6 CLAVES PARA HABLAR CON UN ADOLESCENTE.
Es normal que los jóvenes se muestren cerrados y que hasta rechacen el hablar con sus padres sobre ciertas cosas. No obstante, siempre debes estar abierta a sus consultas y dispuesta a ayudarlos.
La adolescencia es una edad complicada. Se trata de un momento de cambios, que no solo afectan el aspecto visual de un joven, sino también el emocional. Hablar con un adolescente puede volverse realmente difícil en esta fase de sus vidas. Para saber cómo tratar con ellos, presentamos algunas sugerencias útiles.
Los padres de jóvenes de entre 12 y 20 años pueden verse ante un gran desafío a la hora de buscar la comunicación con ellos. A esta edad, su interés se centra en ellos mismos y su independencia; los padres, en tanto, constituyen muchas veces un foco de conflicto, represión de su libertad y discusión.
No obstante, todos sabemos que el fin último de los mayores es propiciar la felicidad de su hijo. Para esto, el diálogo es una cuestión elemental, aunque puede ser sumamente desafiante e intrincado establecer una relación tranquila y con confianza con un joven de esta edad.
6 CLAVES PARA HABLAR CON UN ADOLESCENTE
Más allá de las dificultades que pueda haber a la hora de hablar con un adolescente, los padres deben ser pacientes y no claudicar. Al fin y al cabo, se trata de su mejor herramienta para conectar y armar un vínculo con sus hijos. Estas recomendaciones pueden ser de utilidad para lograrlo:
1. No forzar la situación
La charla no debe darse cada vez que los padres quieran. Por el contrario, ha de tener lugar cuando los jóvenes la necesitan. No lo presiones para sentarse a conversar y que te cuente sus problemas.
Lo mejor que puedes hacer es mostrarte abierta, comprensiva y disponible. La empatía también será de gran ayuda: sin molestarlo, coméntale que tú también pasaste por situaciones parecidas y que tu experiencia puede servirle.
2. Escúchalo
Curiosamente, la segunda de las claves para hablar con un adolescente tiene que ver con escuchar en vez de hablar. Muchas charlas de padres e hijos acaban en monólogos, sermones y anécdotas que no vienen al caso; así, no lograrás más que repelerlo.
Tu misión es justamente la opuesta: debes atender a sus inquietudes y, cuando te lo pida, coméntale tu parecer. Actúa prácticamente como él quisiera que lo haga un amigo; lógicamente, sin dejar en ningún momento tu rol de padre. Si debes poner límites en algún momento, no dudes en hacerlo.
3. Construye una relación de confianza
Además de la innegociable confidencialidad que te pueda pedir, tu hijo también quiere ver en ti alguien en quien confiar. Por ejemplo, si te cuenta un problema grave que está teniendo, lo mejor es que primero lo consueles y le ayudes a remendarlo. Una vez hecho esto, puedes proceder a advertirlo, castigarlo o a marcarle lo que ha hecho mal. Piensa: ¿cuál sería el resultado si haces esto en el orden inverso? De seguro nunca más te contaría sus problemas.
4. Repregunta
Una táctica comunicativa muy efectiva es la de repreguntar. Por ejemplo, diciendo: “¿Quieres decir que lo que pasa es que…?”. Cuidado: no lo hagas desde el cuestionamiento o la desconfianza, sino con total honestidad.
Esto, además de demostrar atención e interés, es una manera de aliviar tensiones y darle tiempo para plantear las cosas desde otro lugar. Incluso, puede darle la tranquilidad de sentirse más ameno y contarte todavía más.
“A esta edad, el interés de los adolescentes se centra en ellos y su independencia; los padres, en tanto, constituyen muchas veces un foco de conflicto, represión de su libertad y discusión”
5. Tú debes aportar serenidad a la conversación
Nada bueno puede salir de una charla en la que prevalecen los gritos y el tono elevado. Por eso, intenta siempre aportar calma y raciocinio a la tertulia. Para los impulsos y la pasión ya estará el joven.
6. La respuesta
Ya vimos las claves para escuchar. Ahora, ¿cómo debemos responder? Lo primero que debemos tener en cuenta es que, por más que queramos ganar la confianza del joven, también tenemos que indicarles el camino y educarlos.
Por lo tanto, considera negociar ciertas cosas y ponerte firme en otras. Las de menor importancia, en cambio, no las consideres; hacer problema por todo no te ofrecerá ningún beneficio en esta relación.
Asimismo, intenta buscarle el lado positivo a cada suceso. Aliéntalo, confía en él y dile que, con esfuerzo y perseverancia, las cosas siempre acaban bien. Recuerda que a esta edad uno tiende a ser dramático y negativo. Así que no te alarmes si ves a tu hijo un poco ‘cerrado’; está aprendiendo a construir su identidad.
Entonces, ten siempre presente que tu mentalidad no es la suya. Ponte en su lugar y piensa también en lo difícil que es abrirse y contarle cosas a la madre o al padre. ¡No desaproveches la oportunidad de ayudarlo!
https://eresmama.com/6-claves-para-hablar-con-un-adolescente/