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 CÓMO SANAR TRAUMA POR ABUSOS SEXUALES: LA SANACIÓN ES POSIBLE - 2ª parte



Junio 26, 2023, 05:40:26 am
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Desconectado Irene Zambrano

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REHABITAR EL CUERPO

Todas nuestras emociones las sentimos en el cuerpo. Las emociones y nuestro cuerpo no están separados: todas las emociones las sentimos en le cuerpo.
Las emociones se traducen en sensaciones físicas.
Desde que somos bebés tenemos emociones que se traducen en sensaciones físicas. Mientras vamos creciendo decidimos ponerle nombre y racionalizarlas de alguna forma, pero en verdad nuestras emociones  son sensaciones físicas.
Por eso, para pasar por este proceso de duelo necesitamos dejar de disociarnos y regresar a nuestro cuerpo.
Esa sensación de que las cosas suceden a nuestro alrededor, pero nosotras no estamos dentro de nuestro cuerpo se llama disociación. Es como si nuestro cuerpo estuviera en un lugar físico pero nosotras no.
La razón por la que la disociación es tan común en las sobrevivientes de abuso es porque en algún momento de nuestras vidas tuvimos que disociarnos para sobrevivir.
La disociación es importante para sobrevivir al abuso. Es un intento de nuestro cerebro de distanciarse mental, emocional e incluso espiritualmente del dolor, la manipulación y la traición del abuso.
También es una forma de sobrevivir después del abuso: es una forma de soportar las emociones insoportables que el abuso desencadenó.
Disociarnos fue un acto de supervivencia en el pasado; pero ya no lo es.
Cuando nos disociamos de nuestro cuerpo es como si lo apagáramos para no sentir dolor (ni físico ni emocional). Pero el problema de apagarlo para no sentir dolor es que también lo apagamos para no sentir ni deseo ni placer.
Por eso, parte de sanar nuestras heridas implica aprender que nuestro cuerpo es un lugar seguro y habitarlo nuevamente.
 
IMAGEN CRISTALIZADA

El abuso sexual suele recordarse como una imagen cristalizada y no como una historia cronológica: es decir, no se recuerda como un relato con un inicio, un desarrollo y un final.
La idea de esta imagen cristalizada es que los recuerdos se fusionan: son un bloque de recuerdos en vez de cada recuerdo por separado.
Mientras vivimos una experiencia traumática, nuestra atención se intensifica: nuestro cerebro registra la experiencia hasta el mínimo detalle. Cada uno de esos detalles se codifica como un fragmento que forma parte de la imagen cristalizada.
Estos fragmentos incluyen distintos estímulos sensoriales (imágenes, sonidos, olores, sensaciones físicas, etc.) y emociones muy intensas, normalmente de terror e impotencia. En otras palabras, los estímulos sensoriales que percibimos durante el abuso, se quedan fusionados a las emociones intensas que el abuso generó.
Cuando percibimos cualquier fragmento de esa imagen cristalizada en nuestro presente, reaccionamos a toda la imagen cristalizada. Eso significa que no reaccionamos a un estímulo específico si no a todo el recuerdo del abuso.
Y por lo tanto, nuestro cerebro racional deja de funcionar nuevamente.

