CÓMO TRATAR A LOS HIJOS DE MI PAREJA.
Por Júlia Puigbó Vivas.
Tener una relación con alguien suele ir ligado a conocer y tratar con su familia. Y ¿qué pasa si tu nueva pareja tiene hijos?, ¿sabes cómo tratarlos? En algunas ocasiones, es posible que no nos llevemos bien con los hijos de nuestra pareja. Pero todo se puede solucionar con tiempo, paciencia y algunos consejos psicológicos.
¿Cómo tratar a los hijos de mi pareja? Esta situación no es nada fácil, de hecho es un tema que puede generar muchos conflictos. En este artículo de Psicología-Online te damos algunos consejos a cerca de cómo tratar y relacionarte con los hijos de tu pareja.
LOS HIJOS DE MI PAREJA SON UN PROBLEMA: ¿QUÉ HAGO?
En tu mente tiene que haber espacio para todos, porque para tu pareja sus hijos siempre serán prioridad. Lo ideal sería tomar una actitud neutral, no ignores su existencia porque al final, como hijos de tu pareja siempre van a estar presentes. Pero por otro lado tampoco debes suplir un rol que no te corresponde, el rol de madre o padre. A continuación te daremos algunos consejos para tratar a los hijos de tu pareja:
Como íbamos diciendo, al principio de la relación con los hijos de tu pareja deberías mantenerte al margen respecto al rol de padre o madre intentando no imponer tus opiniones. Esto puede hacerte sentir un poco “aislada/o”, pero debes comprender que son los padres quienes tienen que decidir sobre sus hijos. Por otro lado es importante que tu pareja te ayude a tener un lugar dentro de la familia, tu lugar en este caso es que eres la “nueva” pareja de su padre/madre. Muéstrate natural y con ganas de colaborar y ayudar pero sin agobiar.
Es fundamental crear un clima de confianza, empatía y complicidad. Busca cosas en común para crear espacios en los que os sintáis a gusto y ten presente que la confianza surge con el tiempo.
Una vez sientas que se ha creado un clima de confianza y pasas a ser una persona cercana para los hijos de tu pareja, entonces puedes ir un poco más lejos y ser alguien en la que ellos puedan buscar ayuda o simplemente compañía. La nueva estructura familiar necesitará compartir vivencias y experiencias que harán que poco a poco, todos os relajéis y disfrutéis del tiempo juntos.
Ten siempre presente que aunque hayas conseguido una buena relación con los hijos de tu pareja, no tienes que sustituir nunca a sus padres, a no ser que sea estrictamente necesario por la ausencia de algún rol parental.
QUÉ HACER CON HIJASTROS PROBLEMÁTICOS
Paciencia y tiempo. Uno tiene que tener mucha paciencia, cada niño es un mundo y con algunos puede costar más conectar, pero con constancia y una actitud correcta fomentarás una buena relación en la que haya, ante todo, respeto. Al haber un cambio en la nueva estructura familiar, cada miembro de la familia necesita un período de adaptación.
Por otro lado, no debes asumir tú toda la responsabilidad de lo que esté pasando. No te agobies y cuida de ti, porque puede haber situaciones de angustia o de incomodidad que afecten a tu bienestar. Y ten presente que no estás obligada a sentir amor por ellos desde un principio.
Te aconsejo que en vez de establecer un clima incómodo con los hijos de tu pareja, te pongas en su lugar para poder entender por lo que están pasando ya que pueden sentirse incomprendidos, rechazados o sin saber qué rol tienen en esta nueva situación familiar. En la mayoría de ocasiones, las acciones de los niños nos muestran que necesitan ser comprendidos, escuchados y que requieren ayuda para volver a sentirse seguros ya que su estructura familiar se ha roto.
CONSEJOS PARA FAMILIAS RECONSTRUIDAS
Somos conscientes de que establecer una relación con los hijos de tu pareja es necesario pero requiere de mucho tiempo y paciencia.
Además, para solucionar cualquier tipo de conflicto, debemos tener en cuenta que en las relaciones personales son cosa de dos y que se debe trabajar el vínculo por parte de ambos, tanto por parte tuya como por parte de los hijos de tu pareja. En algunos casos es necesaria una orientación profesional, bien sea porque los niños no se han adaptado bien o porque uno o ambos miembro de la pareja necesitan ayuda.
Las relaciones de pareja, con o sin hijos, requieren voluntad y esfuerzo. ¡Tómatelo con calma y mucho humor!
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