6. Las habilidades sociales te ayudarán a enfrentarte mejor a momentos de ira. Tú controlas tu ira y no al contrario
Cada situación que vivimos en el día a día requiere del dominio de unas habilidades o conductas necesarias que hacen que interaccionemos mejor con los demás y que nuestra vida fluya de mejor manera. Es necesario que sepamos escuchar a los demás al mismo tiempo que seamos capaces de mantener conversaciones de manera fluida, sepamos agradecer cuando nos hacen un favor, ayudar y dejar que nos ayuden cuando lo necesitemos, afrontar y aceptar las críticas por muy negativas que sean,…
Cómo manejar la ira: Para manejar y controlar la ira mejor es importante ser capaz de canalizar la información de nuestro alrededor, saber escuchar a las personas que nos rodean y por tanto, saber interpretar las diferentes situaciones que vivimos, aceptar las críticas y no dejar que la frustración se apodere de nosotros. Además hay que ser cuidadosos con la manera en la que nos comunicamos con los demás para evitar acusaciones inoportunas. Trata a los demás como te gustaría que te tratasen a ti.
7. Cómo manejar la ira si lo que la causa es una persona
A veces más que las situaciones que vivimos, son algunas personas las que nos causan momentos de ira. ¡Fuera personas tóxicas!
Si es tu caso, lo más recomendable es que cuando notes que te sientes más agitado de lo normal, te alejes de la persona en cuestión hasta que tu mente se enfríe. Recuerda siempre que al hacer daño a los demás, también te estás haciendo daño a ti mismo y es justo eso lo que no queremos conseguir.
Cómo manejar la ira: Expresa tu enfado de manera sosegada y tranquila, no lleva más razón la persona que más grita sino aquella que es capaz de expresar lo que piensa y siente de manera tranquila y con argumentos, identificando los problemas y buscando soluciones. Es muy importante ser lo suficientemente maduro como para saber escuchar la versión de la otra persona e incluso llegar a un acuerdo entre ambos (siempre que sea posible).
8. El ejercicio físico te ayuda a liberar energía y alejar los malos pensamientos
Cuando nos movemos para realizar algún tipo de actividad física liberamos endorfinas que nos ayudan a tranquilizarnos y nos ofrecen una salida para liberar la ira.
Cómo controlar la ira: Muévete, haz cualquier tipo de ejercicio… Sube y baja escaleras, ponte a limpiar la casa, sal a correr, coge la bicicleta y piérdete por tu ciudad,… lo que sea que creas que puede hacerte liberar adrenalina de una u otra forma.
Hay personas que cuando sufren un ataque de ira no pueden evitar emprenderla a golpes con lo primero que pillan. Si sientes la necesidad imperiosa de golpear algo porque necesitas liberar energía de manera rápida, puedes optar por golpear un saco de boxeo o algún objeto semejante.
9. Un buen método para «dejar volar tu mente» es escribiendo
Y pensarás, ¿cómo algo tan “simple” como escribir puede ayudar a controlar la ira que siento después de la bronca monumental que acabo de tener con mi pareja?
Cómo controlar la ira: Cuando nos sentimos en pleno momento de ira, podemos notar como nuestros pensamientos se dispersan y no somos capaces de centrarnos en el tema que nos irrita. Quizás tener un diario te ayude a ser consciente de qué es lo que más ira te genera, la forma en la que te sientes, en qué tipo de situaciones te vuelves más vulnerable, cómo no actuar y como sí debemos afrontar los problemas y manejar la ira, cómo te sentiste después,… Cuando pase un tiempo y hayas escrito algunas experiencias, te servirá para hacer comparaciones entre unas experiencias y otras y saber identificar mejor todos los factores relacionados.
Por ejemplo: “No puedo más. Me acabo de pelear con mi pareja porque no soporto que me llame “maleducada”. Ahora me siento mal porque le he gritado y he golpeado la puerta al salir de la habitación. Me avergüenza mi comportamiento”. En este ejemplo, la persona en cuestión al leerlo se dará cuenta de que reacciona de manera errónea cada vez que la llaman “maleducada” y aprenderá a no reaccionar con ira y violencia ya que después esos comportamientos le ocasionarán vergüenza y arrepentimiento.
Puedes incluso escribir frases de ánimo o consejillos que te tranquilicen y que creas que te son útiles en esas situaciones. A modo de ejemplo: “Si respiro y cuento hasta 10, me habré calmado y veré las cosas desde otra perspectiva”, “Sé que soy capaz de controlarme”, “Soy fuerte, valgo más que todo esto y no voy a hacer nada de lo que quizás en un futuro me arrepienta”,…
También puedes probar a dejar salir tu energía dibujando, haciendo crucigramas o pasatiempos,…
10. Ríete hasta de tu sombra
¿Qué mejor manera de calmar la tensión y los ánimos que con una buena dosis de risas? Es cierto que cuando nos encontramos en pleno ataque de ira, lo que menos nos apetece es reírnos. Creemos que el mundo y todas las personas en ese momento conspiran en nuestra contra (nada más lejos de la realidad).
Como controlar la ira: Aunque sea difícil, los problemas se ven de otra manera con una actitud positiva y una buena dosis de humor. Por eso ríete hasta de tu sombra e intenta sacar el lado gracioso de todo lo que se te pase por la cabeza en esos momentos. Una vez que te hayas calmado, intenta ver el lado positivo de la situación. Imagínate a la persona con la que estás teniendo un enfrentamiento en alguna situación graciosa o acuérdate de aquella vez que te dio aquel ataque de risa. Seguro que de esta manera controlas la ira mucho mejor. La risa tiene múltiples beneficios, no lo olvides. ¡Ríete de la vida!
11. Si crees que tienes problemas serios a la hora de controlar tu ira, te recomiendo la ayuda de un profesional
No tengas miedo de reconocer tus problemas ni te sientas por ello una persona más débil. Las personas más fuertes y con más valores son aquellas que reconocen lo que les pasa y demuestran su valentía al saber pedir ayuda. Puedes probar compartiendo tus preocupaciones con alguien de confianza, ya sea familia, amigos, pareja o incluso autoridades (en los casos más graves).
Si sueles reemplazas otras emociones por la ira, si notas como tu ira interfiere en tus actividades del día a día, si te puedes sentir violento incluso por cosas insignificantes, si no puedes reprimir los gritos o dar golpes cuando te enfadas, si a veces te sientes incapaz de controlar tu ira, si no sabes cómo reaccionar ante determinadas situaciones, momentos o personas… te aconsejo que pidas ayuda a un profesional.
Cómo controlar la ira: Un psicólogo especializado evaluará tu problema desde el inicio y determinará cuál es la mejor manera de ayudarte. Intentará que seas capaz de controlar tu ira ofreciéndote pautas (por ejemplo, entrenamiento en habilidades sociales) y técnicas (por ejemplo, técnicas de relajación) para que poco a poco seas capaz de afrontar las situaciones que te irritan y te generan tensión. Incluso puedes optar a acudir a clases grupales donde conocerás personas con tu mismo problema y te servirá de gran ayuda ya que te sentirás acompañado y comprendido.
En resumen, debemos aprender a controlar todas nuestras emociones, especialmente la ira. Recuerda siempre que la ira nunca se puede utilizar como una excusa para hacer daño a los demás ya sea de manera física o verbal.
Ya sabes que no es más valiente el que más grita, ni más cobarde el que más calla. Aplícate el refrán “A palabras necias, oídos sordos” y adopta una nueva actitud ante los problemas. Recuerda siempre que al hacer daño a los demás, también te estás haciendo daño a ti mismo.
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