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 EL AGUA EN LAS ENFERMEDADES (SEGUNDA PARTE)



Marzo 02, 2012, 05:34:20 am
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EL AGUA EN LAS ENFERMEDADES (SEGUNDA PARTE)
« en: Marzo 02, 2012, 05:34:20 am »

EL ESTRÉS

 

Cuando el cuerpo está deshidratado pone en marcha unos procesos fisiológicos similares a los que activa cuando está atendiendo una situación de estrés. Por eso la deshidratación causa estrés y el estrés causa una posterior deshidratación ya que agota las reservas de agua del cuerpo. Es decir, cuando el cuerpo vive una situación de estrés o de deshidratación asume una situación de crisis y empieza a movilizar una respuesta a esa situación. Entre otras cosas, activando el sistema renina-angiotensina -aldosterona. Tomando agua los problemas en la vida no se arreglan pero la persona adquiere suficiente fuerza mental para solucionarlos serenamente sin estresarse.

 

LA DESHIDRATACIÓN CRÓNICA ES UN FACTOR PRIMARIO CAUSANTE DE LA APARICIÓN DE TUMORES DE MAMA.

 

No puede pasarse por alto la relación entre el estrés, la deshidratación crónica sujeta a la edad, la secreción persistente de prolactina y la transformación en cáncer del tejido glandular del pecho. De ahí que asegure que la ingesta diaria de agua alcalina sea una medida preventiva del

cáncer de mama en las mujeres así como el cáncer de próstata en los hombres.

 

ESCLEROSIS MÚLTIPLE

 

Hay que explicar que la membrana celular está compuesta por dos capas que se mantienen unidas gracias a la propiedad adhesiva del agua que existe entre ellas donde flotan las enzimas que, al reaccionar juntas, causan la acción deseada dentro de la célula.

Así que cuando hay suficiente agua entre las dos capas de la membrana celular las

reacciones bioquímicas propias pueden desarrollarse con normalidad, pero si el flujo es insuficiente las funciones celulares se ven negativamente afectadas.

Y para prevenir esa peligrosa posibilidad la naturaleza está dotada de un magnífico mecanismo: la creación de filtros de agua a través de la membrana.

Cuando la deshidratación es muy acusada y se necesita urgentemente agua para que la circulación sanguínea sea mayor a lo largo de los nervios el cuerpo segrega histamina en las células de revestimiento provocando inflamación y lesionando la zona. Tales inflamaciones son las manifestaciones externas de ese proceso local que han sido etiquetadas con el nombre de diversas enfermedades, incluida la Esclerosis Múltiple.

Por lo que todas esas “enfermedades” se previenen y se tratan en realidad de forma muy

sencilla: tomando suficiente agua alcalina, ya que ésta posee un poder más alto de hidratación que cualquier tipo de agua que pueda consumirse, y también más cantidad de los minerales que el organismo necesita como son el calcio, el potasio y el sodio; además carece de sales, cloro y

otros ácidos perjudiciales para la salud.

Los jugos de frutas envasados aun cuando anuncien que carecen de preservativos. .. sí los tienen o si no se dañarían nunca pueden sustituir el agua y privan al cuerpo de su plena capacidad para hidratarse.

 

LA HIPERTENSIÓN

 

La actividad del denominado sistema renina-angiotensina -aldosterona un mecanismo subordinado a la activación de histamina en el cerebro es esencial en el control del volumen y la presión sanguínea activándose para conservar el agua cuando falta ésta o cuando hay carencia de sodio en las células. Es más, hasta que el contenido de agua y sodio del cuerpo no alcanza un nivel adecuado el sistema actúa estrechando la capa capilar y el sistema vascular. Un estrechamiento cuyo nivel se puede medir y conocemos como hipertensión.

 

El problema es que para poder trabajar en condiciones adecuadas los riñones necesitan suficiente agua. Y es verdad que ante su carencia pueden concentrar la orina pero no es menos cierto que esa capacidad no debe usarse hasta el límite so pena de dañar el riñón.

 

En suma, el sistema renina-angiotensina -aldosterona es más activo cuando los riñones están dañados y la producción de orina es insuficiente Es por este hecho que se pueden provocar disfunciones renales.

