CÓMO HACER LAS PACES CON UNO MISMO.
Por Elia Tabuenca
No somos perfectos. Esta es una afirmación que debemos tener clara en nuestra mente. No somos perfectos pero no pasa NADA. Es normal que, a veces, nos equivoquemos y que, en estas equivocaciones, podemos herir los sentimientos de alguien a quien queremos. Puede ser que en el pasado te hayas equivocado y que, debido a esto, ahora no puedas levantar cabeza. Pero es importante aprender a perdonarte y, así, poder pasar página. En este artículo de Psicología-Online vamos a descubrirte cómo hacer las paces con uno mismo dándote algunos de los mejores consejos que te ayudarán a volver a quererte y respetarte. Todo el mundo se equivoca, lo importante es aprender de nuestros errores e ir convirtiéndonos en mejores personas.
3 ASPECTOS BÁSICOS PARA HACER LAS PACES CONTIGO MISMO
Para poder hacer las paces con uno mismo es importante que, ante todo, dejes de fustigarte. Seguramente habrás actuado mal o habrás cometido algunos actos de los que no te sientes en absoluto satisfecho. Lo primero de todo es entender que tú, como todo el mundo, también te equivocas. Y es importante que, también, entiendas que el mundo no se divide entre buenos y malos, como apuntan las películas, sino que todos podemos ser buenos y, en ocasiones, tener un poco de maldad que tenemos que aprender a regular.
Así que deja que considerarte mala persona y admite que te has equivocado y que has actuado mal. Si eres capaz de aceptar tus errores y de arrepentirte por ellos, ya estás teniendo una actitud que mucho dista de malvada ya que estás siendo empático y estás experimentando el arrepentimiento. Por tanto, lo primero de todo es que te quites de la cabeza la idea de que eres mala persona porque NO lo eres.
Después de este primer paso que resulta fundamental, aquí vamos a darte más consejos básicos para que puedas hacer las paces contigo mismo.
Abraza tus defectos y perdónate por tus fallos
Todo el mundo tiene defectos y todo el mundo tiene virtudes. No podemos pretender ser los mejores en todo y no equivocarnos nunca porque, entonces, viviremos engañados y esperando ser de una forma que, realmente, no podremos ser. Por eso, resulta esencial que practiques un ejercicio de completa sinceridad contigo mismo y te descubras cuáles son tus virtudes, así como cuáles son tus defectos. Intenta hacer esta lista de la forma más objetiva posible para que puedas realizar un ejercicio 100% sincero.
Una vez hayas hecho esto, observa tus defectos e intenta no martirizarte por ellos. Puedes intentar ir cambiando uno a uno para ir limando esas partes de ti que no te gustan. Pero no te agobies, ve pasito a pasito intentando mejorar como persona. La vida es un viaje emocionante y apasionante y, uno de los mejores viajes que harás durante tu existencia, será tu viaje interior. Así que no tengas prisa por hacerlo y ve mejorando de forma progresiva.
Deja de compararte con los demás
Muchas personas se pasan toda su vida comparándose con los demás. Y aunque puede ser algo positivo ir viendo cómo viven las personas de tu alrededor, lo cierto es que también puede ser muy estresante y frustrante. Lo importante no es qué haces tú en relación a otras personas sino qué haces tú en relación a ti mismo. Es decir, tienes que estar a gusto con la vida que llevas, estar satisfecho con tus logros y con las metas que vas consiguiendo.
Debemos recordar que cada persona es un mundo y, como tal, cada uno tiene sus ritmos y sus propios tiempos. Por tanto, compararte con los demás no tiene sentido alguno, lo que tienes que hacer es vivir de la forma en la que te sientas pleno, a gusto y satisfecho. Solo así, podrás estar en paz contigo mismo de una forma plena.
Perdona tu pasado y vive el presente
Para poder hacer las paces con uno mismo resulta esencial que pases página sobre aquel hecho del pasado que te está frenando. Seguramente hay algo que no te has podido perdonar y, por eso, sigues estancado sin permitirte avanzar ni ser feliz en tu día a día. Pero tienes que tener una cosa clara: el pasado, pasado está. No se puede cambiar, se tiene que aprender a convivir con él y, sobre todo, obtener una lección de vida sobre lo que ha ocurrido.
Si ha habido alguna persona a la que hayas podido herir en tu pasado y no puedes vivir en paz, puedes procurar hacerle llegar tus disculpas. Hazlo de una forma respetuosa y, siempre, si esa persona está dispuesta a aceptarlas. Debes practicar la empatía y asumir las responsabilidades de tus actos pero tampoco quedarte martirizado. De todo se aprende en la vida así que intenta sacar el aprendizaje y continúa con tu camino.
SER POSITIVO PARA HACER LAS PACES CON UNO MISMO
Si quieres hacer las paces con uno mismo es importante que intentes hacer un cambio de perspectiva sobre ti mismo y sobre la vida. Es probable que te hayas equivocado, que hayas actuado de forma errónea y que, ahora, tu conciencia no te deje respirar. Sin embargo, deberás aceptar tu error, perdonarte por ello y continuar como buenamente puedas.
Y, para ello, nada mejor que intentar cambiar tu visión de la vida para tener una perspectiva más positiva y optimista. Para conseguirlo, puedes probar de hacer algunos ejercicios como, por ejemplo, el refuerzo positivo que consiste en repetirte frases motivadoras y optimistas del estilo "Merezco ser feliz", "Puedo conseguir lo que quiera", etcétera.
Además, otro punto importante para poder relajarte y tener una mejor concepción de ti mismo es que dejes de autoexigirte tanto. Muchas veces, el exceso de perfeccionismo puede hacer que nunca estemos contentos ni satisfechos con lo que hacemos. Está bien ser un poco exigente con uno mismo pero nunca sin pasarse. Debemos apretar cuando debemos apretar pero también felicitarnos cuando conseguimos alcanzar algún logro o superar alguna dificultad. Aquí te dejamos algunos consejos para que aprendas a ser menos autoexigente y que, así, disfrutes de una vida mucho más plena y feliz.
REINVÉNTATE Y EMPIEZA DE CERO
Y terminamos este artículo con los mejores consejos para que puedas hacer las paces contigo mismo para hablarte de algo que, muchas veces, olvidamos: en tu vida mandas TÚ. ¿Y esto qué quiere decir? Pues que si hay algo que no te gusta, tienes el poder de cambiarlo y de mejorarlo. Nunca debemos olvidar lo poderosos que somos y la fuerza que tenemos. No caigamos en el error de ponernos en la posición de víctima y, si hay algo que realmente no te gusta o no te hace feliz, cámbialo.
Puedes reinventarte y empezar de cero, comenzar una nueva etapa en tu vida con una energía y unas metas mucho más claras y definidas. Piensa que la vida es muy corta y que debemos vivirla como realmente nos apetezca y nos dé la real gana (sin dañar a nadie, por supuesto). Por ello, queremos recordarte que tú eres el dueño de tu propio destino, por lo que empieza de cero y reconstruye tu felicidad. Si quieres... ¡puedes!
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