LA PSICOLOGÍA HUMANISTA DE CARL ROGERS.
La psicología humanista de Carl Rogers pone el foco en la persona, en empatizar con su historia y favorecer el desarrollo de su potencial.
La psicología humanista de Carl Rogers causó tanta admiración que se la definió en su momento como la revolución silenciosa. Rogers trajo el optimismo más vital a la psicoterapia para convencernos de que todos merecemos convertirnos en el tipo de persona que soñamos. Nos habló de las relaciones auténticas y de la necesidad de “florecer” en nuestro máximo potencial como seres humanos.
Teorías de la personalidad hay muchas en psicología, no obstante, cabe decir que todas tienen ejes comunes, puntos que confluyen con ideas y enfoques semejantes. Sin embargo, si hacemos una pequeña retrospectiva entre todas, dentro de ese abanico de interesantes teorías la de Carl Rogers y su visión positiva del ser humano destaca por traer un cambio necesario.
“La curiosa paradoja es que cuando me acepto como soy, cambio”
-Carl Rogers-
Dejando atrás o a un lado, esa visión pasiva o determinista enfatizada por el psicoanálisis y el conductismo, la psicología humanista del que se considera el psicoterapeuta más influyente de la historia nos habló de pronto de la libertad del ser humano. Enfatizó nuestra capacidad para avanzar y crear un mundo mejor, nos animó a ser responsables de nosotros, a abrirnos a la experiencia a través de una terapia no directiva con la que favorecer el autoconocimiento.
La psicología humanista de Carl Rogers respondía en realidad a un objetivo concreto y esencial: facilitar ayuda. De hecho, fue él quien, tras la Segunda Guerra Mundial, se ofreció a dar asistencia psicológica a todos aquellos soldados que quedaron lisiados o traumatizados. Hasta el momento, el único tipo de intervención que recibían aquellos jóvenes era la de los médicos: nadie en Estados Unidos había dado el paso para ir más allá de las heridas físicas e intentar analizar e intervenir sobre las emocionales.
Poco después, Japón le invitó para que enseñara a los psicólogos del país sus técnicas, su forma de ayudar. Casi sin saberlo, Rogers fraguó un tipo de psicoterapia que encandiló y fascinó a todo el mundo, lo cual le valió ser postulado como candidato a Premio Nobel de la Paz.
LA PSICOLOGÍA HUMANISTA DE CARL ROGERS
La propia vida de Carl Rogers refleja uno de los principios más conocidos de su teoría: la actualización y ese esfuerzo continuo por realizarnos, por encontrar poco a poco aquello que nos define en una búsqueda continua por alcanzar nuestras metas. Él mismo, y por curioso que parezca, empezó orientando su carrera hacia un ámbito muy distinto al de la psicología: la ciencia agraria.
Más tarde, se interesó por el estudio de las religiones, orientales y occidentales, después se graduó en historia y en teología, pero a continuación, se sintió atraído por el mundo de la psicopedagogía y en ese complejo proceso mediante el cual, nos convertimos en lo que somos.
Fue entonces cuando conoció las teorías de uno de sus héroes personales, John Dewey, quien le enseñó que la educación no debía basarse solo en un proceso intelectual, sino también en una apertura a la experiencia.
Así, e influenciado también por el existencialismo, empezó a publicar libros, estudios y trabajos hasta obtener una cátedra en psicología clínica. No tardó tampoco en convertirse en la piedra angular de la psicología humanista gracias a su terapia centrada en el cliente. Atrás quedaba para él la figura del “paciente” como ser pasivo, ahora teníamos a alguien capaz de convertirse en un experto en su propia trayectoria y crecimiento personal.
En la psicología humanista de Carl Rogers apareció por primera vez el término “cliente” por una razón muy clara: porque de este modo enfatizaba la relación de igual a igual con el terapeuta (a diferencia del psicoanálisis). Quería demostrar así la confianza absoluta en el ser humano en su transformación positiva, en su capacidad para hallar fortalezas, derribar mecanismos de defensa y dar forma a ese impulso vital con el que realizarse a sí mismo.
CLAVES DE LA PSICOLOGÍA HUMANISTA DE CARL ROGERS
Hay una pregunta que todos nos habremos hecho en alguna ocasión: “¿por qué me está pasando todo esto a mí?”. La psicología humanista de Carl Rogers lo que haría en primer lugar es empatizar con nosotros de una forma genuina, conectar con ese cliente para preocuparse por la situación por la que está pasando. Es un encuentro entre un ser humano y otro, unidos por un objetivo en común: explorar nuestro auténtico “yo” para que podamos tomar decisiones más satisfactorias.
