No hay nada que perdonar... la única persona para perdonar es a uno mismo.
Ya que estás buscándote, pregúntate por qué te sientes ofendido por una determinada acción de un prójimo, el cual, supuestamente "requiere o merece tu perdón". Ves tu reflejo en ella. Ves en la ofensa del otro, una ofensa tuya. Por eso, perdónate a vos mismo, en tal caso, el otro sólo hace su camino.
Más que mirar a los demás para decidir quién requiere tu perdón, mira para adentro y averigua por qué te crees con derecho a perdonar, dónde está ese Juez Supremo dentro tuyo que te hace creer que debes absolver de sus pecados a los demás... Busca a tu Dios interior y pídele perdón a él, desde la humildad, porque tu humanidad te hace creer que eres perfecto. Ser Dios, o ser un Gautama Buda, no es ser Juez, he allí un error conceptual. Ser Dios es ser un Maestro de sí mismo.
A cambio, pide perdón, envía Hoponopono, agradece, envía tu amor. Pide perdón, pide perdón...