LO ESPIRITUAL HABITA EN LO COTIDIANO
La espiritualidad está también en lo cotidiano.
No hace falta disfrazarse de místico, ni encender inciensos, poner música new age, o recitar mantras –aunque todo ello ayuda a algunas personas-.
Lo importante es mirar con ojos de ver, y sentir con el corazón en vez de con la mente.
“Converso con el hombre que siempre va conmigo. Quien habla solo, espera hablar a Dios un día.” (Antonio Machado, poeta)
“Ahora sí, parece que ya empiezo a entender. Las cosas importantes aquí son las que están detrás de la piel.”
De la canción La casa por el tejado, (Fito, cantante).
“All you need is love”, (Todo lo que necesitas es amor). (The Beatles).
“La chispa de la vida”, anuncio de Coca Cola.
“Don´t worry, be happy”, (No sufras, se feliz) (Bobby Mc Ferrin, cantante)
El mundo que nos rodea está lleno de mensajes más profundos de lo que aparentan.
Por todos los sitios.
No hace falta recurrir a los textos sagrados, ni a los libros más esotéricos.
Los amaneceres nos hablan de esperanza y confianza, la música nos habla del corazón, y la Creación en su conjunto nos habla del Poder Celestial.
La risa de un niño es la voz de Dios, un abrazo es perpetuar a la madre, un suspiro es la respiración del alma, y el amor es la confirmación de la existencia del Cielo.
Si fuéramos capaces de dejar de magnificar lo Divino haciéndolo inalcanzable, y nos permitiéramos la delicia de creer que lo espiritual anida en la tierra, en cada uno, y lo podemos degustar a diario, otro brillo ocuparía nuestra mirada y otro latido más sereno y confiado sería el ritmo de nuestro corazón.
Dios está aquí, a mano.
Lo divino está al alcance de la intención.
La maravilla es todo.
Quizás debiera pedirte que veas a Dios en todo.
Que toques a tus seres queridos como si fueran Dios.
Y viceversa.
Que Le dejes abrazarte.
Que cierres los ojos y Le sientas.
Que abras los ojos y Le veas.
Que respires y Le exhales.
Que inspires y te llenes de Él.
Que llores para que veas cómo Se convierte en lágrimas.
Que seas feliz para que te sientas como Él.
Y que hagas el milagro de amarte, para que sientas cómo te ama Él.