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 AHORA ESTAMOS CONSTRUYENDO EL PASADO.



Mayo 19, 2025, 05:17:26 am
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Desconectado antonio pina

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AHORA ESTAMOS CONSTRUYENDO EL PASADO.
« en: Mayo 19, 2025, 05:17:26 am »
AHORA ESTAMOS CONSTRUYENDO EL PASADO.

Vivimos bajo la ilusión de que el pasado es una entidad fija, cerrada, que nos precede con autoridad y nos condiciona con sus huellas. Sin embargo, una mirada más aguda revela una verdad más inquietante y profunda: el pasado no está detrás de nosotros, sino que se construye constantemente desde el presente. En cada decisión, en cada narrativa que adoptamos, en cada silencio que mantenemos, estamos moldeando el recuerdo de lo que fue. Ahora estamos construyendo el pasado.

LA MEMORIA COMO CONSTRUCCIÓN ACTIVA

La memoria no es un archivo polvoriento donde yacen los hechos, sino una narradora incansable que reescribe la historia según el contexto actual. Las memorias personales y colectivas se entretejen no solo con lo que ocurrió, sino con lo que creemos que ocurrió, con lo que elegimos recordar y lo que decidimos olvidar.
Cuando una persona rememora su infancia, lo hace desde la perspectiva del adulto que es hoy. Los traumas, las alegrías, las omisiones, todo se reinterpreta bajo una nueva luz. De igual modo, las naciones y las culturas reinventan su historia constantemente para adaptarla a las necesidades del presente. La historia que nos enseñaron ayer no es igual a la que enseñaremos mañana.

EL PRESENTE COMO ARQUITECTO DEL RECUERDO

Lo que ocurre hoy reconfigura la manera en que interpretamos lo que ya sucedió. Un descubrimiento científico, una nueva ley, una obra de arte, una revolución social: todos estos eventos reordenan las piezas del rompecabezas histórico.
Tomemos el ejemplo de movimientos sociales recientes que han puesto en cuestión estatuas, nombres de calles o celebraciones oficiales. Figuras históricas antes veneradas son hoy cuestionadas. Lo que cambia no es el pasado en sí, sino el marco con el que lo observamos. El presente redibuja los contornos de lo que fue.
Esto no significa falsificar la historia, sino comprender que toda historia es una interpretación, una selección, una forma de dar sentido al caos de los hechos. El presente no solo vive con el pasado, sino que lo edita, lo adapta y lo vuelve a contar.

EL ROL DEL LENGUAJE Y LOS RELATOS

Quien controla el relato del pasado, influye en el futuro. Las palabras que usamos para describir los hechos históricos no son neutrales. Decir “descubrimiento de América” no es lo mismo que decir “invasión” o “encuentro de mundos”. Cada término encierra una carga ideológica que configura nuestra comprensión.
Por eso, cada generación revisita la historia desde su sensibilidad, sus valores y sus luchas. Las novelas históricas, el cine, los ensayos académicos y hasta las redes sociales, todos son campos de batalla donde se disputa la memoria. No hay hechos puros; hay relatos que seleccionan, encuadran y dramatizan.

LA TECNOLOGÍA Y LA MULTIPLICACIÓN DE PASADOS

Hoy, con la proliferación digital, la historia se fragmenta en múltiples versiones. Existen más formas de registrar y divulgar lo sucedido: fotos, vídeos, publicaciones, comentarios. La historia ya no pertenece solo a los libros ni a los archivos oficiales; está viva en las redes, en los foros, en las voces que antes no tenían espacio.
Esto democratiza el recuerdo, pero también lo complica. ¿Qué pasado es el verdadero? ¿Cómo distinguir entre el hecho y la ficción? En este nuevo escenario, cada persona es, en cierta medida, un historiador de lo vivido. Y cada archivo digital que generamos, cada publicación que hacemos, está construyendo el pasado del futuro.

ÉTICA DEL RECUERDO

Si el pasado se construye desde el presente, entonces tenemos una responsabilidad. No somos meros testigos del tiempo: somos sus artesanos. Debemos preguntarnos qué estamos transmitiendo, qué voces elevamos, cuáles silenciamos.
Recordar no es sólo un acto intelectual; es también un acto ético. Elegir recordar a las víctimas, reconocer los errores, cuestionar los mitos, es una forma de justicia. Pero también lo es resistir la manipulación, la tergiversación y el olvido interesado.

CONCLUSIÓN: EL TIEMPO ES UNA OBRA EN CURSO

Pensamos que caminamos sobre un camino ya trazado, pero en verdad somos quienes colocamos las piedras sobre las que mañana otros caminarán. El pasado no es una herencia que recibimos pasivamente; es un artefacto en construcción, una obra en curso que se transforma con cada nuevo día.
Ahora estamos construyendo el pasado, y al hacerlo, también esculpimos el horizonte del futuro. La historia no es lo que fue, sino lo que decidimos que haya sido. Cada acto, cada palabra, cada silencio, cuenta.


 

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