¿CUÁNTO DOLOR ME HE CAUSADO?
En mi opinión, es muy interesante hacerse esta pregunta pero teniendo cuidado de que sea aséptica, que no lleve acusaciones ni reproches, y que las respuestas sean sólo un inventario real pero desapasionado, que no lleven implícita una recriminación ni una posterior depresión en el caso de que el resultado no sea del todo agradable, porque sólo de este modo se puede tener la objetividad necesaria para ver el asunto con imparcialidad y ecuanimidad, y para que, a partir de la información descubierta, y de un modo imparcial y sereno, se puedan tomar medidas para no volver a repetirlo.
A la pregunta del título se pueden añadir muchas más.
¿CÓMO EVITARME EL DOLOR?
¿CÓMO HAGO PARA QUE NO ME SIGA DOLIENDO?
¿CÓMO ME RECUPERO DE ESTE DOLOR?
¿CÓMO ES EL CONCEPTO QUE AHORA TENGO DE MÍ?
La lista sería interminable porque cada una de ellas podía parir un ciento más. Conviene hacérselas todas. Vivir sin respuestas a las preguntas que uno se hace es vivir engañado y engañándose.
¿CUÁNTAS VECES HE SIDO INJUSTO CONMIGO?
¿CUÁNTAS VECES ME HE EXIGIDO POR ENCIMA DE MIS POSIBILIDADES?
¿CUÁNTAS VECES NO ME HE CUIDADO?
¿CUÁNTAS VECES IGNORO MIS DESEOS Y NECESIDADES?
No cuidarme es causarme dolor, y también lo es si no atiendo las peticiones de mi Ser, y si no me doy Amor, y si no estoy atento a hacerme feliz y procurarme satisfacciones o atento a poner en mi vida cosas que me gusten.
El dolor, y esto conviene tenerlo muy claro, es lo que tú le permitas ser: la mejor lección de toda tu vida, un sufrimiento inútil y sin sentido, un contacto con tu Humanidad o con tu Alma, la puerta para acceder a una introspección… y también es un estado mental, irreal y evitable, del que conviene deshacerse pronto.
¿POR QUÉ ME TRATO MAL?
¿DE QUÉ ME SIRVE TRATARME MAL?
¿POR QUÉ NO ESTOY MÁS PENDIENTE DE MÍ?
¿POR QUÉ ESTA FALTA DE RESPETO?
¿POR QUÉ NO ME PUEDO PERDONAR ALGUNAS COSAS?
A menudo se nos olvida que la relación con uno mismo ha de ser lo más amable posible y que es absurdo y perjudicial que no sea así; El Amor Propio –el Amor a Uno Mismo- ha de ser el pan nuestro de cada día, el motivo o la razón de estar en este mundo, el acto más supremo que uno puede realizar por sí mismo. Y, además, es un mandato divino.
¿PUEDO TRATARME DE OTRO MODO MÁS AMABLE?
¿PUEDO SER MÁS COMPRENSIVO?
¿PUEDO PERDONARME Y RECONCILIARME CONMIGO?
¿PUEDO AMARME?
El tiempo dedicado a amarte es el tiempo mejor invertido. Conseguir una relación casi excelente contigo mismo, en el que la comprensión y el Amor estén continuamente presentes, ha de ser tu máxima aspiración. Tu relación contigo va a durar toda la vida… ¿vas a seguir causándote dolor?
Te dejo con tus reflexiones…
