¡CUÁNTO TIEMPO DE MI VIDA HE PERDIDO!
“Sintió algo tan decepcionante como haber malgastado en la rutina de una noria los pasos que podría haber empleado en un viaje inolvidable.”
(José Luís Alvite)
En mi opinión, este lamento del título es una reflexión y una queja que todos nos hemos hecho en algún momento de nuestra vida. A medida que nos hacemos mayores acumulamos más motivos para lamentarnos por lo que no hicimos cuando podíamos o queríamos hacerlo, de no haber dicho lo que queríamos decir, de no haber sentido más, de no haber reflexionado más, de no haber abrazado más, de no haber amado más…
Cuando uno es joven cree que nunca se hará viejo, que eso sólo les pasa a los abuelos y los padres, según se cree entonces; le parece que la vida es muy larga y que tiene por delante tanta que no es importante perder una parte o derrocharla. El tiempo, en realidad, es LA VIDA. No se pierde el tiempo, que parece que no es algo grave, sino que se pierde LA VIDA.
Cuando uno es mayor se da cuenta del incalculable valor del tiempo/vida, de su IRREPETIBILIDAD e IRRECUPERABILIDAD, de que él también se ha hecho mayor y se dirige hacia su final, final que cada día vislumbra con mayor claridad, y se da cuenta de que se le agota el tiempo/vida del que ha dispuesto.
El paso del tiempo/vida no se detiene, es algo que no depende de nosotros y que no para; sigue independientemente del uso o la atención que le estemos dando. Transcurre imparablemente. Se acaba. Se esfuma. Ya no vuelve.
Bronnie Ware, una enfermera australiana que trabajó en cuidados paliativos, preguntaba a todas las personas que ya iban a fallecer de qué cosas se arrepentían y este fue el resultado:
1) “Desearía haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí”.
2) “Desearía no haber trabajado tanto”.
3) “Desearía haber tenido el coraje de expresar mis sentimientos”.
4) “Desearía haberme mantenido en contacto con mis amigos”.
5) “Desearía haberme permitido ser más feliz”
Estas son unas cuantas lamentaciones a las que se pueden sumar otras más. Muchas más. El Tiempo de los Arrepentimientos –que llega sin falta en la vejez- es un tiempo largo y cruel, sobre todo porque no hay vuelta atrás, no hay segunda oportunidad. La tristeza y la pesadumbre, la aflicción y el remordimiento, están especialmente al acecho para inmiscuirse en cualquier pensamiento que tenga su origen en el pasado si ese pasado no se aprovechó bien cuando era presente.
Conviene que cada uno tenga muy claro su propio concepto de perder el tiempo/vida. Cada persona tiene su propia escala de valores y tiene la ocasión de hacer lo que crea conveniente. A veces, no hacer nada no es perder el tiempo sino que es invertir ese tiempo/vida en ocio o descanso. A veces, es necesario parar y dejar cualquier actividad externa para dedicarse al propio silencio interior, a la introspección, a la reflexión, al auto-encuentro y la calma, a la reconciliación con el verdadero yo.
Perder el tiempo/vida es mantenerse inconsciente de lo que pasa en la vida o estar inactivo, salvo que uno se dé permiso para hacer eso precisamente, en cuyo caso no está perdiendo el tiempo/vida sino que está haciendo lo que quiere hacer: nada.
¿Qué criterio aplicar a lo que es perder el tiempo/vida? Un criterio totalmente personal, propio. Si algo nos hace felices o nos aporta satisfacción personal, aunque no sea productivo, no es perderlo. Son la vagancia y la pereza, las distracciones y la procrastinación, la desatención y la falta de un proyecto de vida, quienes convertirán cualquier momento de vida en un momento desperdiciado.
Es interesante hacerse preguntas: ¿qué es lo que REALMENTE quiero en mi vida o para mi vida?, ¿qué me gusta?, ¿qué no quiero consentir?, ¿con qué siento que pierdo el tiempo?
Encontrar y aplicar nuestro sentido de la vida nos hará notar la satisfacción de hacer lo que queremos hacer, de disfrutar, de acercarnos a la plenitud. “El tiempo sólo se pierde si dejamos que pase sin sentido”. Si nos aporta algo, lo que sea, ya ha valido la pena.
No todos los instantes pueden ser explosivos, ni mágicos o deslumbrantes, pero si sabemos apreciar la sutileza y la maravilla de las cosas podremos tasar en su justa medida lo valioso que es perderse en una puesta de sol, mirar una flor, alargar un abrazo, el silencio y la paz interior, o amarse con un amor propio que prevalezca por encima de los reproches. Todo puede ser estupendo si somos conscientes de ello.
En este enlace te dejo un artículo puede ser interesante: APROVECHAR BIEN LA VIDA.
https://buscandome.es/index.php/topic,11522.msg13708.html#msg13708Te dejo con tus reflexiones…