EL IGNORANTE NO NACE: SE HACE.
Los psicólogos aseguran que la prepotencia es el síntoma más claro del complejo de inferioridad, es decir, que si conocéis a alguien que cree que no hay nadie mejor que él mismo, está ocultando una inseguridad y un saberse inferior, tremendos.
Como decía Baltasar Gracián, "El primer paso de la ignorancia es presumir de saber".
Y ya se sabe que el sabio no necesita hablar para demostrar que es sabio.
Os pondré algunos ejemplos:
1. La ignorancia adquirida: Conozco a un hombre que dice que en el mundo solo hay dos tipos de personas: los tontos y los listos. Él cree estar en el grupo de los listos, pero con sus palabras y sus conclusiones sin sentido (sus pocas luces), demuestra estar en el otro. Su forma de clasificar a las personas es equivalente a las limitaciones de su pensamiento.
2. La crítica sin sentido: Hace poco, una mujer me juzgó y después me lo negó diciendo: "No te juzgo, sólo te digo lo que creo que haces mal". Me reí ante su incapacidad para darse cuenta de que es lo mismo. Esta persona se rige por sus prejuicios y creencias, del todo absurdos, basados en la crítica a los que no piensan como ella.
Ambos ignoran que en el mundo hay muchos tipos de personas diferentes entre sí y cada una de ellas, a su vez, es capaz de diferenciarse de sí misma en distintos aspectos. Ni todos somos iguales, ni debemos serlo. Y tampoco somos siempre de la misma forma. En el cambio está la perfección. Pero la ignorancia es muy atrevida. ¡Cuántos ignorantes ha habido en la historia del mundo! ¿Conocéis a alguno personalmente? Seguro que sí, todos hemos sufrido alguna vez la majadería y el dolor que causa. Lo peor es que el ignorante no nace como tal, (hay que diferenciar entre la persona que ignora y el ignorante) se hace a sí mismo con su forma obtusa de ver el mundo; con la envidia y el desprecio que siente por los que tienen otra forma de mirar y están orgullosos de hacerlo a su manera. Como cantaba Sinatra: A mi manera... (My way).
El ignorante es un manipulador que intenta (inconscientemente algunos, otros a propósito) sabotear la autoestima de aquellos a los que no entiende. Y no les entiende, porque no les quiere entender, porque tiene demasiado miedo a enfrentarse a la posibilidad de que el mundo sea diferente o mejor de lo que él cree. "Todo lo que se ignora, se desprecia", decía Antonio Machado, y él sí era sabio.
Ahora que sabes que, lo que oculta la prepotencia; la ignorancia adquirida; la crítica que no aporta nada; y los prejuicios; no es más que miedo y un gran complejo de inferioridad, el único paso posible es seguir siendo tú mismo. No hagas caso a quien te juzga o te infravalora, pues solo intenta robar tu dignidad, y tu mente es tan ilimitada, tan capaz, tan libre, y está tan llena de sabiduría, que jamás, por mucho que te esforzaras, podrías parecerte al ignorante.
"La mente es como un paracaídas, no sirve de nada si no se abre".
Mar Cantero Sánchez
Escritora, coach y asesora literaria
www.marcanterosanchez.com
