OCHO RECOMENDACIONES PARA LA TOMA DE DECISIONES
Tomamos decisiones todo el tiempo, a veces sin darnos cuenta. Algunas decisiones son fáciles y otras no tanto, algunas decisiones implican ganancias y éxito mientras que otras conllevan un costo bastante doloroso y pérdidas.
Piensa en un momento de tu vida en el que te sentiste en una encrucijada. Elegir entre quedarte o retirarte de un empleo, tener o no tener hijos, estar o no estar en un compromiso, contratar o despedir a alguien en tu negocio, expresar tus necesidades e inquietudes o elegir quedarte callado, darle un sermón a tu hijo, castigarlo o abrazarlo.
No es fácil tomar decisiones. La primera emoción que suele aparecer cuando nos enfrentamos a una decisión importante es el miedo, el miedo a equivocarnos. En realidad, es normal y esperado, que al estar en una encrucijada aparezca esta emoción y que tengamos miedo de no tomar la decisión correcta, miedo a las consecuencias que traerá nuestra decisión y muchas otras historias que nuestra mente anticipa con el afán de protegernos.
Nos cuesta trabajo tomar decisiones porque hay riesgos en cada camino que elijamos y a nuestro cerebro le importa mucho que evitemos los riesgos que puedan traducirse en dificultades o fracaso y en última instancia en la muerte.
Tomando en cuenta lo dicho, aquí tienes 8 recomendaciones para cuando tengas que tomar decisiones importantes:
1. Dale un tiempo a tu mente para que se aclare.
Nuestra mente necesita descanso y tiempo para acomodar la información y poder encontrar una solución, si es que hubiera que encontrarla. Tómate tu tiempo, no te apresures a luchar contra la dificultad. Intenta observar la situación como si no te estuviera pasando a ti, conviértete en el observador y toma distancia. El tomar perspectiva nos permite actuar con mayor claridad. Evita perder tiempo en quejas y lamentos, esto le quita claridad a tu mente.
2. Reconoce tus ideas y sentimientos respecto a la situación en la que te encuentras.
Al darte un tiempo para reconocer tus ideas y sentimientos, estás ayudando a que tu mente haga su trabajo de manera natural por así decirlo. La experiencia de bloquear y/o evitar puede volverse postergación crónica o procrastinación, lo cual suele acarrear más problemas aún.
3. Toma en cuenta que no existe una única opción “correcta”.
La mayoría de las veces no existe una opción «buena» y otra «mala», “correcta” o “incorrecta”. Tendemos a pensar de forma dicotómica o polarizada, «¿Cuál será el camino correcto?” El camino o la opción “correcta” que elijas puede llevarte o no a tu satisfacción personal, esto dependerá más de lo que es importante para ti, de cómo quieres recorrer ese camino o de qué tipo de vida quieres para ti. Considera que el camino que elijas será el tuyo, a veces hay más de una opción correcta o buena, cada decisión tendrá sus cosas buenas y sus cosas malas.
“Existen decisiones adecuadas a tus objetivos, el contexto y las circunstancias en las que estás”
4. Considera la gama de opciones a tu alcance.
A veces estamos entre dos opciones sin darnos cuenta que hay más alternativas, por ejemplo: valoramos la oferta de trabajo A frente a la oferta de trabajo B, pero aquí también existe la opción «ninguna de ellas y seguir buscando». Es conveniente y valioso hacer una pausa y reflexionar, si requiero tomar la decisión influenciado por lo que alguien más espera de mí, o por lo que en realidad yo quiero para mi vida. Piensa también sobre el porqué de la decisión, ¿por qué debo tomar ésta decisión? ¿qué pasaría si no lo hago? ¿Es forzoso que lo haga en este momento? ¿si las cosas siguieran como hasta ahora y yo no me decidiera ni me movilizara hacia ninguna opción cuáles serían las consecuencias?
“No tomar decisiones es, en sí misma, una forma de decisión.”
5. Analiza pros y contras, así como el peso emocional que tiene para ti.
Realizar una lista de «Pros y Contras» es realmente útil. Escribirlo es además una buena forma de ayudar a nuestra mente a organizar nuestras ideas. Puedes hacerlo, añadiéndole a cada argumento el peso emocional/subjetivo que tiene para ti ese argumento en una escala de 1 al 10, por ejemplo: el «1» sería que ese argumento no te importa mucho y «10» que lo consideras muy importante.
6. Visualízate en cada posible solución.
Visualizarte en cada una de las posibles opciones es una excelente herramienta. Intenta imaginarte con todo el detalle que puedas cada opción y como te sentirías si esta fuera un hecho. Pregúntate: ¿Cómo me veo en la opción A? ¿Cómo me hace sentir? ¿Me imagino sintiéndome satisfecho en esta opción? ¿Es esto lo que yo quiero para mi vida?
7. Ponte una fecha lÍmite objetivamente para tomar la decisión.
Ponte una fecha límite teniendo en cuenta si tienes un plazo a cumplir o no, considera también la dificultad de la decisión. No te quedes en la «parálisis por análisis» analizando indefinidamente pros y contras. Tendrás situaciones en tu vida, donde no tengas mucho tiempo para pensar y analizar, por ello, es preciso practicar en escenarios cotidianos y movilizarte, aunque no estés 100% convencido.
Para poder avanzar en la vida hay que moverse, no esperes a estar completamente libre de inseguridad, incomodidad, o miedo, actúa, toma riesgos y comprométete con lo que realmente es importante para ti.
8. Practica pequeñas meditaciones a lo largo del día.
Siéntate un momento en silencio y permite que los pensamientos crucen por tu mente mientras los observas, como olas del mar (que vienen y van) o nubes en el cielo (que no se quedan fijas). Después presta atención a tu respiración y al lugar de tu cuerpo donde se hace más notoria. Disfruta unos minutos de esa sensación y permite que cualquier idea llegue a ti, sin forzarla. Mantén este estado el tiempo que te apetezca. No por estar más tiempo será más productivo. La principal intención es darte un momento para descansar la mente. Si te es posible repite un par de veces al día en momentos de estrés y será de gran ayuda.
Tomar decisiones es parte de ser humano. Es importante que reconozcas que no existe decisión “correcta” o “incorrecta”, sino decisiones adecuadas a tus valores, a tus objetivos de vida, contexto y circunstancias actuales y como en cualquier otra habilidad, también puedes entrenar tu capacidad de tomar decisiones más acertadas, de acuerdo a lo que es más importante para ti.
Lorena Nayeli Pérez Siordia.
Psicoterapeuta y docente. Especialista en el tratamiento de las Adicciones, Prevención de recaídas, Depresión, Trastorno Bipolar, TEPT y Trastornos de Ansiedad desde el Enfoque Cognitivo Conductual. Instituto Jalisciense de Psicoterapia Cognitivo Conductual.
https://www.ijpcc.com/aprende-a-tomar-decisiones/