CÓMO ABRIRME MÁS CON LAS PERSONAS.
Por Elia Tabuenca
Hay muchas personas que son muy reservadas, excesivamente celosas de su intimidad. Esto hace que, a la larga, se sientan un poco solas en el mundo ya que no se atreven a compartir según qué preocupaciones o situaciones de su vida personal. Normalmente son personas independientes que saben solventarse ellas mismas los problemas, no por fortaleza sino, más bien, porque no están cómodas abriéndose y confiando en los demás. ¿Eres tú una de estas personas? Si es así, es probable que te apetezca cambiar un poco de forma de ser y, por ello, en Psicología-Online te ayudaremos dándote estos consejos con los que sabrás cómo abrirte más con las personas. De esta forma, podrás superar esta barrera que tú mismo te poner y aprender a hacer algo muy sano: pedir ayuda.
POR QUÉ CUESTA ABRIRSE MÁS CON LAS PERSONAS
Si no puedes abrirte con las personas, hablar de ti y de tus preocupaciones, tus sueños y, en definitiva, de tus pensamientos más íntimos tienes que averiguar, cuanto antes, el porqué de esta situación. A continuación, vamos a descubrirte las causas más habituales que pueden hacer que te cierres a los demás:
Falta de confianza
Para poder abrirse más con las personas es importante que se haga un paso esencial: confiar en los demás. Muchas veces, el hecho de encerrarse en uno mismo viene dado por miedo a que alguien te falle o que alguien pueda aprovecharse de tu vulnerabilidad. Sin embargo, si quieres empezar a tender hilos de amistad con alguien importante es esencial que empieces a confiar en esa persona. Arriésgate si crees que merece la pena.
Baja autoestima
También puede ocurrir que no te abras a los demás por una falta de autoestima. Es decir, es muy común que una persona introvertida sea una gran consejera y "paño de lágrimas" de sus amigos. Esto sucede, básicamente, porque se pone a la "cola" de los problemas y antepone cualquier situación de sus amigos o familiares antes que hablar de lo que a ella le preocupa. Esto es un signo de falta de autoestima, de creer que no se es lo suficientemente importante como para hablar de sus preocupaciones o miedos con los demás.
En realidad, cuando ocurre este tipo de situación, es porque estás infravalorándote. Consideras que tus problemas o tus intimidades no son lo suficientemente importantes para explicarlas a los demás. También es muy común que, en el caso en el que te pongas a hablar abiertamente de lo que te sucede, sientes que "aburres" a los demás. Todo esto no es más que un claro signo de baja autoestima.
Miedo a los prejuicios
Otra de las situaciones más habituales que hacen que una persona no termine de abrirse es porque teme a lo que pensarán de ella. Vivimos en una sociedad cargada de máscaras, nos construimos una máscara social que, incluso, podemos tenerla en nuestra intimidad. Muchas veces cuesta diferenciar qué es máscara y qué no y, esta artificialidad, puede ser la causa de que no nos atrevamos a abrirnos y mostrarnos realmente tal y como somos.
Por tanto, hablar abiertamente con alguien de tu entorno sobre algo que te preocupa de verdad puede ser difícil para ti porque, quizás, se desmonta un poco esa máscara. Temes el qué dirán y pensarán de ti y, ante eso, prefieres guardártelo todo para ti. Como ves, esta situación debe solventarse cuanto antes y tienes que empezar a atreverte a ser como realmente eres delante de tus amigos más íntimos. Ellos te quieren a ti, no a tu máscara. No lo olvides.
CONSEJOS PARA ABRIRSE MÁS A LAS PERSONAS
Lo primero que tienes que hacer es detectar cuál es la causa de que te cierres con la gente de tu entorno. Una vez detectado el problema, podrás empezar a trabajar para solventarlo. Si necesitas algo de ayuda extra, a continuación vamos a darte algunos consejos que te ayudarán a abrirte más con las personas.
No tengas miedo al contacto profundo
Las personas introvertidas suelen tener muchas amistades. Pero, la gran mayoría de ellas, suelen ser superficiales. Amistades con las que tomar unas copas, reír un rato y hablar de situaciones cotidianas pero nada más. Es por este motivo que, si te encuentras en esta situación, ha llegado el momento de "forzarte" y dar un paso más allá para intimar con alguien que te genere confianza.
Es seguro que, dentro de tu entorno, hay alguien con quien conectas más y con quien te sientes más a gusto, ¿verdad? Pues te animamos a que, un día, la llames y quedes con ella para tomar un café a solas. Empieza a tener una relación de forma individual para, así, sentirte más cómodo cuando tengas que hablar de algo que te preocupa.
Cuando estés mal o preocupado, llama
Si quieres saber cómo abrirse más con las personas es importante que empieces a incluir a los demás en tu intimidad. Es decir, lo más probable es que, con los años, hayas levantado un mecanismo de auto-defensa que hace que, cuando estás mal, te aísles del mundo. Es normal que esto te suceda y, en parte, tienes que respetar cómo eres.
Sin embargo, cuando haya pasado el peor momento, te recomendamos que cojas el teléfono y llames a esa persona. Habla con ella, deja que te recomiende y permite que te escuche. Si le importas y te quiere, te ayudará y estará contigo en todo momento, ya lo verás.
No tengas miedo a hablar de ti
Quítate prejuicios de la cabeza y deja de ser tu peor enemigo. Nadie que te quiera va a pensar mal de ti ni a cambiar su visión sobre ti porque tengas alguna preocupación o te sientas mal por algo. Rompe con tu barrera protectora y ábrete a la gente que te quiere. No solo te irá bien a ti para tener más confianza con los demás sino que, también, verás cómo vuestra amistad se vuelve más fuerte y verdadera.
Ten en cuenta que, a los demás, tampoco les gusta no sentir que confías en ellos. Si ellos siempre te hablan de sus cosas pero tú te cierras en banda es probable que crean que no terminas de confiar y, por tanto, la relación siempre será desigual y desequilibrada. Por tanto, abrirte no solo te ayudará a ti sino que también será algo positivo para tu amigo.
Sé tú mismo
Y, por último, es importante que siempre seas tú mismo. Intenta no fingir ni querer ser alguien que, en el fondo, sabes que no eres. No tienes por qué estar siempre mostrando tu mejor cara, tu máscara, a tus amigos. Ellos tienen que conocerte tal y como eres: con tus virtudes y con tus defectos. Por tanto, no temas a ser tú mismo, nadie es perfecto y, de hecho, ahí radica la belleza de la vida.
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