MI AUTOESTIMA Y MI RELACIÓN DE PAREJA
La autoestima, por difícil que parezca creerlo, define la gran mayoría de nuestras vivencias y elecciones que vamos tomando a lo largo de nuestras vidas.
Una de tales elecciones se refiere, precisamente a cómo elegimos a nuestra pareja.
El valor personal que creemos tener se encuentra reflejado en la pareja tenemos.
La autoestima se ha convertido en un concepto muy trillado, y pareciera que todo mundo sabe de lo que habla, pero creo que es importante retomar el significado de la palabra.
Autoestima: es aquella sensación de valía para nuestra persona, independientemente de las situaciones que vivimos.
Está en estrecha relación con el autoconcepto personal, las capacidades que desarrollamos, así como de la sensación de certeza de poder salir adelante y resolver nuestras circunstancias de vida, con nuestros recursos.
Pero… ¿cómo se forma la autoestima?
La autoestima se va desarrollando desde que nacemos. Principalmente en la infancia y adolescencia es donde su estructura va tomando forma.
Tiene que ver con las relaciones con nuestros padres, el medio en el que nos ha tocado vivir, así como de nuestras características personales.
Es decir, la autoestima tiene que ver con cómo nos vemos y cuáles son las maneras de querernos a nosotros mismos.
La gran mayoría de los seres humanos, hemos vivido, por las razones que sean, con lentes distorsionados o etiquetas negativas, que a veces, es difícil borrarlas.
Es decir, los demás nos han visto bajo su cristal, y ahora, nosotros creemos o pensamos, que:
No somos dignos de amor…
Somos demasiado feos…
Poco inteligentes…
Estamos llenos de defectos…
Somos demasiado berrinchudos o enojones…
Poco agradables a los demás…
La autoestima es aquél sentimiento que tienes hacia tu propia persona, tus gustos, tu físico, tus intereses y, por supuesto, tus relaciones.
También está en relación directa con lo que te dices a ti mismo, acerca de ti: Siempre soy un tonto… Nada me sale bien…Tengo un pobre concepto de mí mismo…
Este diálogo interno determina de una manera seria el tipo de relación que estableces con una pareja.
Si de verdad crees que no eres digno de amor y de una buena relación de pareja… tienes razón.
Sí crees que te mereces una buena relación de pareja… también tienes razón.
Tus pensamientos y creencias hacia tu persona determinan tus sentimientos. Cuando piensas de una manera negativa hacia tu persona, seguramente te sientes deprimido, enojado, lleno de dolor y frustración. Esas son el tipo de pareja que vas a elegir, o en términos modernos, que vas a atraer hacia ti.
Es por ello muy importante que seas honesto contigo mismo y puedas darte cuenta realmente de quién eres, qué te gusta de ti, en qué eres bueno, cuáles son tus cualidades...
Y más allá de centrarte en lo que no eres, mejor trata de poner atención en lo que sí eres, porque sólo a partir de ahí podrás modificar tu visión de ti mismo y darte cuenta qué quieres y cómo deseas ser tratado en tu relación de pareja.
No es fácil batallar con las creencias negativas hacia uno mismo; pareciera que vienen tatuadas en nuestra personalidad. Se necesita un esfuerzo y un compromiso personal para poder salir adelante con ello.
Es más, piensa cuál es el clima emocional con tu pareja, ¿es una relación que te construye, que te lleva a ser mejor persona cada día, o se trata de una relación llena de dolor y agresiones?
Sí eres honesto contigo mismo, podrás comprender cuál es la cualidad de tu autoestima.
A veces, pensamos que la pareja, nos va a hacer sentir que valemos, que nuestra pareja, siempre nos va a hacer sentir dignos de amor, que sólo la pareja puede complementar nuestras carencias.
Nada más alejado de la verdad.
Sí yo no me quiero y respeto, en primera instancia, nadie, absolutamente nadie, ni mi pareja, me van a dar ese trato.
Por el contrario, la pareja, se vuelve un espejo nítido, que nos trata de la manera en la que se encuentra nuestra autoestima:
Sí acepto agresiones e indiferencias, quiere decir, que mi concepto como persona es para que me agredan.
Sí mi pareja no respeta sus compromisos conmigo y además tolero sus indiferencias, quiere decir, que mi persona no exige respeto y mucho menos un trato con dignidad.
Sí acepto que me controlen, quiere decir, que acepto que no puedo tomar mis propias decisiones.
Y así, hasta el infinito podríamos seguir una larga lista.
Lo más importante es que tú mismo detectes cómo te sientes con tu pareja, contigo mismo y con tu propia persona, así como con el trato que estás dispuesto a tolerar de tu pareja.
Sí consideras que no confías en ti, en tus decisiones, que siempre dudas acerca de tu persona y sentimientos, además de que crees que tienes que buscar a una pareja para que te de lo que tu no puedes darte a ti mismo… seguramente necesitas ayuda.
(Ana Giorgana)
