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 IMPULSIVIDAD: ¿CÓMO TOMAR EL CONTROL DE NUESTRAS ACCIONES?



Agosto 12, 2024, 06:40:36 am
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IMPULSIVIDAD: ¿CÓMO TOMAR EL CONTROL DE NUESTRAS ACCIONES?
« en: Agosto 12, 2024, 06:40:36 am »
IMPULSIVIDAD: ¿CÓMO TOMAR EL CONTROL DE NUESTRAS ACCIONES?
Artículo revisado por el Comité de MundoPsicologos

¿Te arrepientes constantemente de tus acciones? ¿No puede reprimir tus impulsos? Quizá seas una persona impulsiva. Descubre cómo detectar y lidiar con la impulsividad.

Generalmente la mayoría de las personas tienen la tendencia de pensar antes de actuar. Si bien es cierto que a veces se dejan llevar por las emociones (impulso) más que por la razón (conciencia), se tiendea hacer balance antes de actuar de una manera u otra. En otras ocasiones no da tiempo suficiente a la reflexión, y sin darse cuenta se está diciendo algo o actuando de manera impulsiva o disoluta, lo cual puede llevar a problemas en algunas ocasiones. Pero ¿qué tienen en común todos estos comportamientos? ¿Qué le lleva al ser humano a realizarlos?

¿QUÉ ES EL COMPORTAMIENTO IMPULSIVO O DISOLUTO?

En general, se define como comportamiento compulsivo aquel que realiza una persona sin tener en cuenta las consecuencias del mismo. De este modo, un impulsivo puede hacer algo, por ejemplo, tomar drogas o comer de manera compulsiva, sin reflexionar sobre los efectos que tiene esa acción. Las consecuencias pueden ser, a veces, muy negativas tanto para él mismo como para los demás; sin embargo, este aspecto no se tiene en cuenta o no se acepta ante el bienestar inmediato que produce su impulsividad. En este sentido, pueden ser considerados comportamientos impulsivos todos aquellos que escapan de un control racional.
Por lo tanto, se podría decir que una persona impulsiva se define en términos generales como aquella que hace acciones sin prevenir que acostumbran a ser arriesgadas e inapropiadas para la situación. Tanto es así que esta impulsividad o comportamientos disolutos acaban perjudicándolos tanto en lo personal como profesional.

¿CUÁNDO SE PUEDE CONSIDERAR UN TRASTORNO IMPULSIVO?

El problema de las personas impulsivas aparece cuando ese control de impulsos es escaso y esta se deja llevar por lo que siente sin control alguno, sin filtros. Aquí es cuando se puede decir que la persona padece un trastorno de control de impulsos.
Según el manual diagnóstico de los trastornos mentales, definen este trastorno como la dificultad constante o la escasez de resistencia a cometer un acto, el cual provocará consecuencias nocivas o perjudiciales para la persona. Aunque ésta sea consciente de que si realiza el acto tendrá consecuencias negativas, no puede evitar hacerlo a causa de sus impulsos.
Esta sintomatología impulsiva suele seguir un curso crónico y creciente si no se realiza un tratamiento adecuado. Además, los síntomas suelen interferir en gran medida en diferentes áreas de la vida de la persona (economía, relaciones sociales, trabajo, salud, etc.). El trastorno suele aparecer en la adolescencia y va agravándose en la edad adulta cada vez más.

TEST DE IMPULSIVIDAD: SÍNTOMAS DE UNA PERSONA IMPULSIVA

Cuando se desarrolla la impulsividad, la mayoría de las personas acaban viéndose afectadas en diversos ámbitos de su vida. A pesar de ello no pueden controlar su impulsividad y por eso desarrollar conductas como las que se presentan a continuación.

