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 ¿ESTOY PERDIENDO MI VIDA?



Junio 14, 2016, 06:40:38 am
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Desconectado Francisco de Sales

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¿ESTOY PERDIENDO MI VIDA?
« en: Junio 14, 2016, 06:40:38 am »
¿ESTOY PERDIENDO MI VIDA?


En mi opinión, la mayoría de las personas simplemente vamos pasando por la vida -o dejando que la vida pase sin nosotros- pero no somos conscientes de lo excepcional que realmente es la vida y en muchas ocasiones ni siquiera somos conscientes de que estamos viviendo; no somos conscientes del sentido o sinsentido que está teniendo nuestra vida, ni del significado que le queremos dar y el que verdaderamente le estamos dando, o la diferencia que hay entre lo que queremos hacer y lo que hacemos.

En la mayoría de los casos, las ocupaciones que tenemos en nuestra vida nos distraen y perdemos de vista la globalidad por centrarnos en esas ocupaciones. Nos ocupamos de los placeres inmediatos y del modo de conseguirlos, o nos distraemos en la resolución de problemas que nosotros mismos creamos, o nos encargamos de engordarlos y magnificarlos innecesariamente, o nos centramos en los aconteceres diarios dejando para más adelante lo importante -para un “más adelante” del que parece que se rehúye porque lo aplazamos continuamente-, en vez de ocuparnos con atención y profundidad en nuestra vida en cada instante. Anteponemos las distracciones a lo importante.

Eso que llamamos “vivir” se convierte en “dejar que la vida pase”, y “la vida” acaba convirtiéndose en un derroche continuo del tiempo, mientras uno está en ella… pero sin estar.

De ese modo, vivir se centra en evitar todos los conflictos que se pueda, en procurar seguir adelante sea como sea, o en rendirnos una vez tras otra sin una oposición firme a seguir desgobernando nuestra vida, y lo hacemos así por no saber lo que REALMENTE deseamos ni hacia dónde queremos ir.

Y eso no es VIVIR. Eso es respirar o es no estar muertos. Pero sin auténtica VIDA.

Procuramos llenar el tiempo de vida con cosas agradables, bonitas, cariñosas, y eso está muy bien. Lo aplaudo. Creo que es lo correcto. Hay que fomentarlo todo lo que se pueda.

Pero no hay que olvidarse del resto del tiempo. De ese tiempo que se consume en la indolencia, en el despiste, dejándolo ir sin extraerle el jugo, no siendo conscientes de unas ideas primordiales que no debieran desaparecer del pensamiento, como por ejemplo estas:

-   Ser conscientes. (O sea, prestar atención)
-   Soy yo. (Sentir “Soy yo” y notar al decirlo algo parecido a “tomo consciencia de mí y estoy vivo”)
-   Disfrutar. (Sin perjudicar a otros con ello)
-   Amar y ser amado.
-   Ser generoso. (En atención y dedicación, en cuidado y cariño)
-   Ser apasionado con la vida.
-   VIVIR, con mayúsculas.

Todo lo que acabas de leer puede ser olvidado en este mismo instante, o puede ser motivo del comienzo de una reflexión detenida y profunda por tu parte. Tan profunda que puede marcar el principio de una etapa nueva y plena en tu vida.

La vida, para que le resulte satisfactoria a nuestra alma, para que se produzca esa paz que sólo nace de la sensación del deber bien hecho y de las inquietudes espirituales de los humanos cuando son cumplidas, requiere tener un propósito.

Propósito que, en mi opinión, no aportan ni el porvenir, ni el destino, ni el azar, ni los otros, sino que ha de nacer de la escucha activa de la conciencia -que ha de ser atenta y continuada-, que es quien mejor puede dirigir el sentido de la vida.

A algunas personas le resulta más fácil entender esto si se imaginan que de nosotros mismos nacen dos tipos de deseos básicos: uno mundano basado en los placeres –que podría ser una propuesta del ego- y otro más profundo, más trascendental, más cierto –que podría ser la propuesta del Ser Interior, la petición lícita del espíritu-.

Aunque no se piense en ello, aunque el ego no lo quiera reconocer, aunque uno no le preste atención, en nuestro interior se vive, con intensidad, un sentido de trascendencia. Existe algo que nos hace comprobar que la verdadera realización está en la práctica de cosas más espirituales que son más satisfactorias que los placeres inmediatos.

Esas “cosas” son personales, no son iguales para todos, aunque hay algunas que están, más o menos generalizadas.

La generosidad o la caridad, por ejemplo. Generosidad o caridad económica, o de tiempo para el otro, o de atención, o cuidado y escucha.

Los gestos de amor, por ejemplo. Gestos hacia los otros o hacia uno mismo que lo demuestren

Está bien recordar y ser conscientes de que hay caprichos que son para el ego o para el cuerpo humano –que es uno mismo, no hay que olvidarlo ni menospreciarlo, quien los disfruta- y hay unas necesidades que cubrir que son del alma.

La pregunta del título, ¿ESTOY PERDIENDO MI VIDA?, se va a repetir en más de una ocasión, porque es una pregunta que se mantiene viva en nuestro interior continuamente, como recordatorio de que la vida tiene un sentido y hay que encontrarlo; aunque hagamos oídos sordos, la pregunta se repite como si fuera un eco infinito.

Generalmente no le prestamos atención porque nos parece un ruido de fondo al que uno se llega a acostumbrar hasta que, de pronto, un acontecimiento grave se presenta en nuestra  vida y nos hace prestarle atención.

“¡Dios mío!, ¿Qué he hecho de mi vida?” Y esta pregunta suena a algo ya insalvable, catastrófico, un drama que no tiene solución ni remedio.

¿Qué estoy haciendo con mi vida?, en cambio, pero sin la necesidad de que lleve un tono de reproche, hecha En un tono cariñoso que lleve interés y deseo de mejoramiento y de encauzar la vida en el modo deseado, es una pregunta apropiada que conviene tener la delicadeza de hacerla a menudo. A menudo puede ser para unos ponerse la “tarea” de dedicar todos los domingos media hora a encontrar o actualizar respuestas, y para otros puede ser tener puesto un aviso –o el Yo Observador activado- que ante cualquier mínima señal de alerta y de sensibilidad les ponga en activo, y eso que active puede ser una fotografía hecha en un país en guerra, o la de un niño llorando, o el mensaje de un anuncio en televisión, o una frase que alguien dice, o una mirada que alguien nos devuelve; pueden activarnos cualquiera de estas cosas u otras que tengan permiso para llegar hasta nuestro corazón y despierten nuestra sensibilidad y den voz a ese espíritu que es más nosotros mismos que nosotros mismos, y que conoce, mejor que nadie, qué es lo que verdaderamente queremos y cuál es el Camino en nuestro caminar.

Sólo tienes que escucharte. De verdad.

Antes de que llegues a tu Tiempo de los Arrepentimientos con las alforjas cargadas, conviene que te enfrentes a la pregunta y que le des respuestas que te aporten bienestar y paz.

¿QUÉ ESTOY HACIENDO CON MI VIDA?, ¿ESTOY PERDIENDO MI VIDA?

Te dejo con tus reflexiones…
« Última modificación: Marzo 29, 2022, 04:21:23 pm por francisco de sales »

Octubre 28, 2023, 06:22:27 am
Respuesta #1

Desconectado Tadeo Rivas

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Re:¿ESTOY PERDIENDO MI VIDA?
« Respuesta #1 en: Octubre 28, 2023, 06:22:27 am »
Otra vez me ha hecho reflexionar, Francisco. Gracias.

 

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