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 CAPÍTULO 98 - CONFUNDIR EL AMOR CON OTRA COSA



Diciembre 05, 2020, 06:51:56 am
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Desconectado Francisco de Sales

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CAPÍTULO 98 - CONFUNDIR EL AMOR CON OTRA COSA
« en: Diciembre 05, 2020, 06:51:56 am »
CAPÍTULO 98 - CONFUNDIR EL AMOR CON OTRA COSA
-LO QUE PUEDE PASAR POR NO SABER-

Este es el capítulo 98 de un total de 200 –que se irán publicando-  que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER


Del Diccionario de la Real Academia Española:   
RELACIÓN: Trato de carácter amoroso.
PAREJA: Conjunto de dos personas, animales o cosas que tienen entre sí alguna correlación o semejanza, y especialmente el formado por hombre y mujer.
COMPAÑERO: Persona que se acompaña con otra para algún fin.
CAMARADA: (De cámara, por dormir en un mismo aposento) Persona que acompaña a otra y come y vive con ella.
AMISTAD: Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.


La relación es la relación. La pareja es la pareja. El compañero es el compañero. El camarada es el camarada. La amistad es la amistad. Y eso hay que tenerlo claro y saber diferenciarlo.

Porque el amor verdadero sólo quiere relacionarse con otro amor similar y ser correspondido con lo mismo. Y ningún otro sucedáneo le es apetecible.

Y cuando se ha establecido una relación de pareja es porque se quiere tener algo más que una amistad, unirse más íntimamente que con un camarada, y hacer un tipo de proyectos que no se hacen con un compañero, así que requiere que se hagan las aportaciones especiales que distinguen esa unión de cualquiera de los otros tipos de uniones que se pueden dar entre dos personas.

Otra cosa es que el amor inicial haya ido derivando hacia un apaciguamiento que denominamos “cariño”, que es una buena evolución del amor, y que uno se conforme con ello, o incluso que se conforme con una agradable y confortable convivencia de camaradas, ya que su corazón no le pide pasión ni sobresaltos.

Cualquier pacto o arreglo que haya sido posterior a lo que se acordó cuando comenzó la relación estará bien siempre y cuando haya sido libremente aceptado por ambos de mutuo acuerdo, y no de un modo sobrentendido sino precisado en todos sus matices, y que ambos se sientan satisfechos por el nuevo rumbo.

Porque si no es así, siempre habrá un satisfecho y un frustrado. Y una relación en desigualdad de condiciones está encaminada al fracaso o a la desaparición.

Si no se trata de un caso como el citado anteriormente, cuando uno entrega amor no espera un vacío a cambio.

Si uno recibe amor tiene que pagar con la misma moneda.

Y si no es así, la relación está descompensada, y ésta ha de estar basada en un intercambio recíproco, porque nadie vive de esperar, y nadie quiere perder siempre, o sólo entregar sin recibir el eco de un amor que se envía y nunca regresa.

Cada persona debe tener claro qué es lo que desea en su relación, y tiene que tener a su lado a alguien que comparta los mismos ideales y proyectos. Y si quiere amor, el amor no debe faltar. Y si nota que el amor se va enfriando, hay que avivarlo como sea. Hay que iniciar una reconquista del amor, y ponerse ambos a la tarea de hacer cuanto sea preciso, y dedicarle todo el tiempo y atención que requiera, dándole prioridad a este asunto.

Y si solamente es uno de los dos quien sigue queriendo que haya amor en su relación, tal vez tendrá que pensar en sustituirlo.

SUGERENCIAS PARA ESTE CASO:

- En una relación no hay que conformarse con no recibir amor. En una relación, y con respecto a recibir amor, hay que ser exigente e inconformista.
- Cualquier tipo de relación que esté aceptada libremente por ambos es válida y puede ser adecuada.


Francisco de Sales



 

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