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 3 TRUCOS INFALIBLES PARA CONTROLAR EL ENOJO CUANDO TE INSULTAN.



Diciembre 02, 2021, 05:40:28 am
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3 TRUCOS INFALIBLES PARA CONTROLAR EL ENOJO CUANDO TE INSULTAN.
« en: Diciembre 02, 2021, 05:40:28 am »
3 TRUCOS INFALIBLES PARA CONTROLAR EL ENOJO CUANDO TE INSULTAN.


La verdad es que no es fácil controlar el enojo más aún, cuando alguien te insulta.

Todos tenemos esa sensación de querer soltarle un buen golpe a la otra persona, o mínimo regresarle el insulto, me declaro culpable.
No es fácil tener un dominio de nosotros mismos, porque somos seres instintivos. Hay muchas hormonas reaccionando en nuestro organismo, somos un conjunto de sistemas biológicos en interacción constante.
No te desesperes si tú también tienes muchos problemas para controlar el enojo, ya somos dos. ¿Cómo no ponerse a la defensiva cuando alguien te insulta tan abruptamente?
Simplemente es algo humano sentir ese rencor, es de hecho, un mecanismo de defensa incrustado en nuestra naturaleza.
Pero por otra parte, debemos ser muy cuidadosos porque ese tipo de reacciones violentas, nos pueden llevar a otras reacciones más violentas. El odio es un sentimiento muy fuerte y agresivo, de hecho:

Por eso los dictadores al estilo de Hitler, aunque nadie pensaba que llegarían muy lejos, mira el daño que fueron capaces de hacerle a toda la humanidad.
No digo por ningún motivo que te vas a convertir en un criminal o en un tirano, pero un pensamiento agresivo te puede llevar a otros mucho peores. Es como una reacción en cadena.
Es también como la clásica historia de un drogadicto. Generalmente empiezan con un “inocente” cigarro. Como son personas vulnerables, les ofrecen marihuana y la prueban, les gusta. Luego les ofrecen cocaína, les encanta, luego LCD y bueno ahí ves los resultados.
Por cierto, esto me recuerda a la película “Trainspotting” una de mis películas favoritas, dicho sea de paso, te la recomiendo mucho. Si no la has visto ya, te hará sentir la angustia que siente un drogadicto al pasar por un duro proceso de rehabilitación.
Lo mismo que un drogadicto va probando cada vez sustancias y drogas más peligrosas, se da con los pensamientos agresivos y violentos. Bien dice la frase:

“La violencia genera violencia”
– Esquilo, dramaturgo griego.

Por eso en esta entrada quiero proponerte unos trucos infalibles para controlar el enojo y que en lugar de reaccionar de una manera violenta, tengas más control sobre tu mente, tus emociones y tu cuerpo cuando recibes un insulto:

Truco #1: Ignora el insulto sin educación y sigue tu camino
Primero quiero referirme a las personas que simplemente te insultan sin ninguna razón aparente, pero en realidad están desvalidas emocionalmente hablando.

En esta entrada sólo quiero decirte que simplemente habrá personas que te insultarán porque es su manera de reflejar su falta de amor propio.
Alguna vez leí una frase que me gustó mucho:
“Insultar a alguien que te insulta escondiendo su envidia, es como darle una patada a un desvalido que ya está en el suelo”
Esa es la situación. Te haré la siguiente pregunta:
¿Qué haces cuando vas caminando por la calle y un ebrio vagabundo con una botella en la mano, y sin poder mantenerse erguido, empieza a insultarte?
Lo más probable es que voltees a verlo por seguridad, y al verlo sin poder caminar erguido siquiera, seguirás tu camino sin siquiera molestarte por sus insultos. Hasta te aseguro que sientes algo de pena por ese pobre hombre.
Algo muy similar deberías hacer con las personas que simplemente te insultan por envidia o incluso sin ninguna razón aparente. Simplemente son sus odios personales y:

Tenles paciencia, tenles compasión, porque tú sólo tuviste que soportar sus palabras venenosas y agresivas por unos segundos, sin embargo ellos se tienen que soportarse todo el tiempo.
Cuando ves a un vagabundo ebrio que te insulta, nunca lo insultas de regreso. Sería como decía la frase: patear a un desvalido que ya está en el suelo.
Mi consejo es que simplemente ignores el insulto, o la falta de educación que suelen tener muchas personas –incluso algunas cercanas a ti–, y sigas tu camino tal como lo harías con un ebrio vagabundo.

