Una de las experiencias más dolorosas de vivir, pero por la que un sinfín de parejas tienen que pasar, es la separación, divorcio o ruptura, y, muchas veces, en contra de su voluntad. Una gran cantidad de parejas, tienen que dejar el vínculo, a pesar de ellas mismas.
Las razones pueden ser variadas: porque hay maltrato, infidelidad, desamor, abandono, etc. Lo importante aquí es subrayar que cuando una relación termina, y que ha sido significativa, se emprende un proceso de duelo que atañe por igual a ambos miembros de la pareja, a los hijos y a sus familias.
El proceso es doloroso, conflictivo y se vive con angustia y depresión. Es muy difícil tomar conciencia que desbaratar un vínculo serio y comprometido, requiere de un rompimiento y desprendimiento de promesas, amores, amistades, familias, rutinas, hábitos, expectativas, de un esquema de vida que se tenía planeado a largo plazo, de un proyecto de vida compartido.
Experimentar la soledad y no tener más a ese amor con el cuál siempre me prometí que terminaríamos la vida juntos. Pero esa ilusión y esa promesa quedan hechas añicos en un solo momento. Y ahora, ¿qué hago con mi tiempo, con mi soledad y con mi fuerte sentimiento de abandono y frustración?
¿Con quién lo comparto?
Diversos sentimientos toman lugar en esta experiencia dolorosa:
LA CULPA
El mundo de las personas en este proceso se viene literalmente para abajo y sienten que nunca jamás podrán salir de esta situación, mezclada de sentimientos encontrados. Existe confusión y recriminación hacia el otro o hacia sí mismo. Y sí hubiera…. Y sí no hubiera… Tal vez sí… Pero es que yo no hice o deje de hacer tal o cual…
En general ambos miembros de la pareja sienten el peso de la culpabilidad en su proceso, lo que da como consecuencia un estado de ánimo depresivo y de recriminaciones internas por su parte en el proceso de deterioro de la relación en pareja.
El proceso parece interminable, además de que el estrés causado por el acontecimiento es enorme. Es importante empezar a tomar conciencia de nuestra responsabilidad en el proceso, pues es con lo único que vamos a poder trabar para poder salir lo mejor librados del asunto.
LA SENSACIÓN DE FRACASO
La relación en pareja es uno de los vínculos a los que más le invertimos energía, tiempo, compromiso, sueños, cama compartida por tiempo largo, amigos, hijos, acontecimientos importantes, logros, desvelos, peleas, definiciones, sueños, ilusiones, viajes, lugares visitados, la construcción de sueños y proyectos.
Y de pronto, nos quedamos sin nada de nuestra inversión afectiva, cuando ya no lo tenemos, el dolor, la frustración, y la sensación de fracaso dominan todo el cuadro de nuestra vida emocional.
Esta es una de las etapas que cuesta más trabajo superar por la importancia de todo lo que perdimos, además de la seguridad y la confianza. Puesto que fallamos en uno de los proyectos más importantes de nuestra vida. Y de ahí también alimentamos la culpa y la depresión. Nuestro futuro se ha tornado incierto.
LA DESESTABILIZACIÓN AFECTIVA
Estas rupturas llevan a una desestabilización porque requiere que cambies de identidad, ya no soy una mujer o un hombre con una pareja estable, por el contrario, ahora me encuentro sola, o solo, y lleno de remordimientos, culpas y tristezas.
La inseguridad toma lugar, creemos y pensamos que jamás nos repondremos. Hemos perdido la brújula, ¿Qué es lo seguro y qué es lo incierto?
Todos sufren esta sensación de inestabilidad que parece que nos atropella y pasamos por todos los sentimientos: el aislamiento, la tristeza, la furia, el enojo, el abandono, el desamparo, la incertidumbre.
Es volver a construirse una nueva identidad. Construir una vida distinta y diferente, y nos cuesta trabajo abrirnos a experiencias nuevas. Por momentos no queremos saber de nada ni de nadie. En otros momentos, nos aparecen pensamientos destructivos y realmente la pasamos muy, muy, muy mal…
LA EXPERIENCIA SE VUELVE DESGARRADORA…
Se nos desgarra la vida, el alma y las entrañas…
Es difícil establecer el tiempo de recuperación del proceso, depende de cada miembro de la pareja, de las condiciones de la ruptura y de lo significativo de la relación. Sin embargo, siempre es posible salir de ahí, sí comprendemos que es un proceso y que requerimos vivir sentimientos muy intensos, muy profundos y que nada ni nadie puede vivirlos por nosotros…
¿DE VERDAD ES POSIBLE UNA RECUPERACIÓN?
