¿SABES DIVERTIRTE?
En épocas de fiestas y vacaciones, todos hablamos de divertirnos, pero ¿cuántos lo logramos realmente? ¿Cuántos lo hacemos en nuestra vida diaria?
Podemos hacerlo en cualquier lugar…
Debemos hacerlo, a cualquier edad.
"La alegría es la piedra filosofal que todo lo convierte en oro."
Franklin D. Roosevelt (Presidente de los Estados Unidos).
LA IMPORTANCIA DE LA DIVERSIÓN
Cuándo piensas en divertirte, ¿en qué piensas?
¿Cuánto tiempo de la semana, lo dedicas a divertirte o a hacer actividades que realmente disfrutas?
Según el diccionario, diversión es una actividad que produce placer y distrae de las preocupaciones y el aburrimiento.
Sin embargo, no todo lo que nos ayuda a no pensar en nuestros problemas es divertido, porque no todo nos produce alegría.
Trabajar como locos, por ejemplo, nos puede ayudar a no pensar en los problemas familiares, pero no nos divierte, ni nos ayuda a resolverlos.
Así como nuestro cuerpo necesita dormir y descansar para recuperarse y funcionar adecuadamente, necesitamos divertirnos para recuperarnos del desgaste emocional y psicológico y aumentar nuestra salud y bienestar general.
Además, está comprobado científicamente, que la risa, producto de la diversión:
Mejora la respiración y circulación,
Fortalece nuestro sistema inmunológico,
Libera endorfinas que disminuyen o eliminan el dolor y producen una sensación de bienestar general,
Reduce la tensión y ansiedad,
Mejora nuestras relaciones,
Nos permite desarrollar una actitud positiva ante la vida,
Nos da mayor claridad, para buscar las soluciones adecuadas a nuestros problemas,
Favorece nuestra autoestima.
¿POR QUÉ DEJAMOS DE DIVERTIRNOS?
Es triste darnos cuenta, de que cada vez se vuelve más difícil divertirse.
Esto se debe, en parte, a las grandes presiones y múltiples actividades que tenemos.
Casi no nos queda tiempo para divertirnos y cuando lo tenemos, estamos muy cansados.
Creemos, equivocadamente, que la única y mejor forma de descansar es acostarnos, ver televisión, etc.
Este tipo de actividades sí nos ayuda a descansar físicamente, pero no elimina o disminuye el cansancio provocado por el estrés, las preocupaciones, los problemas, etc.
Para este tipo de cansancio, lo mejor es divertirnos.
Otras razones por las que estamos perdiendo la capacidad para divertirnos son:
La rigidez y/o el perfeccionismo, resultado de nuestra educación o de lo que vivimos en nuestra niñez o adolescencia.
El miedo a la crítica de los demás.
La moda que nos "obliga" a hacer "cosas divertidas" que a nosotros no nos divierten.
El hábito de preocuparnos por todo o de estar constantemente tensos.
Una mala autoestima, que nos lleva a vigilarnos todo el tiempo y a tratar de dar una imagen aceptada por la sociedad.
Haber desarrollado una actitud de víctima.
Hemos perdido la capacidad de asombro y de ser creativos.
Ideas equivocadas como:
Divertirse es perder el tiempo.
Sólo la gente irresponsable o inmadura, busca divertirse constantemente.
El valor e importancia de una persona depende de lo que tiene, por lo tanto no podemos desperdiciar el tiempo en jugar.
¿CUÁNTAS DE LAS ACTIVIDADES QUE HACES PARA DIVERTIRTE O PARA LLENAR TU TIEMPO LIBRE, REALMENTE TE DIVIERTEN?
Cada persona se divierte de una manera diferente, de acuerdo a su forma de ser, valores, sentimientos, pensamientos y experiencias previas.
Lo que puede ser muy divertido para una persona, puede ser muy aburrido para otra.
Hay quien se divierte con actividades que puede hacer estando solo y hay personas que necesitan a otras personas para divertirse.
Algunos prefieren actividades que requieren mucho esfuerzo o fuerza física y otros buscan actividades más tranquilas.
Lo importante, es encontrar qué es lo que te divierte a ti.
¿QUÉ HACER?
