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 HAY VERDADES IMPERECEDERAS Y VERDADES OCASIONALES.



Noviembre 27, 2021, 06:44:11 am
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Desconectado Francisco de Sales

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HAY VERDADES IMPERECEDERAS Y VERDADES OCASIONALES.
« en: Noviembre 27, 2021, 06:44:11 am »
HAY VERDADES IMPERECEDERAS Y VERDADES OCASIONALES


En mi opinión, la verdad, que según el diccionario es la “propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna”, no siempre respeta esa definición en la que se ha pretendido encasillarla y a veces admite ir variando a lo largo del tiempo, debido a las experiencias vividas o la evolución personal.

Creo que todos hemos tenido la ocasión de comprobar que lo que en un momento nos convencía de tal modo y con tal fuerza que creíamos que era la verdad, la irrefutable verdad, con el tiempo fue perdiendo su firmeza y fue dejando que otra verdad distinta –más adecuada al momento personal- fuese ocupando su lugar.

Tal vez no sea que las cosas cambian con el tiempo sino que es uno quien modifica su apreciación de las cosas, o es que la escala de valores y de importancias va cambiando, o es que los niveles de comprensión van ampliándose y las formas de ver son distintas –porque ahora se mira con otra atención-, pero es cierto que algunas de nuestras verdades se mantienen inalterables –y no me refiero sólo al nombre y apellidos- y otras demuestran que sólo eran temporales, incluso sólo ocasionales.

Algunas verdades son generales y están aceptadas por todos –como el hecho de que si sumamos dos más dos resultan ser cuatro- y otras verdades son exclusivamente de uso personal y otros no están de acuerdo con ellas. Otras veces aquello a lo que llamamos verdad es sólo una opinión.

De todas las verdades posibles… ¿cuál es la que importa? Parece apropiado que lo correcto es respetar la que sea propia, pero eso conlleva el riesgo de que “la verdad personal” sea algo obsesivo o errado o puro fanatismo.

Entonces… ¿qué es lo apropiado? Tal vez sea entender que todas las verdades son o pueden ser provisionales, y que revisarlas de vez en cuando para comprobar si uno sigue creyendo realmente en sus propias verdades es una excelente idea: parece que es  mejor que sigan libres sin quedarse aferradas a una definición o una idea ya hecha y cerrada, porque eso las impide –y nos impide- evolucionar.

No es malo reconocer que una verdad que estamos usando está equivocada y entonces cambiarla, o admitir que ha evolucionado mejorando, o que nos sirvió durante un tiempo pero ahora podemos dejarla ir. Eso hablaría de nuestra apertura a la evolución, que siempre es mejor que un inmovilismo perjudicial en algo que necesita su actualización de acuerdo con los nuevos momentos.

Es conveniente reservarse el derecho a cambiar de opinión sin tener que dar explicaciones a nadie –sólo a uno mismo-; es contraproducente aferrarse a esas “verdades” que hemos heredado y nunca cuestionamos para comprobar si estamos de acuerdo con ellas o si se han quedado obsoletas o si es que nunca creímos en ellas pero las obedecimos y no nos atrevimos a rebatirlas.

Quizás sea mejor tener unas ideas y opiniones temporales, actualizables cuando sea preciso, y no regirse por una sarta de verdades absolutas, como mandamientos escritos en piedra, que uno no puede contradecir.

Por otra parte, madurar es declarar y defender las propias verdades sin tener preocupación porque que sean distintas de otras y no tener miedo a las consecuencias que ello pueda acarrear. La otra opción es la sumisión a las verdades ajenas, pero entonces… ¿dónde queda uno? Si uno no puede ser él mismo y creer en sí mismo… ¿dónde queda uno?

La verdad no es ni ha de ser la opinión o el interés de la mayoría. La verdad propia es una elaboración personal, es el fruto del aprendizaje, es el colofón a una reflexión o a una experiencia o a una vida.

Vivir es un continuo aprendizaje. Nuestra vida ha de ser el resultado de aplicar nuestras propias verdades, de poner en uso nuestras filosofías, de expandir nuestra persona y nuestro Ser.

Quien está en la búsqueda continua de su Verdad entiende que ésta nunca ha de ser definitiva, si bien puede se repetir la misma cada día mientras siga siendo veraz, y que la apertura mental a otras opciones puede ser fuente de conocimiento y muy útil para hacer los cambios que se consideren necesarios o para confirmar lo que uno ya sabe.

Observa tu respuesta a estas preguntas: ¿Cuáles son MIS VERDADES más firmes?, ¿cuáles son MIS VERDADES obsoletas o ajenas?, ¿qué verdad no es verdad?, ¿mis verdades se basan en conformidades o las he creado yo?, ¿qué pasa si tengo que cambiar algunas de ella?

Te dejo con tus reflexiones…


 

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