Truco #2: Usa la diplomacia. Evita regresar los insultos
Hay algo que puedes hacer antes que responder con fuerza y determinación a un insulto. Esto requiere muchísimo coraje y carácter de tu parte pero vale mucho la pena.
Aún recuerdo una ocasión en la que usé la técnica de “dar cachetada con guante blanco”. En esa ocasión me costó muchísimo trabajo contener mi enojo.
Estaba con un grupo de amigos en la Facultad, y todos estábamos hacía media hora esperando a una amiga para ir a comer, porque ella había quedado de comer con nosotros.
Ella platicaba con un tipo al que yo le caía muy mal, porque su amiga me estimaba y él de hecho, quería que ella fuera algo más que sólo su amiga – cosa que nunca sucedió–.
El punto es que después de media hora, nadie se atrevía a decirle que ya teníamos hambre y queríamos ir a comer.
Pensé dentro de mí: “Como siempre yo tendré que ser el elegido para decirle algo”. Entonces me acerqué a mi amiga y a su “fan” o "pretendiente" que no la dejaba ir. Y le dije a ella:
– Oye, mira, es que ellos y yo, ya queremos ir a la zona de comida, ¿nos alcanzas o vienes con nosotros?
Ella se veía que estaba desesperada y quería ir con nosotros, pero no se podía despegar de su “pretendiente”. Antes de que ella dijera algo, el tipo impertinentemente me miró con todo su odio y dijo en voz alta para que escucharan todos:
– ¡Ya vete a comer, porque tú y tus amigos están de “hambreados”!
Si te soy sincero, en el momento que pasó esto, tardé en reaccionar. Lo primero que pensé fue: “¿Es en serio lo que me acaba de decir este tipo? ¿Escuché bien?” Volteé a ver a mis amigos y todos se quedaron muy serios, enojados y callados.
Entonces entendí que había sido real:
La sangre empezó a bombear fuertemente por mis venas y estaba a punto de decirle un insulto muy hiriente, e incluso pasó por mi mente acercarme agresivamente a él para que se atreviera a repetir lo que me acababa de decir, pero al ver a mi amiga y su mirada espantada y desconcertada, lo reconsideré abruptamente.
Por segundos, todos se quedaron en silencio absoluto. La incomodidad se respiraba en el ambiente lleno de tensión. Mis amigos sabían que le diría algo agresivo a ese tipo. La verdad no sé bien cómo logré contener esas ganas de golpearle la nariz.
Pero simplemente me quedé con la cara roja de coraje, sonreí y lo observé con una mirada que sólo hago cuando estoy muy, muy enojado. Luego respiré un segundo y le dije:
– Yo y mis amigos comemos cuando tenemos hambre. A eso te refieres con “hambreados”, ¿no?
El tipo se quedó pasmado, no aguantó mi mirada sobre sus ojos. Y no pudo decir nada más. Volví a sonreír y dije algo como:
– Eso pensé, entonces sí, estamos “hambreados” porque tenemos hambre. Creí que era un insulto, me da gusto que no lo sea.
El tipo se quedó sin palabras. Quizá se dio cuenta que había cometido un estúpido error al insultarme así a mí y a mis amigos. La verdad no sé bien qué pasó por su mente, pero sí recuerdo su mirada perdida y llena de confusión.
Mi amiga inmediatamente nos siguió, y de hecho nos pidió una disculpa a todos en nombre de su “pretendiente”. Mis amigos me “felicitaron” por mi respuesta y se rieron un buen rato del acontecimiento.
Yo en realidad no quería regresarle el insulto, aunque de alguna forma sí lo hice. Sólo quería relajar un poco el ambiente, pero quizá por mi coraje no pude decir nada más conciliador y amenazante a la vez.
La diplomacia puede ser un arma así de poderosa. Pude ser más diplomático, y simplemente ignorarlo como en el primer consejo de esta entrada, pero él había sido muy hostil conmigo y mis amigos, y eso no se podía quedar así.
Ningún insulto que yo hubiera podido decirle, habría tenido el mismo impacto sobre él, de eso estoy seguro.
No vale la pena llegar a los golpes por un coraje como ese, eso es una realidad. Tu integridad física es demasiado valiosa como para que te dejes llevar por el coraje.
En esos momentos respira, analiza un poco las cosas, sé que es muy difícil, pero piensa antes de decir lo que cualquier tonto respondería.

El poder de dominarte a ti mismo, hará que la otra persona te respete muchísimo, porque esa es una verdadera demostración de carácter y coraje.

Antes de contestar cualquier tontería, guarda silencio, respira, tómate unos segundos y haz algo diplomático –o lo que más se le acerque a eso–. Es lo mejor que puedo recomendarte.

