ME SIENTO MAL CONMIGO MISMO: ¿QUÉ PUEDO HACER?
Por Marta Menéndez.
Sabes cuándo te sientes mal, pero no quieres sentirte así, así que intentas no sentirte mal, pero eso es frustrante, y acabas en ese ciclo interminable de sentimientos negativos. ¿Es ese tu caso? Sí es así, la ciencia dice que sentirse mal consigo mismo cuando las emociones negativas te invaden no te ayuda a largo plazo. Más bien, la investigación ha demostrado la importancia de sentir las emociones cómo lo que son exactamente, en lugar de caer en la trampa de sentirse mal por sentirte mal.
Se ha demostrado que las personas que habitualmente aceptan sus emociones negativas experimentan menos emociones negativas, lo que se traduce en una buena salud psicológica. En este artículo de Psicología-Online, te contamos qué puedes hacer si en tu cabeza tienes el pensamiento de "me siento mal conmigo mismo: ¿qué puedo hacer?"
ME SIENTO MAL ANÍMICAMENTE: ¿CÓMO FUNCIONAN LOS MENSAJES NEGATIVOS?
Si uno de tus pensamientos recurrentes es "me siento mal conmigo mismo, ¿qué puedo hacer?", es posible que te estés enviando mensajes negativos sobre ti mismo. Mucha gente lo hace. Estos son mensajes que recibiste y con los cuales has ido construyendo tu autoestima desde pequeño a partir de muchas fuentes diferentes, incluyendo a otros niños, maestros, miembros de la familia, cuidadores, incluso de los medios de comunicación, y de los prejuicios y estigmas en nuestra sociedad.
Una vez que los has aprendido, es posible que estos mensajes negativos se hayan repetido una y otra vez, especialmente cuando no te sientes bien contigo mismo o cuando estás pasando por momentos difíciles. Puede que hayas llegado a creerlos, incluso puede que se haya empeorado el problema al inventar algunos mensajes o pensamientos negativos por tu cuenta. Estos pensamientos o mensajes negativos te hacen sentir mal sobre ti mismo y bajan tu autoestima. Algunos ejemplos de mensajes negativos comunes que las personas repiten una y otra vez a sí mismas incluyen:
• "Soy un idiota"
• "Soy un perdedor"
• "Nunca hago nada bien"
• "Nunca le agradaría a nadie"
• "Soy un torpe"
La mayoría de la gente cree en estos mensajes, no importa cómo de falsos o irreales sean, aparecen inmediatamente en las circunstancias correctas, por ejemplo, si recibes una respuesta equivocada piensas "Soy tan estúpido". Los mensajes tienden a imaginar lo peor de todo, especialmente de ti, y son difíciles de apagar o desaprender. Incluso, puedes pensar los mensajes negativos o decírtelos a ti mismo tan a menudo que apenas te des cuenta de ellos.
¿CÓMO CAMBIAR ESOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS?
Préstales atención y lleva una libreta mientras haces tu rutina diaria durante varios días y anota los pensamientos negativos sobre ti mismo cuando los notes. Algunas personas dicen que notan más pensamientos negativos cuando están cansados, enfermos o en épocas de mucho estrés.
TÉCNICA DE REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA
Además, intenta observar más de cerca los patrones de pensamiento negativos para comprobar si son ciertos o no. Es posible que desees que un amigo cercano o alguien profesional te ayude con esto. Cuando estés de buen humor y tengas una actitud positiva hacia ti mismo, hazte las siguientes preguntas sobre cada pensamiento negativo que hayas notado:
• ¿Es este mensaje realmente cierto?
• ¿Una persona le diría esto a otra persona? Si no, ¿por qué me lo digo a mí mismo?
• ¿Qué gano yo pensando esto? Si me hace sentir mal conmigo mismo, ¿por qué no dejar de pensar en ello?
También podrías preguntarle a alguien más, a alguien que te quiera y en quien confíes, si deberías creer en ese pensamiento sobre ti mismo. A menudo, el simple hecho de mirar un pensamiento o una situación bajo una nueva perspectiva ayuda.
ME SIENTO MAL ANÍMICAMENTE: PASOS PARA MEJORAR
El siguiente paso en este proceso es desarrollar declaraciones positivas que te puedes decir a ti mismo para reemplazar estos pensamientos negativos cada vez que te des cuenta de que los estás pensando. No puedes pensar dos veces al mismo tiempo. Cuando estás pensando en un pensamiento positivo sobre ti mismo, no puedes estar pensando en uno negativo. Al desarrollar estos pensamientos, use palabras positivas como feliz, pacífico, amoroso, entusiasta…
Evita usar palabras negativas como preocupado, asustado, molesto, cansado, aburrido, no, nunca, no puede... No hagas una declaración como "No me voy a preocupar más". En vez de eso, di "me concentro en lo positivo" o en lo que te parezca correcto. Sustituye "sería bueno que" por "debería". Utiliza siempre el tiempo presente, por ejemplo, "Estoy bien, estoy contento, tengo un buen trabajo", como si la condición ya existiera. Usa "yo", "yo" o "tu propio nombre".
Para controlar los pensamientos negativos, puedes hacerlo doblando un trozo de papel a la mitad del largo para formar dos columnas. En una columna escribe el pensamiento negativo y en la otra columna escribe un pensamiento Puedes trabajar para cambiar sus pensamientos negativos por pensamientos positivos de la siguiente forma:
• Reemplazar el pensamiento negativo con el positivo cada vez que te das cuenta de que estás pensando en el pensamiento negativo.
• Repetir tus pensamientos positivos una y otra vez a ti mismo, en voz alta siempre que tengas la oportunidad e incluso compartirlos con otra persona si es posible.
• Hacer papelitos o señales en las que aparezcan pensamientos positivos, colgarlas en lugares donde las puedas ver con frecuencia, como en la puerta del refrigerador o en el espejo del baño, y repetir el pensamiento varias veces cuando lo veas.
OTROS CONSEJOS PARA NO SENTIRSE MAL EMOCIONALMENTE
Lo primero que debes hacer es darte cuenta de que estás hablando negativamente de ti mismo. Si me digo a mí mismo "Nunca lo haré", el resultado es que dejo de intentarlo, porque ¿por qué debería molestarme? Por lo tanto, esos pensamientos negativos impiden que hagamos cosas nuevas y prosperemos como personas, es decir, interfieren en nuestra vida.
Segundo, hazte una simple pregunta. Si escucharas a un niño decir estas palabras, ¿cómo responderías? Como adultos con responsabilidades y experiencias, nos olvidamos de ser amables y alentadores con nosotros mismos. Si bien hay un momento y un lugar para conversaciones duras que verifican la realidad, el diálogo diario que tenemos en nuestras mentes debe centrarse en lo que es posible, y no en excusas por lo que no creemos que podamos lograr.
Por último, habla con alguien que te ayude a poner las cosas en perspectiva. La mayoría de nosotros tenemos a alguien así. Típicamente son mayores con más experiencia en la vida, como abuelos, padres… No estás buscando cumplidos en esta conversación. En vez de eso, le estás pidiendo a esa persona que te recuerde el panorama general o un momento en que pensó que las cosas estaban mal pero que realmente no eran o resultaron ser una experiencia de aprendizaje significativo.
Poner los pensamientos negativos en contexto nos ayuda porque nuestras elecciones y errores raramente son tan malos como pensamos que son. Crear ese giro positivo es motivador y nos prepara para el éxito.
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