VENCER LOS TEMORES
Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mi mismo.
Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mí.
Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi mismo.
Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien otro comienzo.
Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia.
Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi mismo.
Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz.
Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.
Amigos, hagamos que nuestras vidas cada día tengan más vida.
A través de nuestros temores, podemos encontrar una gran riqueza, si dejamos de huir y escondernos en actitudes negativas y los enfrentamos.
Solo así valoraremos lo maravillosos que han sido cada uno de nuestros aciertos y desaciertos y que de alguna manera, sin darnos cuenta, cuando somos honestos con nosotros mismos, han sido el mejor regalo que la vida misma nos ha dado...la evolución del espíritu.
Solo teniendo plena conciencia de ello, del peso de los temores y sus nefastas influencias, dejarán de tener fuerza en nuestro interior y así avanzaremos hacia eso tan anhelado, como es la paz y la armonía en nuestra vida y en nuestras relaciones con los demás.
La Evolución Espiritual es también la auto-superación y el dominio de nuestra mente.
Con fuerza de voluntad todo es posible, es necesario transformar nuestros defectos en virtudes y sintonizar nuestra frecuencia mental con la frecuencia positiva de la naturaleza.
(David Zen)