REACCIONES AUTOMÁTICAS

Cuando nuestro cerebro racional no funciona, dejamos de tener el control de nuestras reacciones; nuestras reacciones se convierten en irracionales.
De hecho, puede que en ese momento ni siquiera seamos conscientes de que estamos reaccionando de forma irracional. Simplemente nuestras experiencias del presente se contaminan con emociones, pensamientos y sensaciones del pasado.
A este tipo de reacción Wendy Maltz las llama reacciones automáticas.
Estas reacciones automáticas pueden ser de distintos tipos:
•   respuestas emocionales: sentimientos incómodos ante el contacto físico o ambientes sexuales. Los más comunes son el miedo y la rabia.
•   sensaciones físicas: pueden estar asociadas a la tensión y dificultar la relajación tan necesaria para disfrutar del placer sexual.
•   pensamientos intrusivos: pueden ser flashbacks, fantasías abusivas, pensamientos negativos sobre tu pareja sexual o incluso pensamientos negativos sobre ti misma.
Por si acaso, estas reacciones automáticas no solo aparecen en encuentros sexuales, también pueden ser respuestas a la intimidad y al contacto físico en general.
Como las reacciones automáticas no nacen en nuestro cerebro racional, muchas veces no las entendemos y nos confunden, molestan, entristecen y/o frustran.
De un momento a otro sentimos cosas que no queremos sentir, hacemos cosas que no queremos hacer o pensamos cosas que no queremos pensar.

GATILLADORES

Desgraciadamente, cualquier cosa que te haga acordar (consciente o inconscientemente) al abuso sexual es un potencial gatillador de estas reacciones automáticas.
Los gatilladores pueden aparecer de distintas formas: pueden ser un tipo de contacto físico, un movimiento, algún tipo específico de actividad sexual, una posición, un olor, un sonido, un entorno, una sensación, una palabra o frase, una característica física o incluso un sentimiento.
Algunos gatilladores son obvios, pero otras veces las conexiones no son claras: quizás solo sientes que algo te molesta o te fastidia, pero ni siquiera sabes qué es exactamente, porque no encuentras relación racional con el abuso. 
Y algunos gatilladores son difíciles de identificar porque pareciera que no tienen nada que ver ni con sexo, ni con contacto físico, ni con intimidad. Como un objeto por ejemplo. 
Muchísimas sobrevivientes lidian con las reacciones automáticas evitando situaciones donde podrían haber gatilladores. Esto suele ser inconsciente.
Inconscientemente evitan situaciones relacionadas con el contacto físico, la intimidad y el sexo. Por eso muchas sobrevivientes suelen tener una vida íntima y sexual muy limitada.
Al evitar las reacciones automáticas, les damos más poder: vitar las reacciones automáticas es una forma de mantener vivo el abuso que debería estar en el pasado.
La mejor forma de lidiar con las reacciones automáticas es haciendo lo contrario: familiarizándonos con ellas y aprendiendo a controlarlas.
Pero previamente se necesita pasar por la etapa de seguridad y estabilización.
Trabajar con nuestros gatilladores y reacciones automáticas sin sentirnos seguras, puede ser peligroso y contraproducente para nuestra sanación.

RECONEXIÓN

La última etapa de reconexión se ve traducida en recuperar nuestro derecho a sentir placer.
Y no solo hablo del placer sexual.

CONTACTO FÍSICO

Desde el día en el que nacemos sentimos el contacto físico de mínimo una persona y a partir de ese momento, vamos aprendiendo a tener contacto físico como una forma de comunicación y expresión.
Nuestro contacto físico con otras personas nos enseña a tener contacto físico con más personas. Inicialmente, este contacto está relacionado a nuestros padres o cuidadores.
Y lo saludable es aprender a asociar el contacto físico con confianza, seguridad y comodidad.
Idealmente, mientras vamos creciendo, se construye gradualmente un cimiento de experiencias de contacto físico placentero: aprendemos a disfrutar del contacto físico en etapas. Cada experiencia satisfactoria de contacto físico nos prepara para una siguiente etapa de contacto físico.
Sin embargo, las sobrevivientes de abuso sexual infantil no aprendimos a tener contacto físico bajo estas condiciones ideales.
Muchas sobrevivientes fueron forzadas o manipuladas para experimentar un tipo de contacto físico sexual muy temprano, sin respetar la necesidad de construir experiencias de contacto físico NO sexual antes de pasar al contacto físico sexual.
Por eso, antes de aprender a disfrutar el placer sexual, necesitamos aprender a disfrutar el contacto físico por el contacto físico en sí.
El abuso sexual nos suele enseñar que el contacto físico es una forma de dominar y controlar a otra persona. Por eso, en muchos casos, terminamos asociando contacto físico con vulnerabilidad; como si el contacto físico fuera una puerta para que otras personas se aprovechen de nosotras.
Si tu cerebro asocia contacto físico con vulnerabilidad, es muy probable que no te sientas cómoda con el contacto físico así no sea sexual.
Quizás el contacto físico sexual es la forma más “elevada” de contacto físico, por decirlo de alguna manera, pero el sexo solo es UN TIPO de contacto físico. Hay muchísimos tipos de contacto físico NO son sexuales.

