ABANDONAR EL CAMINO DEL GUERRERO
Cada vez que escucho o leo algo relacionado con “Guerrero”, aunque sea de la Luz, del Arco Iris, o de la Espiritualidad, me entra un escalofrío.
Mi mente me presenta, invariablemente, a un hombre acorazado, al estilo medieval, con un escudo para protegerse y una espada de cortar cabezas.
Y con tan pesada armadura, y cortando cabezas, empapado de sangre, destilando odio y violencia por todas partes, y con una mirada asesina, es un mal comienzo para un Camino que es espiritual, que es de re-encuentro, de amor y amistad, de búsqueda de la Paz.
“Guerrero” es lucha, enfrentamiento, conflicto, guerra, vencer de un modo violento, dominar, enemigo, violencia, vencedores y vencidos…
Un Guerrero se desenvuelve muy mal por un Camino de Amor.
Y el Camino que hemos de tomar está alfombrado con flores –aunque a veces no las vemos-, es el Camino del Buscador –que lleva un ramo de amor para entregarse cuando se encuentre-, el Camino de los Valientes –porque realmente hay que serlo para ir resolviendo los conflictos que se van a despertar-, el Camino de los Seres Humanos que se Aman –porque andarlo es un derroche continuo de Amor Propio, ya que sin él sería muy difícil dar cada paso-.
Propongo despojarse de la indumentaria y la actitud guerrera; abandonar la conquista por la fuerza o la violencia y cambiarla, si acaso, por una guerra de auto-besos y auto-abrazos; sugiero la desnudez de alma y de ambiciones; el despojamiento de un ego lastre, zancadillero, injusto, y dañino; y formulo la propuesta de un Camino como una excursión, en el que haya más atención al disfrute que al agotamiento.
Propongo llevar la misma actitud que cuando vamos al encuentro de un amigo o familiar a quien queremos mucho y llevamos tiempo sin ver.
El Camino del Guerrero es un Camino de frustración cuando no hay victorias.
El Camino del Buscador es un paseo por la Vida a la búsqueda de sus esencias.
La actitud: esa es la clave.