¿CÓMO AFECTA EL PERFECCIONISMO A UNA RELACIÓN DE PAREJA?
El perfeccionismo, aunque está bien visto a veces, puede ser muy dañino, sobre todo en una relación de pareja. ¿Cómo afecta realmente y qué es lo que se puede hacer? Dejar de ser perfeccionista no es fácil.
Ser perfeccionista es un rasgo de la personalidad que en el mundo laboral está bien visto. Permite que los resultados que se obtengan sean mucho mejores y estén más pulidos. Sin embargo, en una relación de pareja este rasgo puede no ser tan positivo como en el ámbito laboral. ¿Quieres saber cómo afecta el perfeccionismo en la pareja? Pues sigue leyendo…
A pesar de que el perfeccionismo puede definirse desde un punto de vista positivo, en realidad, también tiene una cara B. En la propia Real Academia Española (RAE) la definición que presentan es la siguiente: «tendencia a mejorar indefinidamente un trabajo sin decidirse a considerarlo acabado». ¿Cómo puede esto afectar en una relación de pareja?
LAS EXIGENCIAS, EL PROBLEMA MÁS GRAVE PARA LA RELACIÓN
El perfeccionismo provoca no solo que una persona sea exigente consigo misma, sino con los demás. Esto quiere decir que le va a exigir a su pareja tanto como se exige a ella. Las correcciones del propio comportamiento funcionan como un ejemplo muy sencillo. La manera de hablar, de moverse, de gesticular… Todo esto puede ser señalado por la persona perfeccionista.
La persona perfeccionista puede exigir demasiado de su pareja, llegando incluso a agotarla.
Esto puede tolerarse en un principio, sobre todo en el enamoramiento. Pero cuando la relación de pareja avanza, las exigencias pueden terminar agotando a la otra persona. Es muy difícil estar con alguien que te está diciendo en todo momento lo que tienes que corregir; de hecho, es muy cansador. El final de esta situación es anunciado: la separación.
EL CONTROL PUEDE LLEGAR A AFECTAR A LA PROPIA SEXUALIDAD
Otra de las consecuencias de la presencia del perfeccionismo en todos los ámbitos dentro de la relación de pareja es que puede hacerse patente un control que llegue a afectar a la propia sexualidad. Esto significa que las relaciones sexuales no van a fluir tal y como lo hacían (si es que en algún momento esto ocurrió), y que todo se terminará enfriando.
Las exigencias con respecto a determinadas posturas, la resistencia de la pareja, o el establecimiento de horarios y días concretos para tener relaciones sexuales sin permitir los encuentros espontáneos son circunstancias que pueden terminar desgastando la relación. Además, estas exigencias y horarios no admiten negociación, lo que termina afectando a la comunicación.
SEÑALAR LOS DEFECTOS ES MUY PERJUDICIAL
Conviene tratar este gran problema que tiene el perfeccionismo dentro de una relación de pareja, ya que señalar constantemente los defectos de la otra persona puede terminar dañando su autoestima. Es verdad que alguien perfeccionista sabe observar los rasgos positivos de la persona a la que ama, pero prefiere centrarse en los negativos.
La persona perfeccionista parece centrarse únicamente en los rasgos negativos, situación que desgasta la relación.
Esto, de manera irremediable, va a terminar con la relación en muy poco tiempo. Es totalmente imposible estar con alguien que en realidad no muestra admiración por ti, que lo quiere controlar todo, que te exige y te señala los defectos. Nadie puede aguantar demasiado en este tipo de circunstancias. Por este motivo, las relaciones con perfeccionistas no suelen durar.
LAS EXPECTATIVAS NUNCA SE LLEGAN A CUMPLIR
El perfeccionismo también afecta a la relación de pareja debido a las elevadas expectativas. Estas llegan a ser tan altas que es imposible que la otra persona esté a la altura. De hecho, muchas de esas expectativas resultan irracionales y, por lo tanto, imposibles de cumplir. Esto, de nuevo, daña a la relación de pareja y la puede transformar en una relación tóxica.
Es fundamental que alguien que tiende a ser perfeccionista inicie un trabajo para salir de esta situación. Su relación de pareja no hará más que empeorar si la situación no se resuelve. Además, la otra persona no puede hacer nada. El dolor que puede llegar a sentir por pensar que lo hace todo mal y que no está a la altura, realmente, no es justo. Por lo tanto, hay que comenzar el cambio.
LA CONSULTA PSICOLÓGICA, EL PRINCIPIO DEL CAMBIO
Ser perfeccionista puede hacer que cualquier relación amorosa se termine en un breve plazo de tiempo. No obstante, también se le puede hacer mucho daño a la otra persona al provocar que su autoestima llegue a estar por los suelos y que empiece a dudar de sí misma. Esto no es nada positivo y conviene trabajarlo cuanto antes. Para ello, se necesitará la ayuda de un profesional.
Reducir el perfeccionismo con una terapia cognitivo-conductual y dar pequeños pasos para comenzar a ser algo más flexible es algo difícil para alguien que se exige mucho a sí mismo. No obstante, no es imposible salir de esta situación.
Eso sí, hace falta fuerza de voluntad, ganas de cambiar y de poder mantener relaciones de pareja mucho más sanas. El perfeccionismo no hace ningún bien a una relación; todo lo contrario, la termina desgastando hasta que el único desenlace es la ruptura.
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