¿QUÉ ES LA ASERTIVIDAD Y CÓMO PUEDES MEJORARLA? LOS 6 BENEFICIOS DE LA ASERTIVIDAD.
POR LAURA PALOMARES PÉREZ
La asertividad es uno de los elementos psicológicos fundamentales en la gestión de las relaciones sociales. Sin embargo, no todo el mundo sabe cómo desarrollar esta capacidad, y no son pocos quienes prefieren evitar pasar por malos tragos frente a los demás a pesar de que eso traiga mayores problemas a medio y largo plazo.
En este artículo veremos cuáles son los principales beneficios de la asertividad y de qué manera tiene un impacto positivo en nuestras relaciones personales y en nuestro bienestar emocional.
¿QUÉ ES LA ASERTIVIDAD Y EN QUÉ CONSISTE SER UNA PERSONA ASERTIVA?
La asertividad es un conjunto de habilidades sociales y comunicativas que mantienen a la persona en un equilibrio entre el respeto por uno mismo y el respeto por los demás. En concreto, es lo que nos hace capaces de defender nuestros intereses y opiniones, a la vez que adaptamos nuestra manera de expresarnos para no generar un malestar o unos conflictos innecesarios.
Así, ser una persona asertiva implica no morderse la lengua a la hora de comunicar aquello que uno piensa o sabe y ve importante decir, aunque no expresándolo de cualquier manera, sino intentando que, en el caso de que pueda ser incómodo o emocionalmente doloroso para los oyentes, genere el menor malestar posible.
Ejemplos de asertividad
Para aclarar más el concepto de asertividad, veamos algunos ejemplos en los que esta capacidad queda expresada en relaciones personales.
• Declinar una oferta ofrecida por un familiar sin “dar largas”, zanjando el tema de manera respetuosa.
• Comunicar al director del departamento que hemos detectado un problema en la secuencia de trabajo en equipo.
• Cortar con una relación de pareja porque esta ya no nos hace felices y no vemos posibilidad de mejora en ella, dejando claro que no nos estamos tomando “un tiempo”.
• Rechazar una primera cita intentando no herir los sentimientos de la otra persona.
Por supuesto, el grado en el que estas conductas demuestren mayor o menor asertividad dependerán del esfuerzo invertido en aclarar las cosas y a la vez en no causar un malestar evitable, y del tiempo que haya transcurrido desde el momento en el que decidimos comunicar algo y el momento en el que pasamos de los deseos a las acciones.
¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES BENEFICIOS PSICOLÓGICOS DE LA ASERTIVIDAD?
Este es un resumen de las principales ventajas y de los aspectos positivos de aplicar asertividad a nuestro estilo comunicativo.
1. Permite evitar problemas que de otro modo se agravarían con el tiempo
La asertividad nos ayuda a intervenir a tiempo en los problemas apenas los hemos detectado. De este modo, prevenimos muchas fuentes de malestar que de otro modo habríamos dejado pasar simplemente por lo incómodo que resulta advertir a otros de que esos problemas están ahí y tarde o temprano van a desencadenar inconvenientes mayores.
2. Nos permite participar activamente en las actividades en equipo
Como desde la asertividad defendemos nuestro punto de vista y no nos limitamos a asumir un rol pasivo de obediencia de órdenes, eso enriquece las tareas realizadas de manera colaborativa, haciendo que el equipo pueda pensar más allá de los márgenes establecidos por la rutina.
3. Nos aporta un mayor margen de maniobra
La asertividad pasa por tener en mente opciones alternativas a aquellas que estamos acostumbrados a considerar.
Esto se ve claramente en el caso de querer dar por finalizada una relación de pareja; muchas personas siguen estando con alguien a pesar de ser muy infelices con ese noviazgo o matrimonio, simplemente porque no se plantean que pueda existir vida más allá de ese contexto de convivencia. Y como de este modo no renunciamos innecesariamente a ninguna posibilidad de acción, eso nos permite corregir nuestro rumbo allí donde hemos detectado que hemos cometido errores y encontrar maneras de vida que se adapten a nuestras habilidades, gustos, valores, etc.
4. Nos saca de nuestra zona de confort
Como hemos visto, la asertividad nos expone a situaciones en las que es necesario abrazar un cambio cualitativo en nuestras vidas y romper con las viejas dinámicas y costumbres.
Eso hace que nos expongamos a mayores oportunidades de mejorar nuestras condiciones de vida, al no conformarnos con cualquier cosa por el simple hecho de no enfrentarnos a lo nuevo.
5. Predispone a los demás a respetarnos
Otro de los beneficios de la asertividad tiene que ver con su plasmación en la imagen que ofrecemos ante los demás. Como demostramos tener criterio propio, nuestro punto de vista es más respetado, e incluso tenemos un mejor acceso a roles de liderazgo en aquellos ámbitos de la vida en los que hayamos demostrado ser buenos.
