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 ¿CÓMO TENER UNA AUTOESTIMA EQUILIBRADA?



Abril 10, 2024, 06:55:42 am
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¿CÓMO TENER UNA AUTOESTIMA EQUILIBRADA?
« en: Abril 10, 2024, 06:55:42 am »
¿CÓMO TENER UNA AUTOESTIMA EQUILIBRADA?
POR LAURA PALOMARES PÉREZ

Cuando hablamos acerca de lo que son los problemas de autoestima, es posible que asumamos la idea de que en todos los casos debemos aumentarla. Sin embargo, lo importante y lo beneficioso no es tener una autoestima muy alta, sino tener una equilibrada, en la que no se dé ni el déficit ni el exceso.
Y es que aunque no se suela hablar de ello, tener una autoestima demasiado inflada puede dar lugar a muchos problemas, entre ellos relaciones personales conflictivas, situaciones de frustración al no recibir un trato especial, y paradójicamente, incluso momentos de muy baja autoestima debido a lo desestabilizante que resulta descubrir que no somos más que nadie. Por eso, en este artículo encontrarás un resumen de los consejos a seguir para lograr una autoestima equilibrada, ajustada lo máximo posible a la realidad.

CONSEJOS PARA TENER UNA AUTOESTIMA EQUILIBRADA

Aquí encontrarás una serie de consejos para disfrutar de un nivel de autoestima equilibrado. Estas pautas están divididas en dos categorías, dependiendo de si consideras que necesitas elevar tu autoestima o, por el contrario, desinflarla un poco para que esta sea menos inestable y se ajuste más a la realidad. Eso sí, ten en cuenta que son consejos generales y que la solución más eficaz es siempre acudir a psicoterapia para obtener un trato personalizado de la mano de profesionales de la salud mental.

PARA SUBIR TU AUTOESTIMA…

Si te interesa subir tu autoestima para no juzgarte de una manera demasiado negativa o pesimista, ten en cuenta estos consejos.

1. Plantéate retos significativos
Si lo que nos interesa es aumentar nuestra autoestima, la manera más eficaz de lograrlo es modificar nuestros hábitos para plantearnos retos que nos permitan demostrarnos a nosotros mismos de qué somos capaces. De ese modo tendremos pruebas objetivas de que tenemos la capacidad de aprender cosas que nos hubiera parecido imposible hacer en el pasado. Eso sí, es importante que estos retos sean significativos para ti y que conecten con tu sistema de valores.

2. Modifica los pensamientos sobre tus fracasos aprendiendo de tus errores
La forma en la que pensamos sobre nosotros mismos se relaciona íntimamente con el nivel de autoestima; es por eso que los pensamientos sobre el propio rendimiento en el día a día  o sobre nuestra capacidad para alcanzar nuestras metas deben ser ajustados a la realidad. En este sentido, es fundamental que tu manera de ver en retrospectiva tus aparentes fracasos y las equivocaciones en general sea constructiva; esto es, que en lugar de centrarte en culparte por lo ocurrido e intentar castigarte, pongas tu atención en aprender sobre tus errores.

3. No dejes que te pasen desapercibidos tus logros
Además de lo anterior, también debemos hacer el esfuerzo de empezar a tener en mente pensamientos relacionados con nuestros logros, en vez de limitarnos a beneficiarnos de sus consecuencias objetivas o peor aún, a atribuir esos logros a la suerte o a las acciones de los demás. Y es que aunque no lo parezca, es relativamente común no detenernos a pensar en las cosas buenas que conseguimos (por ejemplo, si lo hacemos en un contexto de estrés laboral en el que siempre pensamos en el trabajo que tenemos por delante).
Esto nos ayudará a tener una mayor cantidad de pensamientos positivos sobre nosotros mismos, y de esta forma empezaremos a tener un mayor nivel de autoestima. simplemente modificando nuestra manera de gestionar nuestro foco atencional.

