ESCRÍBETE MUCHAS CARTAS
En mi opinión, es realmente interesante y útil esa recomendación terapéutica que consiste en escribirse una carta a sí mismo. Se recomienda a personas que suelen atravesar momentos en que dejan de ser ellos mismos, con toda su consciencia, y son víctimas de alteraciones como, por ejemplo, ansiedad, depresión, Trastorno Límite de Personalidad, impulsos agresivos, en relaciones de dependencia, etc.
Me refiero a esas situaciones en que uno deja de ser la persona consciente habitual, la que es capaz de reflexionar y razonar, la que se da cuenta, pero que cuando entra en un estado alterado en que no se controla o no se puede controlar, en que una parte de su mente se escapa, hace cosas por su cuenta de las que después uno se arrepiente y se siente muy mal, por haber perdido el control, por haber dejado de ser él mismo, por haber dicho o hecho cosas que han herido a otros o a sí mismos.
La recomendación es escribirse cartas en los momentos de lucidez y calma, cartas dirigidas a sí mismo, escritas en la forma habitual de expresarse, con la intención de que uno las lea cuando nota que está alterado; cartas en las que se cuente que la realidad no es la que está viviendo en ese momento, que eso es algo pasajero que acabará para que regrese la normalidad, y que uno no es culpable de lo que le está pasando en ese momento sino que es la víctima.
También se puede escribir uno mismo cartas haciendo referencia a un asunto concreto, y meterlas en un sobre con título exterior: CARTA PARA CUANDO ESTOY TRISTE, CARTA PARA CUANDO TENGO ANSIEDAD, CARTA PARA CUANDO NO SÉ QUÉ HACER… y cuando uno se encuentra en una de esas situaciones en que no gobierna su vida, leer la carta correspondiente le puede aportar ánimos y, sobre todo, le puede dejar claro que esa situación que está viviendo en ese momento no es lo habitual, sino que es un momento extraordinario con una duración limitada. Se acabará y uno regresará a ser el que es, pero tener esa carta en ese momento en que no se ve la luz… será importante.
Puede y debe incluir sugerencias que en esos momentos uno no va a ser capaz de recordar como, por ejemplo, que tiene que controlar su respiración –y tiene que añadir un recordatorio de cómo ha de ser esa respiración-, que puede llamar a un amigo para calmarse, hacer ejercicio o bailar hasta agotarse, que puede poner música alegre y cantar, o poner una música que le relaje; que puede tomar infusiones relajantes, etc., etc., una especie de Manual de Supervivencia en el que pueden aparecer sugerencias, recomendaciones, ideas o soluciones apropiadas para “esos momentos”.
Todo lo que se escriba ha de estar hecho de un modo muy amoroso, muy cariñoso y acogedor, porque es lo que se va a necesitar en esos momentos: la comprensión de que es un estado pasajero y cuando se acabe uno mismo estará esperándose con los brazos abiertos y una buena sonrisa de acogida.
Y, por supuesto, no es solamente para esos momentos para los que hay que escribirse cartas. En muchos casos, escribir es cosificar pensamientos, ya que al escribirlos hay que ordenarlos y eso sirve también para poner orden en la mente. Hay que recordar que los pensamientos, los más auténticos y los más contradictorios, pueden estar conviviendo en nuestro inconsciente, juntos y en armonía, hasta que uno los escribe y entonces selecciona y se da cuenta de lo que realmente piensa o quiere.
Escribirse cartas de Amor hacia uno mismo es muy bello. O escribirse cartas en las que salen a la luz recuerdos bonitos. O donde se exponen buenos propósitos. O confiándose las dudas, los deseos, las ilusiones. Siempre es agradable escribirse uno mismo para enterarse de lo que uno piensa.
Una persona a la que quiero mucho se escribió esta carta que reproduzco, con su permiso, porque me parece un ejemplo que cada uno podrá y deberá adaptar a su gusto y circunstancias
“Mi querida XXX, soy tú. Sé que en este momento no estás bien, quizá lo que sientes está siendo muy intenso, pero esta no eres tú.
Te pido que tengas ahora un poco de paciencia y me escuches. Ahora que estoy muy tranquila.
En este momento estás en un estado alterado de consciencia, pero recuerda que esta no eres tú.
Sé, al igual que tú, cuánto sufres. Sé que a veces la ira, la tristeza, la pena, la soledad, el miedo te sobrepasan y es casi irrefrenable el impulso, la emoción o el deseo de dejar de existir para dejar de sentir, pero recuerda que es tu mente, que te está apretando, que esa no eres tú, así que no permitas más esto, no continúes así, no te lo mereces.
Eres un ser valioso y no mereces ni hacerte ni que te hagan daño ni una sola vez, bajo ningún concepto. Jamás, sin excusas.
Eres generosa.
Eres sensible y tienes un corazón bueno, compasivo. Pero a veces desconfías de más, porque te han jodido muchas veces.
Si estás enfadada, para un segundo. ¿Estás dañando en este momento a alguien que quieres, incluida tú? Si la respuesta es SÍ, no estás siendo tú, por eso debes parar. Después te sentirás muy culpable.
Si sientes lástima, déjala fluir, pero no hagas nada. Cuando estás lúcida no sientes nada, ni si quiera sientes odio. Si te has salido del plan A, date cuenta de que tu estado mental está alterado.
Es normal tu estado teniendo en cuenta lo que te pasa. Esas emociones muchas veces, repentinas, intensas e insoportables son normales. Pero entre tú y yo nos curaremos de esto.
Tranquila XXX, tente paciencia, no hagas nada.
Esto te pasará más veces, pero cada vez te será más fácil regresar a la normalidad. Es lo que te dará paz.
Tu familia, tu casa, tus gatos, los viajes y tonterías que se te van ocurriendo, están ahí contigo. También la música.
Sólo te pido que te tengas paciencia: volverás al plan A .
Todos te queremos mucho, no lo olvides nunca.”
Te recomiendo que tengas más de una copia, para poder llevarla encima y para tener en casa y que sepas dónde está cuando la necesites. Y para que la leas a menudo.
Te dejo con tus reflexiones…