Todos tenemos la capacidad para divertirnos, porque todos hemos sido niños.
En los niños pequeños, jugar, reír, disfrutar y divertirse, es parte natural de su forma de ser.
Por lo tanto, podemos recuperar o fortalecer dicha capacidad.
Lo primero que tenemos que hacer, es romper con nuestra rutina.
Reconocer la importancia de la risa y la diversión y estar dispuestos a dedicarle un tiempo específico.
Olvidarnos de "algún día me gustaría…" o "yo siempre quise…", y actuar.
No esperar que el momento indicado o la actividad o persona relacionada con nuestra diversión, llegue mágicamente a nuestra puerta.
Si nuestra actitud es pasiva, de espera, pocas veces vamos a lograr lo que deseamos.
Nuestro punto de partida somos nosotros mismos.
Necesitamos conocernos, vernos a nosotros mismos en estos momentos, no a la imagen formada en el pasado, para saber qué nos gusta y qué no.
Qué nos causa placer y alegría y qué nos molesta o nos deja indiferentes.
A nosotros, no a los demás.
Y sobre todo, debemos respetar esos gustos, sin compararnos con otras personas.
Uno de los principales obstáculos en relación a la diversión es la presión de nosotros mismos o de los demás.
Muchas de las actividades que hacemos, nos las disfrutamos, porque nos ponemos un límite de tiempo para hacerlas, nos exigimos un gran desempeño, las hacemos para demostrar que somos valiosos o importantes, etc.
Para divertirnos, necesitamos enfocarnos en el proceso, en lo que hacemos y no en los resultados.
Analiza las actividades que realizas y que no disfrutas y pregúntate por qué y para qué las haces y cómo podrías hacerlas más amenas y divertidas.
Si cambiamos nuestra actitud, aun ante las obligaciones, podemos realizarlas con mayor placer.
Puedes empezar haciendo una lista, de las actividades que en otros tiempos disfrutabas.
Ten en cuenta que nosotros cambiamos, por lo que nuestros gustos y preferencias también pueden hacerlo.
Pero de todos modos, esa lista pude ayudarte.
Revisa las situaciones que te divierten o que lo hicieron en el pasado y analiza qué hiciste, en donde, con quién, por qué crees que te divertiste, etc., para encontrar las situaciones o personas que te causan placer y te ayudan a disfrutar de la vida.
Haz otra lista con las cosas que te gustaría hacer o tener y compara ambas listas y analízalas.
De las cosas que te gustaría hacer, ¿cuáles estás haciendo o has hecho en el pasado?
Si dejaste de hacer ciertas actividades que te gustaban, ¿por qué lo hiciste?
¿Qué impide que las vuelvas a hacer?
¿Te gustaría volver a hacerlas o a hacer algo similar?
¿Qué impide que lo hagas?
Si crees que no tienes tiempo, búscalo.
No necesitas buscar diversiones que requieran de mucho tiempo o de un lugar en especial.
Si te gusta caminar, sal a dar una vuelta de 10 o 15 minutos.
Si te gustan los chistes, ten a la mano siempre algunos.
Escucha la música que te gusta, siempre que puedas.
Analiza cuál es tu actitud y tu manera de pensar, en relación a la diversión.
Algunas de las muchas cosas que podemos hacer para divertirnos son:
Viajar o simplemente planear los viajes y soñar despierto,
Ir al cine, al teatro, a ver un espectáculo, etc.
Vernos con algún amigo con el que nos divertimos o pasamos un buen rato,
Tener un pasatiempo, coleccionar cualquier cosa que se nos ocurra, armar rompecabezas, escribir, pintar, bailar o cualquier actividad que se te ocurra.
No digas que algo no te gusta si nunca lo has probado o si lo hiciste hace muchos años.
Pero pruébalo con la intensión de jugar y disfrutar, sin que te importe si lo haces bien o mal.
Cualquier cosa que hagamos, con una buena actitud puede darnos satisfacción.
Psicóloga Silvia Russek
Lic. En Psicología Clínica.
Maestría en Terapia de Pareja.
Tel. 044 55 1924 9863 (Ciudad de México).
e-mail: bienestar.e@gmail.com