4. No descuides tu bienestar
Otra de las estrategias que podemos aplicar para lograr una autoestima equilibrada si hemos estado valorándonos a nosotros mismos de un modo negativo es centrarnos en nuestro propio bienestar; esto pasa por mantener una rutina de autocuidados constantes (en lo relativo a la salud y a la higiene) y, en muchos casos, dejar de darle tanta importancia en lo que creamos que los demás piensan acerca de nosotros. Y es que aunque el autocuidado sea muy importante, algunas personas pueden pasarlo por alto al intentar complacer o agradar a otros en su día a día, anteponiendo siempre las exigencias que les llegan del exterior a través de la presión social, o intentando cumplir con una serie de expectativas.

PARA DESINFLAR TU AUTOESTIMA…

Si por el contrario necesitas equilibrar tu autoestima optando por ganar en humildad, sigue estos consejos.

1. Empieza a interesarte por las personas más allá de los estereotipos y los prejuicios
Es recomendable que conectes con otras personas de tu entorno, especialmente con aquellas que menos se parezcan a ti; debes hacerlo dejando de ver a esas personas como representaciones de clichés, e interesándose por su punto de vista y manera de ver las cosas. De ese modo interiorizar la idea de que existe una amplia variedad de valores y de prioridades en la vida, más allá de lo que tú solías considerar importante hasta ese momento.

2. Proponte aprender algo nuevo dependiendo de la ayuda de alguien
Aprender sobre algo que te interese, pero hacerlo no de manera autodidacta sino desde el rol del aprendiz o del estudiante, es una manera muy buena de ganar en humildad.

3. Adopta como norma no reírte de los demás
Si asumes que esas personas no merecen ser la diana de tus burlas o comentarios de desprecio, quienes te rodean también dejarán de esperar ese tipo de comportamientos por tu parte, y favorecerán tu cambio de manera indirecta.

4. Permite que los demás cuestionen tus creencias
Si piensan de una manera distinta a la tuya, no interrumpas y deja que se expresen, e incluso anima a esas personas a explicarse en detalle para poner a prueba lo que creías que sabías.

SABER PONER LÍMITES A LA AUTOESTIMA
Antes que nada, ¿qué entendemos por límites? Cada persona tiene los suyos, que dependerán de los factores que les hacen sentir cómodos y seguros en su relación con los demás. Por este motivo, y como los límites difieren dependiendo de la persona, es importante saber expresarlos correctamente y de forma asertiva.
Demasiado a menudo, nuestra educación nos inhibe a la hora de plantarnos y establecer cuáles son nuestras necesidades y expectativas. Cuando esto sucede, decir “no” se convierte en una tarea complicada, puesto que nos hace sentir culpables. Sin embargo, es altamente necesario aprender a poner límites, por el bien de nuestra autoestima y la calidad de nuestras relaciones.
Poner límites es un autocuidado que debemos fomentar. No sólo es beneficioso para nosotros, sino que repercute positivamente en nuestra interacción con el resto de las personas. Establecer tus necesidades no negociables evita caer en conflictos y malentendidos, que pueden llegar a minar tu relación con los demás.
Entre los límites que son estrictamente necesarios está el no dejar que otra persona decida por ti, no basar tu conducta en lo que piensa de ti tu entorno y ser conscientes de que nunca podremos complacer a todo el mundo. Si conseguimos hacer esto de forma sana, nuestra autoestima se verá beneficiada.

¿CUÁLES SON LOS LÍMITES QUE PODEMOS PONER?

Como ya hemos dicho, los límites son variados y flexibles, ya que cada persona tiene sus propias necesidades, que no tienen por qué ser iguales que las de los demás. Así, los límites personales se basarán en los valores y las expectativas de cada uno. En general, podemos distinguir los siguientes tipos:

1. Límites de tipo físico
Tienen relación con el espacio físico de las personas y el contacto que establecen entre ellas. Por ejemplo, la distancia entre dos interlocutores, si se debe saludar con dos besos o dando la mano… evidentemente, en esto tiene mucho que ver la cultura del individuo.
2. Límites de tipo intelectual
En este caso, hablamos de la ideología y los valores.
3. Límites de tipo emocional
Relacionados con las emociones y los sentimientos.
4. Límites de tipo sexual
En este caso, se trata de límites relacionados con el comportamiento sexual. Pueden incluir conductas sexuales que no estamos dispuestos a tolerar, juegos que no nos gustan y no queremos realizar, etc.
5. Límites de tipo temporal
Establecen cuánto tiempo queremos dedicar a alguien, más allá de los deseos del otro.
6. Límites de tipo material
Aquí se engloba todo lo material que estamos dispuestos a compartir con otras personas.