Veamos a continuación algunos de los puntos más importantes de la psicología humanista de Carl Rogers.
“En mis relaciones con las personas he encontrado que no ayuda, a largo plazo, actuar como si fuera algo que no soy”
-Carl Rogers-
LA NECESIDAD DE DESARROLLAR UNA PERSONALIDAD FUNCIONAL
• Todos nosotros tenemos a nuestro alcance la posibilidad de alcanzar nuestras metas, de hallar el bienestar y de desarrollar nuestro máximo potencial. No obstante, Rogers señalaba que las personas vemos esto como un ideal o como una entelequia poco factible. El bienestar más que un objetivo es un proceso continuado en el que debemos invertir esfuerzos en el aquí y ahora.
• Para desarrollar una personalidad plenamente funcional debemos estar abiertos a la experiencia, aceptando no solo las emociones positivas, sino asumiendo a su vez las negativas sin huir de ellas.
• Debemos dar significado a nuestra existencia. Somos responsables de nosotros mismos; por tanto, es necesario hacer uso de una actitud más activa, receptiva y creativa para hallar un sentido satisfactorio a nuestra realidad.
• Asimismo, otro elemento clave de la psicología humanista de Carl Rogers es la auto-confianza. Este bien preciado está a menudo en peligro de extinción en nuestra personalidad. Debemos por tanto aprender a confiar en el propio criterio y en atrevernos a tomar decisiones más valientes y menos vinculadas a lo que digan o piensen los demás.
• Los instantes de crisis son instantes para atisbar, intuir y dar paso a nuevas oportunidades. Un principio sin duda también esencial para nuestro crecimiento personal.
EL APRENDIZAJE Y LA PEDAGOGÍA SEGÚN LA PSICOLOGÍA HUMANISTA
Carl Rogers también realiza interesantes aportes a la pedagogía, afirmando que el aprendizaje no debe ser algo impuesto sino un proceso libre y fluido derivado de la natural curiosidad infantil. Así, el trabajo del docente es facilitar el aprendizaje, promoviendo la espontaneidad y creando un clima de confianza y cooperación en el que el niño pueda descubrir y adquirir conocimiento por sí mismo.
UN ENFOQUE CENTRADO EN LA PERSONA
Por último, hay un aspecto que sin duda es interesante tener en cuenta para comprender mucho más la psicología humanista de Carl Rogers. Lo que lo diferenció siempre del resto de terapeutas y lo que le valió ser a su vez uno de los psicólogos más influyentes, es que él optó siempre por centrarse en la persona y no en el problema.
Era el hombre que miraba a sus clientes desde la autenticidad, sin caer en juicios, sin dirigirlos hacia una estrategia u otra y sin hacer uso de la confrontación. El objetivo de su terapia era escuchar, facilitar el reconocimiento de las emociones y ayudar a la definición de la propia personalidad…
De ahí, que muchas de sus estrategias no aparezcan en los manuales, no hacía uso de una metodología clara pero su enfoque psicológico sigue siendo a día de hoy una de las mejores estrategias para los procesos de trauma o de problemas de apego.
CRÍTICAS A LA PSICOLOGÍA HUMANISTA DE ROGERS
La psicología de Carl Rogers ha sido blanco de diversas críticas, tanto positivas como negativas. Entre estas últimas, están relacionadas con su terapia centrada en la persona. Pues se cuestiona su concepción de la naturaleza humana como tendente hacia la bondad y la salud.
Por su parte, las teorías de Rogers fueron criticadas por su falta de evidencia empírica. Asimismo, la visión holística del humanismo permite mucha variación, pero no identifica variables lo suficientemente constantes como para ser investigadas con precisión.
Los psicólogos también han discutido que un énfasis tan extremo en la experiencia subjetiva del individuo puede dejar de lado el impacto de la sociedad en el desarrollo del individuo.
Algunos críticos afirman que la persona plenamente funcional de la que habla Rogers es un producto de la cultura occidental. En otras culturas, como las orientales, la consecución de metas por parte de grupos se valora mucho más que la consecución por parte de una sola persona.
No obstante, a pesar de las críticas que recibió, la teoría de personalidad de Carl Rogers y su metodología terapéutica, continúa ganando adeptos y se han convertido en una de las corrientes más influyentes en la historia de la psicología. Asimismo, destacados psicólogos y pensadores humanistas han sido galardonados por los organismos científicos como la APA por sus aportes a la psicología filosófica y a la psicoterapia.
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