6. Ayuda a reforzar la autoestima
Por todo lo que hemos visto anteriormente, la asertividad refuerza nuestra autoestima, es decir, el modo en el que nos percibimos y nos valoramos a nosotros mismos.
Nos hace vernos más respetados a los ojos de los demás, nos expone a situaciones que nos ponen a prueba y sirven para demostrarnos nuestra capacidad de superación, y a la vez evita que atravesemos muchas crisis y situaciones problemáticas que habríamos podido evitar.
CONSEJOS PARA DESARROLLAR ASERTIVIDAD
Con el objetivo de aprender diversas formas de entrenar esta habilidad, a continuación presentamos una serie de claves para desarrollar la asertividad al comunicarnos en nuestro día a día.
1. Entrenar progresivamente
La asertividad no es una habilidad que salga de manera natural en muchas personas; es por eso que lo más recomendable es entrenar nuestras capacidades primero con aquellos individuos a los que tengamos mayor confianza o mejor acceso. Esta exposición progresiva a los retos más complejos de resolver (o directamente difíciles) nos ayudará a ir familiarizándonos con este tipo de ejercicios de “auto-entrenamiento”, sin que nos desanimemos desde un principio por no ser capaces de hacer lo que nos habíamos propuesto en esas conversaciones.
Por ejemplo, podemos empezar practicando un discurso asertivo con la familia, los amigos o con nuestra pareja, compartiendo con ellos nuestras necesidades, objetivos, deseos y sentimientos de manera abierta.
Esto nos ayudará a ir cogiendo confianza con nosotros mismos y nuestro discurso, hasta el punto en que la asertividad nos empezará a salir de manera automática.
2. Aprender a establecer límites
Ser capaces de poner límites y aprender a decir que “no” ante cualquier situación o demanda es una de las características esenciales de las personas asertivas.
Es por eso que se trata de una habilidad que debemos entrenar también diariamente, especialmente si nos cuesta decir “no” o bien si no estamos acostumbrados a enfrentar los planteamientos de los demás.
Del mismo modo, la capacidad de decir “no” ante cualquier petición de otras personas también puede entrenarse con amigos o familiares.
3. Expresar lo que sentimos delimitándolo desde un inicio
La expresión de lo que sentimos es esencial a la hora de comunicarnos, y saber comunicarnos correctamente y con éxito es una de las características esenciales de la asertividad. Pero para ello, primero debemos tener claro cuáles son aquellas ideas que sí o sí tenemos que comunicar en una conversación, para no inventarnos excusas para no hacerlo por no atrevernos.
Aunque nos cueste esfuerzo, debemos aprender a comunicar nuestras emociones y sentimientos allí donde veamos que es algo relevante que no debe quedar en el tintero. Ya se trate de las emociones positivas, algo que se ve como socialmente aceptable, como las negativas en los momentos en que sea necesario.
4. Claridad y concisión
En cualquier discurso exitoso deben primar elementos esenciales como la claridad, la concisión y la brevedad, características también clásicas de todo buen discurso asertivo.
Esto significa que debemos intentar ir al grano siempre que queramos hablar con alguien, teniendo siempre en mente el objetivo sustancial de lo que queremos decir e intentar decirlo con el mínimo de palabras posible, es decir potenciando la economía del lenguaje.
Para lograr incorporar estos tres elementos en nuestro discurso diario, podemos entrenar lo que queremos decir y apuntar aquellas más importantes que queremos expresar para tenerlas en mente y acordarnos en el momento de la interacción.
5. Potenciar el lenguaje no verbal
En la comunicación, el lenguaje no verbal es casi tan importante como el lenguaje verbal, ya que subraya o enfatiza aquello que queremos decirle a otra persona mediante el código verbal.
Una persona asertiva sabrá acompañar su discurso hablado con un lenguaje verbal acorde a lo que quiera decir en todo momento. Esto se consigue habitualmente mirando a los ojos y manteniendo una postura en general relajada frente a nuestro interlocutor.
6. Potenciar el discurso desde el “yo”
En lugar de hablar poniendo en énfasis en el “tú” en nuestros discursos, debemos empezar a expresarnos partiendo del “yo” y articular todo aquello que queremos decir desde la primera persona del singular.
Por ejemplo, en lugar de decir cosas como “Creo que estás siendo demasiado insistente y me estás incomodando”, podemos decir “Siento que me insistes demasiado y eso me genera mucha incomodidad”.
Hablando siempre desde el “yo” nos ponemos a nosotros en el centro de nuestro interés y de lo que queremos decir, un signo identificatorio de la asertividad bien entendida.
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