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 CAPÍTULO 55 - RECHAZAR LA CABALLEROSIDAD



Octubre 23, 2020, 06:50:32 am
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Desconectado Francisco de Sales

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CAPÍTULO 55 - RECHAZAR LA CABALLEROSIDAD
« en: Octubre 23, 2020, 06:50:32 am »
CAPÍTULO 55 - RECHAZAR LA CABALLEROSIDAD
- LO QUE NO ES APROPIADO -

Este es el capítulo 55 de un total de 200 –que se irán publicando-  que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER.


En algunos casos, no muchos afortunadamente, una mala interpretación del feminismo está haciendo tomar a algunas mujeres una postura radical que va en contra de ellas mismas.

A las mujeres, por lo menos hasta ahora, siempre les han gustado los hombres que se denominan “caballeros”. Esos hombres atentos, educados y con buenos modales, que ceden el mejor asiento, abren y cierran la puerta del coche o de los restaurantes, envían flores, son considerados y puntuales, saben conversar y escuchar…

En algunos casos, se están rechazando estos hombres porque algunas mujeres sienten que son tratadas como objetos, que no son valoradas como personas sino como animales cortejados, y eso –en algunos casos- puede ser un error de interpretación.

El hombre que se lo permite deja asomar una de sus “responsabilidades genéticas”: la de proteger a la mujer. El hombre que se lo permite siente dentro de sí esa ley no escrita de que la mujer es más débil –aunque sólo lo es físicamente y no siempre- y por eso tiene que colaborar en hacérselo todo más fácil –de ahí proviene una parte de lo que se denomina caballerosidad-, y como ama a la mujer trata de hacerle la vida y sus cosas más agradables.

Sería mejor evitar entrar en un enfrentamiento por este motivo. En una ocasión vi la reacción de una mujer porque un hombre le abrió la puerta y le cedió el paso: “¿Te abro yo a ti la puerta?, ¡no!, entonces… ¿por qué me la abres tú a mí?”. Dicho de malos modos, por supuesto.

Es un signo de inteligencia, y de hacer que se sienta bien la galantería del hombre, aceptar su caballerosidad y, al mismo tiempo y sin cargo de conciencia, aprovecharse de lo bueno que aporta.

Que ningún hombre se escude en su autosuficiencia para no aceptar las atenciones de la mujer, y que ninguna mujer se pierda el placer de ser tratada como se merece por un caballero.

SUGERENCIA PARA ESTE CASO:

- Recibir bien las amabilidades.
- Permitirse ser bien tratada.

Francisco de Sales


 

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