CARACTERÍSTICAS DE LA MALA COMUNICACIÓN
¿Has visto los errores que cometes al comunicarte con los demás?
1. Hablar desde una postura defensiva.
En alguna ocasión, sentimos que la otra persona, al hablar "nos ataca". Y rápidamente, respondemos a la defensiva. Como dice el refrán que la mejor defensa es un buen ataque, por lo general, cuando nos sentimos atacados, heridos, respondemos contratacando. Si la otra persona nos está diciendo que algo de lo que hemos hecho, no ha estado bien, en lugar de reconocerlo, actuamos sin admitir ningún error. Si sentimos que la otra persona nos está marcando un defecto, cerramos los ojos a la realidad, no aceptando tener nada malo. Cuando nuestro interlocutor nos demuestra o nos dice que se siente mal, en lugar de reconocer sus sentimientos, en lugar de aceptar que podemos tener una parte de responsabilidad en cómo se siente la otra persona, respondemos criticando. Este fallo de comunicación, nos aleja de las personas y deteriora nuestras relaciones personales.
2. Culpar a los demás y ocupar el lugar de víctima.
Cuando surge un problema o una diferencia, cuando nos sentimos heridos o dolidos por algo, solemos culpar a los demás por ello. Empezamos nuestras conversaciones con un "Tú has hecho..." "Tú has dicho..." o "Tú no has hecho..."
Los problemas de comunicación en este aspecto surgen cuando la otra persona no se siente en absoluto la "culpable" de lo que nosotros le estamos "acusando". Es más, el ponernos en el lugar de la Víctima, no nos hace ningún favor en ningún caso. Ni en nuestra relación de pareja, ni con amigos, ni en nuestro trabajo. Adoptar una postura de mártir, de víctima inocente de las circunstancias, del mal trato de los demás, empeora las posibilidades de comunicación y de solución de conflictos.
3. Estar convencido de tener "la" razón.
Otro de los aspectos importantes donde fallamos en la tarea de comunicarnos, es en insistir en que los demás están equivocados y nosotros tenemos la razón. Defender a capa y espada nuestra postura o nuestra opinión suele ser el inicio de una discusión. No escuchar apenas lo que el otro dice, porque ya sabemos que opina diferente a nosotros es un error que puede terminar con una amistad de años.
4. Despreciar o humillar a la otra persona
Junto con defender nuestra "razón" a muerte, incurrimos en otro error fatal de comunicación que arruina matrimonios, relaciones con los socios o compañeros de trabajo y es el despreciar la opinión del otro. Cuando defiendo con demasiada vehemencia mi opinión, no estoy dando lugar al otro a disentir, a opinar de otra manera. Incluso, a veces, sin conocer la opinión de la otra persona, hacemos que se sienta obligada a callar para no demostrar que opina diferente, para no ser humillada o despreciada. Cuando hablamos de los demás y de sus logros con desprecio, tratando al otro como un fracaso. Las expresiones del tipo: "nunca haces nada bien", "siempre llegas tarde", "nadie podría confiar en ti", son dardos envenenados que lanzamos a nuestro interlocutor.
5. Actuamos de forma exigente.
Este error de comunicación, que suele ser habitual, pasa desapercibido para quien lo comete. La persona que no comunica bien, se siente herida, se siente ofendida, se siente dolida por los demás, se siente tratada de mala manera y se enfada porque los demás no actúan como "deberían" actuar. En su interior (y también puede exteriorizarlo) proclama que merecería ser tratada de mejor manera. Los demás son injustos por tratarle mal y no asume la parte de responsabilidad que pueda tener en este problema de comunicación. Encontramos en la otra persona una "cabeza de turco", un problema que la otra persona debe resolver y que a nosotros no nos pasa nada, cuando en una pareja, ambos podemos hacer mucho por mejorar la comunicación.
6. Negar que exista algún problema.
¿Cuántas veces tu pareja te ha preguntado “qué te ocurre”? y le has dicho: “Nada”... aunque en realidad SÍ pasaba algo? Insistimos en que no estamos enfadados, no estamos dolidos o no estamos tristes, a pesar de sí estarlo. Cargamos la sensación de frustración, sin sentido, porque creemos que decir como nos sentimos, no ayudará a resolver la situación. O a veces, pretendemos que la otra persona, ADIVINE, qué es lo que me pasa, qué es lo que ha hecho mal, sin tener en cuenta que no tendrá la misma perspectiva de la situación y puede que su conclusión sea muy distinta a la que nosotros hemos sacado.
7. Comunicar con sarcasmo o con agresividad pasiva.
No solo nos comunicamos con palabras que forman oraciones, también nuestros gestos, nuestros silencios y nuestro tono de voz forman parte de la comunicación. Muchas veces, podemos transmitir hostilidad que no reconocemos abiertamente, al hablar en forma sarcástica, o al usar cierto tono de voz. Y otras veces, poner caras, hacer gestos de desaprobación, callar, abandonar la habitación precipitadamente, dando portazos, también forman parte del mensaje que transmitimos.
8. Desviar el problema.
Otro fallo de comunicación grave se produce cuando, en ocasiones, en lugar de ocuparnos de lo que ambos sentimos en ese instante, en el momento presente, nos desviamos y volvemos al pasado, sacando a relucir una larga lista de quejas e injusticias que hemos sentido con anterioridad. Por lo general, cuando discutimos, no empezamos de cero, sino que llevamos el arma cargada. En la recámara tenemos cada pequeño detalle de desacuerdos que tuvieron lugar en el pasado, pero que no hemos resuelto, y con los que no hacemos más que echar más leña al fuego de la presente discusión.
9. Ayudar.
Otro fallo que solemos cometer es creer que quien nos cuenta sus problemas siempre lo hace buscando que le solucionemos la situación. En lugar de escuchar, de empatizar, de ponernos en su lugar y comprender como se siente, en lugar de prestarle nuestro hombro para que llore si así lo necesita, fallamos al intentar "resolverle" su problema, al creer que tenemos "la solución" para sus males. Con esto, corremos el riesgo de hacer sentir a la otra persona inferior, al ver nosotros soluciones muy "fáciles" para los problemas que la otra persona cataloga como "graves". Además, corremos el riesgo de sentirnos frustrados y no escuchados, cuando vemos que la otra persona no ha seguido nuestro consejo.
¿Has visto los errores que cometes al comunicarte con los demás? ¿Los has podido reconocer? Adelante, entonces, tienes la oportunidad de aprender y mejorar la forma en que te comunicas con los demás. Esto mejorará tus relaciones.
(Viki Morandeira)
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