 

Los problemas renales, por tanto, pueden también ser consecuencia de una deshidratación crónica y de una carencia de sodio. Este último es concentrado en el agua por un aparato alcalinizador sin necesidad de consumir tanta sal.

 

En definitiva, la presión arterial alta es también el resultado de un proceso de adaptación a la carencia de agua en el cuerpo. Cuando no bebemos suficiente agua para atender todas las necesidades del mismo algunas células se deshidratan.

 

En esos casos los vasos sanguíneos no tienen más alternativa que reducir su capacidad para

responder a la disminución del volumen de sangre, reducción que causa el incremento de la presión sanguínea que conocemos como hipertensión.

 

Batmanghelidj explica luego que cuando bebemos menos agua de la diariamente necesaria el cierre de algunas capas vasculares es la única alternativa que tiene el organismo para mantener el resto de los vasos sanguíneos llenos. La cuestión es cuánto tiempo se puede seguir así. Y la respuesta es: “el tiempo suficiente para enfermar y morir”.

 

Por tanto, el tratamiento esencial de la hipertensión debería consistir también, sencillamente, en aumentar la ingesta diaria de agua alcalina, porque ésta contiene más cantidad de minerales alcalinos y está libre de cloro, sales y minerales ácidos que nos crean más acidez.

 

De ahí que se ha considerado como un “absurdo científico”. el hecho de que los cardiólogos den diuréticos a los hipertensos mientras el cuerpo lucha desesperadamente por retener todo el agua posible.

 

La medicina oficial asume que la causa de la hipertensión es la retención de sodio en el

cuerpo cuando, en realidad, conservar el sodio en el organismo no es más que el último recurso del cuerpo para retener cierta cantidad de agua que le permita seguir vivo y funcionando correctamente.

 

Asumir que el sodio es la causa de la hipertensión supone un conocimiento deficiente de los

mecanismos reguladores del agua en el cuerpo. Cuando se dan diuréticos para vencer al sodio el cuerpo se deshidrata aún más.

 

Lo que consiguen es que el cuerpo se concentre más en la absorción de sal y agua aunque, por efecto de los diuréticos y mientras no le demos agua, nunca logra la suficiente cantidad como para corregir el problema.

 

Esa es la razón por la que, después de un tiempo, los diuréticos no son suficientes y se obliga al

paciente a tomar medicamentos complementarios cada vez más agresivos que van acabando con su vida.

 

El agua es, por sí misma, el mejor diurético natural. Si las personas que tienen hipertensión y producen la cantidad de orina adecuada aumentaran su ingesta diaria de agua alcalina no necesitarían tomar diuréticos.

 

El COLESTEROL

 

Para Batmanghelidj, la explicación de la llamada hipercolesterolemia o exceso de colesterol en el organismo difiere también mucho de la convencional.

 

Tener demasiado colesterol en sangre no es sino un mecanismo de defensa de las membranas celulares contra la fuerza osmótica de la sangre a fin de conservar el agua, o bien, señal de que la sangre concentrada no puede liberar bastante agua para atravesar la membrana celular y mantener las funciones celulares normales. Es decir, la excesiva elaboración de colesterol y su depósito en la membrana celular no es más que parte del objetivo natural de proteger a las células vivas de la deshidratación ya que es como una especie de “arcilla” natural que hace

de pared celular impidiendo el paso del agua.

 

Según explica, en las células vivas con núcleo el colesterol es el agente que regula la permeabilidad al agua de la membrana celular. Y en las que no poseen núcleo la composición de los ácidos grasos empleados en la elaboración de la membrana celular le da el poder de sobrevivir a la deshidratación.

 

La producción de colesterol en la membrana celular es, pues, una parte del sistema de supervivencia de la célula. Por consiguiente, es una sustancia absolutamente necesaria y su exceso lo único que denota es que existe deshidratación.

 

La integridad de la membrana celular depende de la cantidad de agua disponible para ella.

En una membrana bien hidratada el agua es la materia adhesiva; en una deshidratada es el colesterol el que se encarga de pegar los “bloques” e impedir la pérdida de agua del interior de la célula.

