Lucía, si se quieren, deberían querer evitar esas discusiones. No hay nada que dos personas, con buena voluntad, no puedan arreglar.
A mí no me parece buen ejemplo, los chicos son aún pequeños, pero cuando tengan conflictos entre ellos mismos, o en el entorno (colegio, barrio, etc.), los padres no podrán decirles que deben evitar las discusiones, pues siempre tendrán que tragarse lo que ellos no han predicado con el ejemplo.
Comentas que los niños se asustan, luego no parece que les siente bien. Además, tras esas discusiones, la adrenalina va a impedir reaccionar ante sus demandas con la dulzura o atención adecuados, propios de quien está relativamente en paz.
Y el prestigio de ellos delante de los chicos no debe de quedar muy bien, pues siempre es posible que oigan frases del tipo "Eres una.....", o "Eres un.....", seguido de adjetivo calificativo negativo.
Se supone que tu hermana y su marido se casaron para ser lo más felices posible juntos, estableciendo una relación basada en el amor. Deberían tener ambos la voluntad de evitarlas, desde el diálogo, intentando comprender qué las desencadena, así como qué obtiene cada uno con ellas (ya sabes, intento de dominio, rechazo a ese dominio, etc.). Y si ellos son incapaces de solucionarlo con calma, siempre se puede recurrir a especialistas en terapia de parejas.
Es mi modesta opinión, que me permito expresarte pues nos invitas a ello.
Personalmente, no me gustaría estar expuesto a una relación parental así, si fuera uno de sus hijos y pudiera elegir. Creo que con 4 años no entendería por qué discuten y se alteran mis padres entre sí, si se supone que se quieren. Recordemos que los niños nacen inocentes y sus pensamientos son simples y directos.
Un saludo y suerte.