1.   Hiperactividad por déficit de atención (TDAH): En la mayoría de los casos, una personalidad impulsiva viene de la mano de un trastorno de déficit de atención. Es muy común que las personas con TDAH presenten impulsividad en sus acciones y decisiones.
2.   Bipolaridad: Existen algunos casos en los que la impulsividad muestra una de las facetas del trastorno de bipolaridad. En estos casos las personas impulsivas deben acudir a un especialista en salud mental ya que es un trastorno que se debe tratar.
3.   Antisocial: Cuando las personas impulsivas ven todos los efectos sociales de su impulsividad, es muy común llegar a desarrollar un pensamiento antisocial y aislarse del resto. Esto es debido a que no les gustan que juzguen las acciones que han sucedido debido a su impulsividad.
4.   Problemas de alimentación: En muchos casos dónde el control de impulsos en adolescentes es deficiente, puede llegar a aparecer problemas relacionados con trastornos alimentarios. A pesar de que es más común en la adolescencia, debido a que se acostumbra a tener una baja autoestima, también puede suceder en casos donde son los adultos los impulsivos.
5.   Conductas de riesgo y adicciones: La impulsividad puede llevar a conductas de riesgo como practicar sexo sin protección o a consumir sustancias con mucha adicción. En estos casos la salud física de la persona impulsiva puede verse muy afectada.

Si detectas en ti muchos de estos síntomas, es muy probable que tengas un trastorno de impulsividad. En estos casos es vital acudir a un especialista en salud mental para tratarlo si esta afectación está delimitando tu vida.

¿CÓMO SE COMPORTA UN IMPULSIVO?

Las personas impulsivas acostumbran a tener la misma actitud ante un impulso. Tanto es así que, para llegar a disponer de un control de impulsos, es vital saber cómo se produce esta impulsividad.
•   Antes de la realización del acto impulsivo, la persona siente un deseo irrefrenable, una tensión emocional y una gran activación.
•   Durante el acto impulsivo la persona se libera, siente un gran alivio e incluso placer al decir o hacer lo que quiere.
•   Después del acto impulsivo la persona se siente mal, culpable por haber actuado de esa forma y arrepentida por no haber controlado lo que decía.
•   El acto compulsivo suele realizarse para aliviar un malestar personal, debido carencias de gestión emocional. Por ejemplo, la persona que se muerde las uñas lo hace de forma más acentuada cuando tiene mucho trabajo o cuando ha sufrido una ruptura sentimental.

CAUSAS DE LA IMPULSIVIDAD

No existen suficientes evidencias para saber cuáles son las causas exactas por las que se produce un trastorno impulsivo. Aun así,  profesionales de la psicología han estimado algunas causas comunes de las personas impulsivas.
1.   Biología y genética: Existen algunos factores genéticos que pueden desencadenar en pasar a convertirse en una persona impulsiva. Además, existe un tipo de personalidad que disfruta más buscando sensaciones que sean de riesgo. Tanto es así que en muchas ocasiones coinciden con síntomas impulsivos.
2.   Depresión: Las personas con depresión pueden buscar en sus conductas impulsivas la falta de dopamina que tienen debido a su condición. De este modo, el cuerpo nos incita a realizar un comportamiento impulsivo como puede ser comer en exceso, beber en exceso u otros comportamientos imprudentes ya que así encuentra la dopamina que tanto necesita para estar feliz (a pesar de que sea por unos instantes y con efectos contraproducentes).
3.   TDAH: Las personas con TDAH están más predispuestas a sufrir de la impulsividad. Esto es debido a la hiperactividad que tienen constantemente.
4.   Desorden de la personalidad: La impulsividad es uno de los síntomas más comunes en ciertos trastornos de la personalidad. Entre ellos, podemos encontrar el trastorno límite de la personalidad o el trastorno bipolar.
5.   Falta de confianza y baja autoestima: En muchas ocasiones la impulsividad se ve envuelta por una baja confianza y autoestima. Esto es porque las personas que sienten estos dos complejos en algunos casos intentan actuar con más confianza y control para aparentar delante de los demás. A través de ello pretenden evitar el rechazo de los demás.

TIPOS DE IMPULSIVIDAD

Existen varios tipos de trastorno de control de impulsos con las que las personas sufren de su impulsividad. Los tipos de impulsividad más comunes son los siguientes.

