YO CONTRA MÍ.
Mis preguntas se repiten
como un eco inextinguible
mientras que las respuestas se enrocan
en un silencio impenetrable.
Así es imposible avanzar.
Sé que mis miedos –todos contra mí-
me boicotean,
que mi indecisión sólo es cobardía,
que callarme es prohibirme,
mi presente es un mal sueño
y el futuro será mi ejecutor.
Sé que encarcelarme en la quietud
es condenarme a muerte,
que la vida sin VIVIR no es VIDA,
que mi mente –cobarde y asustada-
no es mi aliada.
Sé bien lo que me va mal,
soy un teórico y no un experimentador,
y acumulo demasiados motivos para quejarme
cuando ya sea demasiado tarde.