Truco #3: La autodefensa: El último recurso
Siguiendo la metáfora de ir caminando en la calle. Ahora imagina a un tipo que se te acerque con mucha sospecha de querer hacerte daño y lo intenta hacer.
Con esta persona no puedes simplemente seguir tu camino como en el caso del vagabundo. Aquí tienes que sacar el carácter y ponerle un alto, demostrarle que también puedes defenderte si busca problemas. Solo recuerda esta frase muy sabia:

“La violencia es el último recurso del incompetente”
– Isaac Asimov

Lamentablemente hay personas que te ven muy sonriente y siempre que te vean, se acercarán a querer hacerte daño emocionalmente. Lo sé porque me ha pasado en muchísimas ocasiones.
No por ser sonriente soy “dejado”, y lamentablemente he tenido que defenderme de agresiones psicológicas, para dejar bien en claro que no se intenten meter conmigo ni mis emociones nunca en sus vidas.
Algunos psicólogos les llaman “vampiros emocionales”, “personas tóxicas” o algunos términos por el estilo. Me parecen muy adecuados. Un vampiro busca saciar su sed con tu sangre para seguir vivo. Los químicos tóxicos son muy nocivos para tu salud.
Generalmente son personas con las que convives, por ejemplo un compañero de trabajo, un compañero de la escuela o alguna persona con la que convivas regularmente. En las peores circunstancias, se disfrazan de “amigos”, creo que eso es lo peor.
Yo solía tener un amigo así. Pensé que era muy mi amigo, pero con el tiempo me di cuenta que en realidad sólo quería sabotear mi mente con su propia basura mental.
Visitaba muy seguido mi casa y mis papás lo estimaban mucho, pero un día les dije a mis papás que le iba a prohibirle volver a la casa, porque ya no me interesaba su “amistad” llena de envidia y “sabotaje amistoso”. Desde luego que lo hice.
Mis papás se pusieron algo tristes, porque en verdad se llevaban muy bien con él. Pero tal como les había dicho, le prohibí regresar a mi casa y lo mandé al carajo con toda su toxicidad.
Recuerdo que el tipo ni siquiera se esperó que yo, siendo una persona tan sonriente, reaccionara con tanta determinación y coraje. Y es que eso es lo que uno debe hacer con una persona que busque sabotearte, así sea tu “amigo”:
Sacarlo “a patadas” de tu vida. Dile ¡Hasta nunca! Nada de “luego nos vemos, cuando estés mejor”, porque la otra persona no va a estar mejor si es una persona tóxica. Esa gente no merece nada de ti, punto final.
¿Vas a esperar a que el tipo se acerque a ti mientras caminas en la calle y que te haga daño sin que te defiendas y que cuando te vuelva a ver, lo haga de nuevo? ¡No lo creo!
No es que te incite a ser violento, ni que vayas a golpear a una persona, recuerda que sólo  es una metáfora.
De hecho esta entrada es para fortalecer tu autodominio ante el enojo. Pero nunca debes dejar que alguien quiera intimidarte, humillarte o hacerte sentir menos, ni siquiera tu jefe en el trabajo.
Si no lo debes permitir con tu jefe, mucho menos tu pareja. Háblalo y dile lo que no te pareció la forma en la que te trató, si fue un trato injusto. Dile que la manera en que te dijo las cosas, no fue la adecuada.
Te invito a que lo hagas PERO: “De la forma adecuada –con muchísimo tacto– y en el momento adecuado –cuando estén solos–”.
Probablemente esto sea lo más difícil: Enfrentar a alguien que amas o quieres mucho. Pero, olvidar tu amor propio por no perder el de otra persona no es romántico, de hecho es absurdo e inútil.

Te dejo esta frase del maestro Miyagui, de la película Karate Kid 1:
“Pelear no es bueno, pero si tienes que pelear, gana”
– Sr. Miyagui
En el caso de confrontar a la otra persona, recuerda que debe ser con mucha educación y tacto, pero también con muchísima firmeza y determinación.
En este caso debes ser muy contundente, y para eso necesitas el autodominio emocional para volver a recordar que es por amor propio, que te estás defendiendo de un saboteador al que probablemente estimes mucho.

En los momentos más duros de tu vida, te garantizo que has sido muy valiente. Eso es lo que tienes que hacer en estos casos; ser fuerte, determinante, educado y valiente.
En este caso no sólo te desharás de la nocividad de los insultos constantes, sino que desharás de toda influencia negativa que esa persona tóxica, ejerce actualmente en tu vida. Libérate de una vez por todas de todas las personas tóxicas.
Espero que estos trucos para controlar el enojo cuando te insultan, te sean de mucha utilidad:

Truco #1: Ignora el insulto sin educación y sigue tu camino.
Truco #2: Usa la diplomacia. Evita regresar los insultos.
Truco #3: La autodefensa: El último recurso.


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