La recuperación es posible, pero de nuevo planteo que es necesario pasar por las diversas partes del proceso, de lo contrario, nos quedaremos en un duelo inconcluso esperando que algún día las cosas cambien.
Sanar las heridas lleva tiempo, y más si existen hijos de por medio, si por fuerza requerimos seguir viendo a nuestra ex pareja, nos guste o no.
He aquí algunos tips probados para hacerse más ligero el proceso. No dije para saltárselo, sino que no se abandone a sus heridas y continúe con su vida, a pesar de todo:
REALIZAR UNA TOMA DE CONCIENCIA DE LA HISTORIA DE LA PAREJA…
Es importante reconocer que a pesar de todos los sentimientos experimentados, la confusión y la parálisis son normales. Es necesario asumir que nosotros también participamos en esta ruptura, que no somos víctimas, pero el contrario, tenemos nuestra parte de responsabilidad en el proceso.
Seguramente la relación ya era tóxica, desamorada, disfuncional, maltratadora, abusiva y llena de experiencias de malestar más que de bienestar, en donde todos han sufrido, y cuando digo todos, son todos los integrantes de la pareja, los hijos y sus familias.
La experiencia del divorcio o separación es una experiencia traumática, más cuando se lleva a cabo en situaciones de gran dolor y violencia. Aunque creamos que el otro tiene la culpa, nosotros también participamos, y eso es lo más doloroso de aceptar.
TOMAR DISTANCIA DE LA SITUACIÓN
Las personas involucradas en este proceso requieren tomar distancia y darse unos días para repensar lo que viven y experimentan. En estos procesos se deteriora la calidad de vida en todos los sentidos, en el trabajo, en lo social, se baja el rendimiento, existen fallas en la atención, alteraciones en los patrones de sueño, de comida.
Ocuparse les cuesta trabajo, concentrarse también, sería ideal poder tomar unas pequeñas vacaciones, aunque ni esas, van a modificar el estado interno, porque se tiene la sensación de no caber en ningún lado.
Es una sensación interna que vamos a llevar a cualquier lado en el que nos encontremos.
Recuerden: hemos perdido el norte, y poco a poco, tendremos que recobrarlo. Es necesario ir vislumbrando hacia necesitamos ir redirigiendo nuestras vidas, aun cuando estemos tan dolidos…
EL APOYO DE AMIGOS Y FAMILIARES ES INDISPENSABLE
Es muy importante que ambos miembros de la pareja tengan una red de contención importante para poder desahogarse; la psicoterapia es una buena manera de afrontar el dolor, los grupos de ayuda, los libros, talleres, estar en contacto con otros.
Es mejor pasar el proceso acompañado que solos, aunque lo que más nos llama es el aislamiento. No se esfuerce, pero sí, no se quede tan solo o sola todo el tiempo, porque de todos modos, lo tenemos que pasar…
NO PELEARSE CON LAS EMOCIONES
Toda la gama de sensaciones y sentimientos que aparecen en el proceso son normales, no se pelee con ellas, están ahí y ahí están, es necesario comprender que no las podemos gobernar. Estamos en un proceso de dolor y de una nueva adaptación a una realidad distinta a la que hemos vivido tiempo atrás.
AUNQUE PAREZCA MENTIRA, TODO PASA, Y ESTO TAMBIÉN PASARÁ.
EVITAR EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE CAER EN EL ABUSO DE SUSTANCIAS…
Una gran cantidad de personas, y no sólo en los procesos de separación, intentan evitar los procesos dolorosos y profundos mediante el alcohol o las drogas o las anfetaminas, o tal vez otras. Recuerda que este es un proceso de recuperación que tiene que darse de manera integral, en lo físico, en las emociones, en lo espiritual y en lo social.
RECUERDA: ES UN PROCESO QUE NADIE SE PUEDE SALTAR Y CUANDO ESTÉS LISTO, POCO A POCO TE IRÁS REINTEGRANDO A UNA MEJOR MANERA DE VIVIR.
PERO SI TÚ NO HACES ESTE PROCESO, COMPRENDIENDO QUÉ PASO, EN QUÉ PARTICIPASTE, Y QUÉ APRENDES DE TODO ESTO… ENTONCES, LA EXPERIENCIA NO HA SIDO PROCESADA.
NO HAY ATAJOS PARA LA EXPERIENCIA HUMANA.
(Ana Giorgana)