EDUCACIÓN SEXUAL DESDE CERO

Para disfrutar nuestra vida sexual de verdad, necesitamos saber cómo funciona nuestro deseo sexual, nuestro ciclo de respuesta sexual y también nuestros genitales.
El ciclo de respuesta sexual es un modelo de distintas fases de respuestas fisiológicas ante la estimulación sexual. Hay distintos modelos, pero en general se habla de excitación, orgasmo y resolución (que es la etapa después del orgasmo).
El abuso sexual infantil es la primera vez que estamos expuestas al sexo y obviamente es la peor forma de educación sexual que una persona puede recibir.
En el caso del abuso sexual infantil, generalmente los abusadores les enseñan a sus víctimas cosas equivocadas sobre el deseo sexual, la excitación, los orgasmos y también sobre los genitales.
Las personas que hemos sufrido abuso sexual infantil hemos aprendido de nuestros propios genitales en términos del abusador: aprendimos equivocadamente que nuestros genitales “servían” para satisfacer a otra persona sexualmente, sin ni siquiera conocer sus funciones biológicas.
Y si no has tenido acceso a una buena educación sexual, puede que esa información errada sobre tu cuerpo, el sexo y la sexualidad la hayas asumido como verdad.
Por eso es importante desechemos casi todo lo que aprendimos sobre el sexo y la sexualidad y comenzar de cero prácticamente.

SANACIÓN ACTIVA

Lamentablemente el tiempo no cura las heridas.
Al menos no las heridas que un abuso sexual deja en nuestra sexualidad.
Implementar todo lo que acabo de compartir no es un proceso rápido ni fácil.
Usando mi caso de ejemplo: yo sufrí abuso cuando tenía 9 años. Había pasado alrededor de 20 años repitiendo el camino de la disociación; reaccionando ante los mismos gatilladores; y repitiendo los mismos patrones de comportamiento
Por eso aprender a sentirme segura y valiosa; a vivir en mi cuerpo y sentir las emociones; a manejar mis reacciones automáticas; a disfrutar el contacto físico; y aprender a tener comportamientos sexuales saludables, me tomó mucho tiempo y necesité mucha acción.
Puede dar rabia. Lo sé.
En varios momentos de mi sanación he pensado: el abuso ya me robó demasiado y encima tengo que invertir mi tiempo y mi energía en sanar.
Es frustrante, Sí…
El abusador fue el culpable del abuso, sí…
Pero yo era la única responsable de sanar mi sexualidad.
Y lo maravilloso de haber pasado por un proceso de sanación activa es que me siento libre.
Me siento YO.
Siento que limpié la contaminación que el abuso dejó en mí, en mis creencias y en mis comportamientos.
Probablemente no he limpiado toda la contaminación, pero sí una gran parte… la parte suficiente para poder disfrutar mi sexualidad y mi vida general.
Suena a cliché pero en verdad es como una nueva vida.
Obviamente con altibajos, como los de cualquier ser humano.
Obviamente todavía me disocio de vez en cuando también. Si no estoy realmente relajada también puede aparecer una reacción automática, pero al menos ya sé reconocer qué es lo que está sucediendo y ya sé manejarlo.
fortaleza necesaria para hablar de mi historia y ayudar a más personas que han pasado por situaciones similares a la mía.

https://con-sentimiento.com/abuso-sexual/como-sanar-trauma-por-abusos-sexuales/




 

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