DEMASIADA INFORMACIÓN, POCA VOLUNTAD.
En mi opinión, estamos en un momento excepcional para los Procesos de Desarrollo Personal y, en general, no lo estamos aprovechando bien.
En el tiempo del Homo Sapiens lo importante era sobrevivir y esa era la única ocupación. En la Edad Media hubo un periodo de oscurantismo donde todo conocimiento y cultura básicamente estaban prohibidos. También atravesamos el tiempo del esoterismo, que es un término que se usa para referirse a los conocimientos, enseñanzas, ritos y técnicas que se desarrollan en un mundo de secretismo, en símbolos incomprensibles para los profanos; un conocimiento que sólo era trasmitido a una minoría selecta de iniciados.
Ahora estamos en un momento en que realmente hay un exceso de información. Demasiada información… y no toda verdadera o fiable. Demasiados vídeos en youtube, muchísimos artículos en internet, exceso de libros en las librerías, multitud de Charlas y Cursos –unos que son excelentes y otros que los imparten charlatanes que sólo buscan engordar su ego o su cartera-.
Pero… hay una pereza extendida que me sobrecoge. “Es demasiado largo” me comentan muchos jóvenes sobre mis artículos de dos folios. Quieren saberlo todo en una sola frase. Como si el límite de su atención fuesen los 280 caracteres de un Twitter y luego a otra cosa. A olvidar lo visto poniendo otra información encima.
Demasiada prisa. Poca voluntad que posiblemente sea poco interés. Estamos en el mal tiempo de las prisas y de las ocupaciones innecesarias que sepultan lo realmente interesante o importante. Y el Camino en este Proceso de Desarrollo Personal es lento. Ha de ser un paseo y no una carrera. Es trascendental cada bache, primordial cada recodo, instructiva cada piedra, imprescindible pararse a ver el paisaje.
No es conveniente aprender sólo con el cerebro si no da el visto bueno el corazón. El lugar de residencia de lo aprendido no es la mente –que es propensa al olvido- sino el corazón, donde se queda a vivir gustosamente.
Las experiencias de los sabios, de los llamados maestros, o de otras personas… son suyas. El aprendizaje lo han integrado ellos y eso no se trasplanta. Lo pueden contar con palabras que, si no calan, si no las integramos, ser quedarán en frases bonitas para enmarcar. VIVIR la propia vida es algo que sólo puede hacerlo uno mismo.
Discernir, este es el verbo que conviene conjugar con atención. Saber distinguir, captar lo que resuena en nuestro interior –e integrarlo- y deshacerse de las frases rimbombantes vacías. No creerse todo a pies juntillas y quedarse sin derecho a rebatir, o por lo menos a debatir, aquello que aparenta ser sabiduría y tal vez sólo sea presunción literaria.
No aspirar a saberlo todo de todo, porque es un camino orientado hacia la frustración. Mejor saber poco y por experiencia propia que ser el loro que repite cualquier cosa sin comprenderla. Toda la información no es veraz, pero puede valer como inicio de un debate propio que sea una reflexión profunda útil para organizar los conocimientos y desechar las insensateces.
Voluntad. Predisposición. Determinación. Ganas. Llámalo como quieras, pero ten muchas para poder seguir adelante a pesar de todo. El Camino no siempre es fácil, pero siempre es satisfactorio cuando se mira atrás.
Te animo a que sigas buscando pero con criterio propio. A que encuentres la mejor versión de ti mismo. A que no te rindas. A que seas perseverante. A que escuches la voz que te llama desde tu interior. A que cumplas los sueños de tu alma.
Falta voluntad: faltas tú.
Puede ser interesante leer, para ampliar un poco esta información, el artículo que está en el siguiente enlace titulado “Criterios para saber qué artículos conviene leer o no”.
https://buscandome.es/index.php/topic,2642.msg4107.html#msg4107Te dejo con tus reflexiones…
