¿SABES QUE SER PACIENTE TE HACE MÁS FUERTE? 10 CLAVES PARA TRABAJAR LA PACIENCIA.
¿Piensas antes de hablar? ¿Te frustras rápidamente? ¿Explotas enseguida? ¿Lo quieres todo ya? Quizás deberías aprender a ser paciente porque mejora tu bienestar y equilibrio emocional
POR CARMEN LANCHARES
Los tiempos nos están poniendo a prueba. Sobre todo a nuestra paciencia. Además, en el mundo actual, donde prima la inmediatez, ser paciente resulta difícil. Y por ello, desde la psicología exponen que esta es una virtud que se debería entrenar más, porque te permite afrontar mejor los obstáculos cotidianos así como conseguir grandes metas en tu vida. Merece la pena intentarlo, ya que, como asegura Sara Navarrete, directora del Centro de Psicología Clínica y de Salud de Valencia, la importancia de la paciencia en la vida es fundamental y desde su experiencia profesional ha observado que las personas pacientes tienen menos conflictos en su día a día porque son capaces de controlar sus impulsos y de que la emoción no domine sus respuestas o reacciones sino que lo haga la razón.
“La palabra paciencia deriva del latín patiens, el que padece o sufre, y es que afrontar la frustración de no recibir inmediatamente lo que necesitamos, nos enfrenta a uno de los mayores miedos del ser humano, por no decir el mayor: la incertidumbre”, explica Laura Palomares, psicóloga y directora de Avance Psicólogos. Ambas expertas nos ayudan a entender por qué ser paciente debería ser un valor en alza y nos dan las razones y las claves para mejorar nuestra paciencia.
¿QUÉ ES LA PACIENCIA?
La paciencia, dice Laura Palomares, es la capacidad de esperar y tolerar la incertidumbre, afrontando el sufrimiento de dicha espera de la mejor manera posible. En esta línea se pronuncia su colega Sara Navarrete: "es la capacidad que tiene una persona de sufrir y soportar adversidades, molestias o ausencias sin perder la calma. Ser paciente está relacionado con la no impulsividad, es una persona que no reacciona de forma rápida y tiene como un espacio para digerir las respuestas, analizar”.
LA IMPORTANCIA DE SER PACIENTE
Según Palomares, ser paciente es bueno porque nos hacemos más fuertes, más resistentes a la duda o a la frustración. En consecuencia, sufriremos menos. “También, prosigue, porque a veces la recompensa es mayor si se espera lo suficiente. Es bueno desarrollar el autocontrol y la capacidad de espera, con una expectativa ajustada y no idealizada o excesiva para no frustrarnos. Si no espero a que el fruto madure, me perderé muchas de sus propiedades y el disfrute del sabor en su punto de madurez”. Esto, declara esta psicóloga, ha sido fundamental en nuestra evolución, “desarrollar la paciencia nos ha permitido desarrollar mejoras y adaptarnos al medio”.
Para Sara Navarrete, si conseguimos pasar esa primera fase de impulsividad, activamos el lóbulo frontal, un área cerebral que nos ayuda a tomar decisiones acertadas. “Cuando yo soy impulsivo y no tengo paciencia es la amígdala, esa estructura la que reacciona y esa amígdala bloquea el lóbulo frontal que es el encargado de tomar las decisiones”.
¿POR QUÉ SOMOS IMPACIENTES?
Por un lado, dice Laura Palomares, a las personas nos cuesta afrontar la incertidumbre, si bien a medida que crecemos vamos desarrollando la paciencia y capacidad de espera, porque aprendemos que de esa forma solemos conseguir lo que necesitamos. Por otro, porque nos hemos acostumbrado a vivir en la inmediatez. “En una sociedad donde las nuevas tecnologías, las redes sociales y el acceso prácticamente inmediato a la información y a lo que necesitamos, está a golpe de un click, nos está haciendo más impacientes”, declara esta especialista
BENEFICIOS DE SER PACIENTE
En última instancia, las ventajas de la paciencia son, en opinión de Laura Palomares, el bienestar y el equilibrio emocional. “De algún modo, aclara, ayuda a desarrollar la confianza en el devenir y en las propias capacidades, y en nada significa que seamos conformistas o pusilánimes”. Según Sara Navarrete, otra de las ventajas es que la paciencia nos ayuda a prevenir la ira y la frustración, dos emociones negativas que atentan contra nuestro bienestar. “A través de la paciencia somos capaces de aprender a aceptar tanto aquello que se nos presenta de forma inesperada como de buscar las soluciones más adecuadas”. Y destaca cinco beneficios fundamentales de la persona paciente:
• Ser pieza clave en trabajo en equipo.
