La esperanza es importante porque puede ayudarnos a vivir el presente.
Las penas de hoy son más soportables si creemos que el mañana puede ser mejor.
Sin embargo, eso es todo lo que la esperanza puede hacer por nosotros: hacer que las penas sean más livianas.
Pensándolo en profundidad, hay algo trágico en la naturaleza de la esperanza: Cuando nos aferramos a nuestras esperanzas para el futuro no enfocamos nuestras capacidades y energías en el presente.
Si nos abstenemos de esperar nos dedicamos enteramente al presente y descubrimos que la alegría está aquí, a nuestro alcance.
La condición básica para ser felices es concentrarse en ser felices.
Si no somos conscientes de nuestra felicidad no somos realmente felices.
No estoy diciendo que no tengáis fe en el futuro, sólo digo que la esperanza no basta.
(Thich Nhat Hanh)