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 CAPÍTULO 57 - EXIGIR EN VEZ DE PEDIR



Octubre 25, 2020, 05:25:24 am
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Desconectado Francisco de Sales

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CAPÍTULO 57 - EXIGIR EN VEZ DE PEDIR
« en: Octubre 25, 2020, 05:25:24 am »
CAPÍTULO 57 - EXIGIR EN VEZ DE PEDIR
- LO QUE NO ES APROPIADO -

Este es el capítulo 57 de un total de 200 –que se irán publicando-  que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER.


Parece ser que cuando se formaron las primeras parejas se instauró un régimen jerárquico en el que el varón se situaba en la cúspide, porque era el que salía a cazar y traía comida para la hembra y la prole, y porque él se enfrentaba al peligro mientras ella se quedaba en la cueva; ante el valor y la fuerza necesarios para cazar, demostrados claramente por el varón, y ya que ella no se veía capaz de hacerlo, era su sirviente y reconocía su dependencia.

Esa costumbre se fue institucionalizando, y para el varón el servilismo de la hembra se convirtió en un derecho. Al dejarle claro ella con su actitud que era él quien dominaba, se acostumbró a mandar y a ser obedecido, lo que derivó en el supuesto derecho a exigir en vez de pedir.

Parece fantasioso, y puede que lo sea, pero también tiene todas las posibilidades de ser real. Lo cierto es que esto de exigir en vez de pedir se ha convertido para algunos en una costumbre, y ya no se ve ni siquiera la necesidad de ser amable a la hora de solicitar algo a alguien, sobre todo si ese alguien es muy allegado.

Y si ya de por sí eso es un error –que, sin duda, cometen más los hombres que las mujeres-, se agrava aún más cuando se está tratando con la persona con quien se ha decidido compartir la vida, la persona que le ofrece cuidados, con la comparte prácticamente todo, que se le entrega dándole su amor, y que es, precisamente, a quien hay que tratar con más cuidado y con más cariño.

La amabilidad es un símbolo de exquisitez –en el trato y el cuidado-, y “por favor” y “gracias” –que son dos expresiones cargadas de magia capaces de crear pequeños milagros-, deberían abundar en la relación, así como las sonrisas, la cortesía, el respeto, el cuidado y el mimo, la delicadeza, la ternura, y todo aquello que colabore para hacer que la convivencia sea más amable y más gratificante.

Mejor pedir amablemente que exigir. Siempre es así.

PEDIR es exponer lo que se desea con claridad, permitiendo al otro que decida, que elija, que pueda decir sí o no con su libre voluntad y sin que la respuesta dada pueda ser el inicio de una guerra. Que sea respetada sin consecuencias nefastas posteriores.

EXIGIR es imponer, obligar, y no permitir una negativa por la otra parte. O sea, obligar sin respetar la voluntad o el deseo del otro.

El varón –por la costumbre citada de su creencia en que es superior- cuando se da cuenta de que no es él quien manda sino que es el mandado, sufre inconscientemente un ataque de pánico por el temor a perder su hegemonía, pero, además, es que siente –aunque no se dé cuenta de que lo siente y aunque no sea cierto- que pierde su papel preponderante y eso es algo que su inseguridad no quiere consentir de ningún modo.

Si la mujer es hábil –y seguro que lo es si se lo propone-, cuando desee algo como, por ejemplo, que él le ayude o haga algo que necesite, y si él no quiere colaborar por las buenas –aunque debiera colaborar incondicionalmente, por supuesto-, será más práctico que use su maestría femenina de actuar hábilmente y se presente halagando su hombría o su habilidad para hacer las cosas; si ella se presenta reconociéndoselo, para él será un gesto digno de su magnanimidad hacer lo que ella quiere que haga. Y habrá hecho, sin darse cuenta, lo que él no quería hacer y lo que ella sí quería que hiciera. Habrá ganado ella. Es un truco que funciona.

No hay duda: salvo en casos excepcionales, en general el hombre acaba haciendo lo que la mujer quiere. Sólo hay que saberlo pedir.

SUGERENCIAS PARA ESTE CASO:

- Está bien exigir en el caso de que haya alguna responsabilidad o algún acuerdo que el otro esté incumpliendo.
- Aun en el caso de exigir algo –si es que se tiene derecho a ello- es mejor hacerlo con delicadeza y respeto.
- Pedir sin exigir es un legado que tenemos que hacer a nuestros hijos.
- Además de exigir hay que saber dar.
- Respetar los derechos del otro es fundamental.
- Antes de exigir comprueba si tienes derecho a exigir.


Francisco de Sales


 

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