•   Cleptomanía: Consiste en el deseo irrefrenable por robar, cualquier cosa y sin que lo que se robe sea algo que la persona necesite. Aunque intente controlarse acaba robando el producto y posteriormente experimenta un gran sentimiento de culpabilidad y malestar.
•   Tricotilomanía: Se trata de la necesidad incontrolable por arrancarse cabellos, pestañas o cejas. Cuando la persona realiza el acto siente una liberación y calma su ansiedad. A veces va acompañado de la ingesta del cabello, pero en otras ocasiones no.
•   Piromanía: La necesidad imperiosa en este caso es por provocar incendios. El objetivo de realizar este acto es sentirse aliviado al hacerlo aunque también puede acabar con un gran malestar por haber provocado algo que sabe que está mal.
•   Ludopatía: En el caso de la ludopatía, la necesidad es de jugar a las máquinas de forma compulsiva. La persona experimenta una sensación placentera mientras juega y por más que intente controlar sus actos (ya que sabe que le puede ocasionar graves problemas familiares, conyugales y económicos) no logra hacerlo.
•   Onicofagia: Aunque el nombre no sea muy conocido, seguramente es el más extendido socialmente. Se trata de la necesidad sin control de morderse e incluso tragarse las uñas. Aunque la persona quiera dejar de hacerlo, se sorprende a sí misma mordiéndose sin parar las uñas y no puede parar hasta que se las deja totalmente mordidas e incluso puede haber ocasiones en las que se haga daño.
•   Compra compulsiva: En este caso la necesidad es de adquirir productos que no se necesitan. Cuando la persona está en el proceso de compra siente un placer que se esfuma en cuanto llega a casa, pero no puede evitar comprar cuando pasa por delante de una tienda.
•   Ingesta compulsiva: Se trata de la ingesta de alimentos sin control, no por hambre sino porque siente la necesidad de hacerlo sin más. La persona no para hasta que se ha acabado todo lo que hay en la nevera o hasta que se encuentra mal físicamente.
Una personalidad impulsiva puede presentar uno o más de estos tipos de impulsividad. Es por ello que cuando se padece un trastorno impulsivo es vital acudir a un especialista para tratarlo antes que pueda ir a más.

¿CÓMO CONTROLAR LA IMPULSIVIDAD EN ADULTOS?

Existen algunos trucos psicológicos con los que se pueden llegar a ejercer cierto control de impulsos en las personas con impulsividad. A pesar de que estos métodos pueden ser muy efectivos, siempre es necesario acudir a un especialista en salud mental.

1.   Analiza tu comportamiento: Tomar conciencia sobre tus acciones puede ser un buen método para combatir la impulsividad y tus comportamientos disolutos. Para ello, evalúa tus pensamientos y sentimientos delante de las situaciones e intenta considerar cada una de sus consecuencias.
2.   Reemplaza los comportamientos impulsivos: Si en muchas ocasiones quieres realizar un acto impulsivo que te perjudique, es vital reemplazar esta acción por una actividad que sea más saludable. Por ejemplo, en vez de comer compulsivamente cada vez que sientas impulsividad intenta salir a correr para remediarlo.
3.   Practica meditación: La meditación es una buena manera de tomar conciencia de nuestro cuerpo y emociones. Por ello, esta práctica te ayudará tener más atención cuando salgan estas actitudes impulsivas en tu vida.
4.   Haz ejercicios de respiración profunda: La respiración profunda no sólo nos ayuda a lidiar con el estrés, sino que además puede ser una forma eficaz de dejar atrás la impulsividad. Esto es así gracias a que a través de la respiración se puede entrenar nuestra conciencia y llegar a detectar cuando surge la impulsividad.

TRATAMIENTO DE LA IMPULSIVIDAD

Existen diferentes maneras de abordar estas dificultades, pero lo que se ha demostrado que tiene más eficacia es un tratamiento combinado, entre tratamiento farmacológico y psicológico.
Por uno mismo rara vez desaparecen los síntomas, ya que suelen remitir cuando la causa se trabaja emocionalmente, y sin ayuda profesional suele ser muy complicado. A veces los síntomas fluctúan, pero esto dependerá del estado de ánimo de la persona y de las situaciones externas, no del locus de control.
Durante el tratamiento psicológico se centrará en detectar las insatisfacciones o lo que anda mal en la vida de la persona para poder trabajarlo y darle recursos para elaborarlo sin recurrir al acto compulsivo.
A pesar de que la impulsividad puede normalizarse en la mayoría de las situaciones de tu vida, la realidad es que este tipo de actitudes deben corregirse en la mayoría de los casos. No dejes que tus impulsos limiten tu

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