Por tanto, si aportamos al cuerpo el agua sin ácidos necesaria antes de ingerir alimentos evitaremos la formación de colesterol en los vasos sanguíneos.

Así pues, no es el exceso de colesterol sino el resultado de la falta de agua en el organismo.

 

Eso sí, cuando un aumento de la ingesta de agua hace bajar los niveles de colesterol pero éstos

aumentan luego otra vez hay que asegurarse de que el cuerpo no tiene deficiencia de sodio.

 

EL SOBREPESO

 

También el sobrepeso está relacionado con el agua. Algo que él justifica explicando, en primer lugar, que las sensaciones de sed y hambre se tienen cuando el nivel de energía del cuerpo está bajo. En tales casos el organismo moviliza la energía almacenada en la grasa para lo que

necesita poner en marcha los mecanismos de secreción hormonal.

 

Como ese proceso tarda más tiempo del que a veces puede esperar, la parte frontal del cerebro se encarga de obtener energía inmediata a partir del azúcar de la sangre o de la “hidroelectricidad” Téngase en cuenta que el cerebro gasta una enorme cantidad de energía y por eso recibe aproximadamente el 20% de toda la circulación sanguínea.

 

Es decir, para cubrir sus necesidades energéticas el cerebro utiliza dos mecanismos:

El azúcar presente en la sangre, que obtiene con la metabolización de la comida; y el suministro de agua y su conversión en energía hidroeléctrica.

El problema es que el ser humano no sabe distinguir entre la necesidad de sed y la necesidad de comida y cuando estas señales llegan… tiende a comer.

La boca seca no es sino el último aviso, la señal de alarma cuando la deshidratación prácticamente ya es un hecho peligroso.

 

Y al alimentarnos en exceso por no entender que el cuerpo nos pide agua y no comida, uno gana peso. No espere que el organismo tenga que recordarle.. . adquiera la cultura del agua alcalina y estabilice su peso.

 

EL ASMA Y LAS ALERGIAS

 

El asma y las alergias son igualmente indicadores de que el cuerpo ha recurrido a un aumento en la producción de histamina ante la falta de agua. Está constatado que en los asmáticos hay un incremento del contenido de histamina en sus tejidos pulmonares y que es precisamente esa sustancia la que regula la contracción muscular bronquial.

 

A fin de cuentas, los pulmones son uno de los órganos que tienen mayor pérdida de agua a causa de la evaporación que provoca la respiración. La histamina, pues, se produce para evitar la constricción bronquial. Se trata, por tanto, de una maniobra simple y natural para preservar el agua. Obviamente, cuando el estado de deshidratación es importante se libera una cantidad exagerada de histamina.

 

Por eso beber la cantidad adecuada de agua alcalina diariamente ayuda a aliviar y prevenir tanto el asma como las alergias. Debe añadirse, en cualquier caso, que otro papel importante en el asma lo desempeña el sodio (que normalmente se ingiere con la sal o cloruro sódico). Ocurre

que, cuando hay escasez de agua, el cuerpo empieza a retenerlo.

 

Por otra parte, en algunas personas la escasez de sodio en el cuerpo puede producir los mismos

síntomas que en el caso de la falta de agua. Conviene pues que en las crisis asmáticas graves se tome abundante agua alcalina con una pizquita de sal -póngala bajo la lengua sin que toque el paladar para que no lo irrite- ya que ésta es un antihistamínico natural.

 

Si bien el agua mantiene el paso del aire húmedo y evita que los conductos se sequen cuando el aire entra y sale de los pulmones, en las primeras fases del asma se secreta moco para proteger los tejidos de las vías respiratorias pero a veces en demasiada cantidad y el moco se queda pegado a las paredes evitando el paso normal de aire por ellas. Afortunadamente, el sodio es un rompedor natural del moco y el agua alcalinizada es enriquecida naturalmente en sodio.

 

En suma, para Batmanghelidj el asma no es una enfermedad sino una adaptación fisiológica del cuerpo a la deshidratación y a la restricción de sal que se manifestará siempre que no se preste suficiente atención al consumo de agua y de sal.

 

Por eso basta una pizca de sal en la lengua después de beber agua para hacer creer al cerebro que un montón de sal ha entrado en el cuerpo y relaje los bronquiolos.

 

 

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