación.
Agradezco a aquellos que me han contradicho porque han profundizado mi conocimiento.
Agradezco a quienes me han golpeado, porque se han reducido mis obstáculos kármicos.
Agradezco a quienes me han abandonado, porque ellos me han enseñado a ser independiente.
Agradezco a los que me han hecho tropezar, porque han fortalecido mi capacidad.
Agradezco a los que me han denunciado, porque han aumentado mi sabiduría y concentración.
Agradezco a quienes me han hecho firme y decidido, porque me han ayudado acercarme a mis logros.
OTRA ORACIÓN DE AGRADECIMIENTO
(Louise L. Hay)
En el fondo del centro de mi ser hay un pozo infinito de gratitud.
Lleno mi corazón, mi cuerpo, mi mente, mi conciencia y todo mi ser con esta gratitud, que sale de mí en todas direcciones, llega a todo lo que hay en mi mundo y vuelve a mí en forma de más cosas por las que sentirme agradecida.
Cuanta más gratitud siento, más consciente soy de que la provisión es infinita.
Expresar gratitud me hace sentir bien, es como un agradable calorcillo en mi vida.
Estoy agradecida por mí y por mi cuerpo.
Agradezco mi capacidad de ver y oír, de sentir, saborear y tocar.
Agradezco mi casa y cuido amorosamente de ella.
Doy gracias por mis familiares y amigos y disfruto de su compañía.
Agradezco mi trabajo y en todo momento le doy lo mejor de mí.
Agradezco mis talentos y capacidades y los expreso constantemente de maneras que me satisfacen.
Doy gracias por mis ingresos y sé que prospero adondequiera que vaya.
Agradezco mis experiencias pasadas porque sé que forman parte del crecimiento de mi alma.
Agradezco la naturaleza entera y respeto a todos los seres vivos.
Doy gracias por el día de hoy y por todos los mañanas que han de venir.
Siento gratitud por la Vida ahora y siempre.
DESDE UN PUNTO DE VISTA ESPIRITUAL
La gratitud es un contacto amoroso entre dos personas.
No necesita de palabras –aunque siempre quedan bien- porque es más una conversación entre almas. Se comunican entre ellas el reconocimiento del acto que ha sucedido entre el beneficiario y el generoso. Se comprenden, saben que cada uno está en su experiencia personal, que necesitaban encontrarse en ese momento y en esas circunstancias –tal vez lo habían planeado así antes de encarnarse- y cada uno ha cumplido su parte: uno ofreciendo y el otro recibiendo.
Es muy posible que en algún nivel sepan quién es el otro y qué les une y por eso las palabras son innecesarias.
Hablar en uno de esos casos tal vez sea una intromisión en la experiencia.
Si uno es presuntuoso por dar y el otro humillado y sumiso es que no se están haciendo bien las cosas.
Ninguno de los dos es más ni es menos que el otro.
El que da tiene que agradecer al que recibe que le haya permitido la oportunidad de ser generoso.
El espíritu es grande y magnánimo, el alma es noble y bondadosa, el Ser Humano es solidario y caritativo.
Humano y compasivo son sinónimos.
Dar y agradecer es lo mismo.
RESUMIENDO
Ser agradecido es una hermosa actitud, tanto para el que recibe el agradecimiento como para uno mismo.
Conviene serlo.
Lo resume muy claramente el dicho: “el que no es agradecido no es bien nacido”.
Francisco de Sales