CAER BIEN A LOS DEMÁS
Hay personas que tienen dificultad para ganarse el afecto, la simpatía, e incluso la amistad de la gente y otras que, al contrario, sin realizar grandes esfuerzos se convierten en personas queridas y valoradas por todos. No obstante, todos podemos mejorar nuestras relaciones con los demás, el secreto está en nosotros mismos.
1. GUSTARSE A UNO MISMO
Caer bien. Aceptándonos e intentando aportar algo positivo, los demás nos aceptarán mejor
No podemos esperar caer bien a los demás si no nos sentimos a gusto con nosotros mismos. Debemos aceptarnos tal y como somos, y no fingir ser quien no somos para agradar a otros.
Es fundamental tener una personalidad recia que no varíe en función de con quién nos encontremos, tratando de ser aceptados o queridos por esa persona o grupo de personas. Esto se convertiría en una situación insostenible e irreal que, lejos de aportarnos satisfacción, nos produciría muchos problemas y malestares. ¿Qué sentido tiene que los demás nos valoren por lo que no somos?
Empecemos por gustarnos a nosotros mismos, aceptándonos y sintiéndonos cómodos con nuestro aspecto y nuestra forma de ser. Tratemos también de superarnos constantemente, buscando mejorar en todos los ámbitos de nuestra vida y corrigiendo nuestros defectos y desarrollando nuestras cualidades.
Esta actitud activa de mejora personal nos proporcionará una gran satisfacción que transmitiremos inconscientemente a los demás y nos convertirá, por tanto, en personas más atractivas e interesantes.
Si nosotros nos sentimos contentos con nuestra manera de ser, de pensar y de actuar, lo demás vendrá por añadidura. No obstante, debemos tener en cuenta que no podemos caer bien a todo el mundo, siempre habrá personalidades y formas de pensar muy diferentes a las nuestras y lo que a una persona le puede encantar a otra persona puede no gustarle.
2. ¿POR QUÉ QUEREMOS CAER BIEN A LOS DEMÁS?
Hay personas que pasan desapercibidas por la vida, apenas se nota su presencia o no son fundamentales en una reunión de amigos, se limitan a estar y no aportan nada nuevo al grupo o a su entorno. Pueden ser personas estupendas, pero nadie busca su amistad ni las echa de menos cuando no están presentes.
Estas personas no encuentran una explicación a la falta de interés que despiertan en los demás. Se sienten ninguneadas y rechazadas por los demás, lo que suele provocar en ellas sentimientos de inferioridad, mermando su autoestima y provocándole cierto complejo personal con respecto a las relaciones sociales.
Relacionarnos con la gente es una necesidad y ofrece infinitas recompensas. Cuando tenemos facilidad para ello todo resulta más fácil, desde lograr un empleo hasta que cuenten siempre con nosotros para fiestas o reuniones. La vida resulta más agradable y beneficiosa cuando la gente cuenta con nosotros.
3. ¿QUÉ HACER PARA CAER BIEN A LOS DEMÁS?
Aunque no todo el mundo tiene la misma facilidad para caer bien a los demás, existen algunas claves que nos ayudarán mejorar nuestras relaciones con quienes nos rodean:
- No debemos pretender tomar protagonismo demasiado pronto. Ante personas que aún no nos conocen lo suficiente o cuando aún no hemos sido lo suficientemente aceptados por un grupo, sería aconsejable no manifestar enseguida nuestras opiniones ni mostrar nuestro desacuerdo en algo, podría provocar rechazo.
- Seamos espontáneos y sinceros.
- No debemos imitar comportamientos. Hay quien tiende a imitar el comportamiento de quien se gana la simpatía de los demás, resultando ridículo en esa persona y no logrando un mayor acercamiento con la gente.
- Cuidar nuestra forma de relacionarnos: siendo amables, sabiendo escuchar, sonriendo, mirando a la cara....son algunos detalles a tener en cuenta para que los demás disfruten de nuestra compañía.
- Las palabras no son la única forma de comunicarnos, la forma de actuar, el gracejo personal, la elegancia, la espontaneidad o la simpatía, es otra forma de comunicarnos y transmitir sin necesidad de hablar.
- Interesarnos sinceramente por los demás nos ayuda a ganarnos su afecto y amistad. Cuando somos conscientes de los sentimientos ajenos, podremos extraer lo mejor de cada persona. Y eso nos convertirá en una persona agradable para los demás. Si nos limitamos a tratar de impresionarles para captar su atención, sin mostrar interés sincero, jamás nos apreciarán de verdad.
- Saber escuchar. Saber escuchar y observar es fundamental para llegar a conocer mejor a la gente. Saber cuáles son las características o circunstancias personales de cada uno y saber qué opinan sobre nosotros, nos indicará cómo debemos actuar para ganarnos su simpatía.
- Atractivo personal. Con un aspecto físico agradable y cuidado despertamos el interés en los demás y contribuimos a que nos presten más atención.
Dª. Trinidad Aparicio Pérez
Psicóloga.
Especialista en infancia y adolescencia.