• Genera menos adicciones. “Por la experiencia nos hemos dado cuenta que los niños y adolescentes pacientes tienen menos riesgo de tabaquismo, drogas”-
• Menos episodios de depresión. Una persona impaciente al ser más impulsiva tiene más conflictos internos es más difícil que tenga ese equilibrio que marca la tranquilidad.
• La persona paciente suele saber con más precisión cómo actuar
• Baja los niveles de estrés, ansiedad
FACTORES QUE BOICOTEAN LA PACIENCIA
“No ser capaces de controlar el impulso, la baja tolerancia a la frustración y en ocasiones una baja autoestima o el no confiar en nosotros mismos y nuestras capacidades, pueden boicotear la paciencia”, señala Palomares. Hay muchas cosas que se escapan a nuestro control, y por eso, dice esta psicóloga, es importante desarrollar la tolerancia de frustrarnos hasta que se den las condiciones necesarias para alcanzarlo, pero también es importante esperar, para que lo que depende de nosotros y nuestras capacidades, dé sus frutos, porque éstos a menudo no llegan de forma inmediata.
LA IMPACIENCIA ALIMENTA EL ESTRÉS
Entrenarnos en la paciencia ayuda a reducir el estrés. “Si aprendes a gestionar las emociones angustiosas que generan la incertidumbre y el desasosiego de lo ansiado, puedes ser más feliz en la vida”, asegura la directora de Avance Psicólogos. Y es que, continúa, la impaciencia por lo general genera ansiedad y estrés que, a su vez, van a provocar un montón de pensamientos distorsionados e incluso catastrofistas que te harán sufrir y lo que es peor, te mantendrán en el estrés. No obstante, señala esta psicóloga, la impaciencia en ocasiones puede aportarnos la satisfacción de la inmediatez.
CÓMO CULTIVAR LA PACIENCIA SEGÚN LAS EXPERTAS
1. No exagerar. Esperar un minuto más en pensar, “pasar el semáforo en verde no va afectar en nuestra vida. Así que permitámonos ese minuto”, aconseja Laura Palomares.
2. Relativizar es fundamental. “Preguntarnos cómo de grave es realmente esperar y hasta qué punto esa espera puede merecer la pena, es, en opinión de Navarrete, la actitud principal para cultivar la paciencia”. Se trata, dice Palomares, de dar a las cosas la verdadera importancia que tienen.
3. Respirar, enfocarnos en la respiración y sentir esa pausa profunda.
4. Asumir responsabilidades. “En muchos casos, aclara Laura Palomares, no nos enfada la situación sino algo que hemos hecho”.
5. Ser coherente.
6. No ser tan exigente con uno mismo.
7. Pensar antes de hablar e incluso escribir. Según Palomares, esto ayuda muchísimo a digerir las emociones y baja la intensidad del día a día.
8. Aprender a vivir en el presente, desterrando las comparaciones con el pasado y anticipaciones sobre el futuro. Para esto el mindfulness puede ser una herramienta muy valiosa.
9. Diferenciar lo que depende de nosotros y está en nuestra mano, de lo que no. Lo primero se gestiona a través del esfuerzo. “Es fundamental entender que el esfuerzo es positivo” puntualiza Sara Navarrete. Se explica:”Desgraciadamente observo a menudo en niños y adolescentes la creencia interiorizada de que el esfuerzo es un fracaso en sí mismo, en lugar de un camino para alcanzar la meta, lo que en ocasiones les lleva a abandonar los estudios y mostrar una baja autoestima. Muestran una baja tolerancia a la frustración que les hace infelices, por lo que enseñarles que el esfuerzo es el primer paso para cualquier logro es muy importante”.
10. Lo que no depende de nosotros requiere del arte de la espera, de aprender a afrontar ese tiempo sin saber si lo deseado llegará o no, con una actitud que no nos haga sufrir, gracias a la relativización y a la búsqueda de alternativas o un plan b, en el caso de que no pueda ser.
AHORA, MÁS NECESARIA QUE NUNCA
Lo decíamos al principio, este año está poniendo a prueba nuestra paciencia. “Es aún más necesaria y también más difícil de mantener, ya que el grado de incertidumbre es muy elevado”, comenta Laura Palomares, quien refiere que cuanto más graves son las consecuencias de un hecho o situación, más difícil es sobrellevar la espera. Por eso, es importante tener en mente que la situación pasará, aunque no sepamos la fecha exacta. En la misma línea se pronuncia Navarrete. “Hay que asumir que no está en nuestra mano que esto se solucione pero sí podemos contribuir a llevarlo de la mejor manera. Así que toca esperar, confiar en el otro. Eso sí, podemos ayudar a que nuestra mente lleve mejor este periodo nutriéndola de tips positivos como; hacer deporte, pensar que esto pasará, relativizar el problema e intentar buscar el lado positivo de las situaciones que nos provoca”.
https://www.vogue.es/belleza/articulos/ser-paciente-te-hace-fuerte-10-claves-para-trabajar-la-paciencia