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE PARA LA AUTOESTIMA PONER LÍMITES?

Primero, hay que tener muy claro que establecer límites no quiere decir imponer. Cuando yo te estoy expresando lo que necesito y lo que estoy dispuesto a tolerar y lo que no, en ningún caso estoy ejerciendo ninguna violencia ideológica sobre ti.
Poner límites no es sinónimo de obligar a las personas a actuar como nosotros quisiéramos. El otro siempre puede elegir entre respetar nuestros límites o alejarse. Por tanto, al establecer límites sólo estamos poniendo unas normas que consideramos sanas para nosotros. Esto implica, por supuesto, no realizar nada que no queramos con el único fin de no sentirnos rechazados y, además, expresarlo de forma asertiva para que la otra persona no se sienta atacada. Se trata, pues, de tener respeto hacia ti mismo y hacia los demás.
La importancia de los límites radica en que estos tienen relación con nuestra identidad, ya que hablan de nuestros valores y de lo que necesitamos. No poner límites significa, por tanto, no respetarnos a nosotros mismos, lo que obviamente tiene que ver, y mucho, con nuestra autoestima.
La autoestima empieza a configurarse en nuestra infancia, en la que son especialmente importantes los primeros años. Durante nuestra época de niñez el entorno en el que crecemos es crucial para establecer una buena autoestima. Si, por ejemplo, nos hemos criado en una familia complaciente en la que decir “no” es visto como ser “mala persona”, probablemente tendremos dificultades para poner límites en un futuro, y nuestra autoestima se verá seriamente dañada.
Si no decimos “no” a algo que no queremos, no nos estamos respetando; si no nos respetamos, generamos sentimientos de frustración, culpa y rabia. Y, al generar estos sentimientos tan negativos, nuestra autoestima baja. En otras palabras, nos hacemos un boicot personal en toda regla.
La baja autoestima conlleva que sintamos que no tenemos derecho a defender nuestros intereses y nuestras necesidades, por lo que estas se inhiben. Al hacer esto, estamos comunicando a nuestra mente que no somos tan importantes como los demás, lo que hace que nos sintamos cada vez más inferiores. En un grado grave, esta situación de baja autoestima puede llevar a tolerar abusos y crear relaciones dependientes.

ENTONCES ¿CÓMO ESTABLECER LÍMITES?

Uno de los factores más importantes a la hora de establecer límites es conocernos a nosotros mismos, puesto que, si no somos conscientes de nuestras necesidades, no podremos expresarlas correctamente.
Lo recomendable es que tengamos unos cuantos límites muy claros, siempre teniendo en cuenta de que la flexibilidad es importante. Sin embargo, la importancia de tener muy claro un eje concreto de necesidades hará que nos demos cuenta enseguida de cuándo una persona está sobrepasando nuestros límites. Por ejemplo, si deseamos una relación monógama y la fidelidad es importante para nosotros, debemos establecer esto como punto inamovible, y no dejar pasar alteraciones en este sentido.
Identificar cuándo una persona está sobrepasando nuestros límites no siempre resulta tan claro como ser testigo de una infidelidad. Por ejemplo, puede que el simple hecho de que nuestra pareja coquetee con otra persona, aunque no haya ocurrido nada, nos haga sentir mal. Debemos estar muy atentos a nuestras sensaciones para detectar posibles alteraciones.
Por último, recuerda que expresar tus necesidades y poner límites no es sinónimo de atacar a la otra persona. Aquí debes potenciar tu asertividad: no te justifiques y no des rodeos; sé claro y preciso. Es importante también recordar que no siempre vas a encontrar comprensión, pero no debes flaquear ante posibles protestas o chantajes emocionales. Mantente firme en tus necesidades y acepta que la otra persona se moleste por ello. Su reacción es su responsabilidad, no la tuya.

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