APRENDE A DIFERENCIAR QUE HAY DETRÁS DE TUS DESEOS
Cuando comenzamos a transitar este fascinante mundo de la motivación, nuestra mente realiza un chequeo de todo lo que hemos vivido hasta ese día. Todos los hechos producen emociones, estas pueden ser negativas o positivas. Todo depende de cual aflore en el instante de abrir el baúl de los recuerdos. Pero ¿nos resulta fácil diferenciar entre motivación, deseos y necesidades?
Al principio, todo nos parece lo mismo. ¿Para qué sirve diferenciarlos? ¿En que nos ayuda saber los conceptos entre ellos? Al inicio de todo proceso, no nos cuestionamos que significa cada concepto, solo nos interesa realizar alguna transformación en las cosas que nos molestan.
Es lógico que no interesen esos conceptos, pero luego de cierto tiempo, cuando se ha profundizado en el tema, es imperioso saber diferenciar cada uno de ellos porque esto permite afinar el tipo de pensamiento en cada tema que se desea modificar y que termine de la forma que uno quiere.
Motivarse para transformar actitudes, comportamientos o pensamientos, implica que al principio, solo nos interese obtener resultados, sin que nos preocupemos que nos esté pasando. ¿Qué pasa cuando el rendimiento no es el que esperamos? Siempre se busca un culpable, nos cuestionamos todo. Esto no es culpa de nadie, sino que hay que aprender a diferenciarlos para que nuestra mente se enfoque correctamente.
Cuando enumeramos nuestros intereses, en realidad estamos estableciendo nuestros deseos, por ejemplo, querer mejores condiciones en la oficina o tener unas vacaciones sin problemas, son en realidad, deseos.
Si analizamos a estos deseos, hallaremos que detrás hay algo más, que son en realidad, nuestras necesidades. Ellas son los motores para que nos comportemos de determinada manera.
Las necesidades las podemos diferenciar en cinco grupos que son comunes a todos los seres humanos:
- Seguridad o el sentido de supervivencia
- Alimentación, vestimenta, etc.
- Sentido de pertenencia y el amor
- Alcanzar el respeto
-Lograr la libertad y controlar su propio destino
Cubrir todas estas necesidades, son las que determinan el comportamiento cotidiano de cualquier persona.
Vamos a dar un ejemplo para apreciar la diferencia que quiero establecer:
Iván trabaja todos los fines de semana desde su casa, no tiene descanso. Esto le molesta porque necesita dedicarle tiempo a su esposa. Ese fin de semana, decidió tomar unas mini vacaciones.
Si analizamos este ejemplo, a simple vista, Iván solo se quiere alejar de su trabajo. Si buscamos más allá de la apariencia, busca afianzar la relación con su esposa, o sea que nos lleva a una de las necesidades básicas, el sentido de pertenencia y al del amor. Si seguimos analizando, nos acercará a otra necesidad, al de libertad y control de su propio destino. Detrás de tener que trabajar los fines de semana porque se lo exige la estructura de su empresa, está la necesidad básica del respeto.
Después de establecer cuáles son las necesidades básicas que estás protegiendo, presta atención a tus emociones. Ellas son las alertas que tenemos, para cuidarnos de los sentimientos negativos que limitan el desarrollo personal. Si algo te molesta, observa que está detrás de esa emoción, porque te estará dando la pauta de que estas descuidando alguna necesidad básica. Este proceso es tu mejor aliado para descubrir tu ser interior.
(Ana Varik)