¿Realmente existe… o es solo el deseo del ser humano de perpetuar la vida después de la muerte? El debate continúa…
Es una de las creencias más controvertidas, y más persistentes, de todos los tiempos, ya que aun quienes afirman no creer en ella… muchas veces sienten el gusanillo de la duda. Como en el chiste budista del joven que le dice a su maestro de meditación: ‘No creo en la reencarnación… ¡y tampoco creí en mi vida anterior!’.
Unos rechazan la idea de la reencarnación, ya sea porque no concuerda con sus creencias religiosas, o porque, siendo personas que rechazan el mundo sobrenatural o extrasensorial, la consideran una teoría completamente ilógica. Otros creen en ella justamente porque concuerda con sus creencias religiosas o espirituales. A estas personas les resulta perfectamente lógica la idea de que el alma no es finita, y que, de alguna manera regresa, encarnada en otra forma, después de la muerte física del cuerpo. ¿Dónde radica la verdad? El debate ha durado —y promete durar— siglos.
Los principios básicos
¿Qué es, en realidad, la teoría de la reencarnación? El término quiere decir, literalmente, ‘volver a encarnar’, y es la creencia de que, después de la muerte, el alma se separa del cuerpo para continuar en otra vida mortal. Según esta teoría, el alma es eterna, pero no la persona. Otra creencia, llamada metempsicosis, enseña que los pecadores suelen reencarnar en un animal o una planta. Es por eso que algunas tribus evitan comer ciertos animales, ya que creen que el alma de sus antepasados vive en ellos. Según estas creencias, una mujer o un hombre pueden reencarnar en su propio hijo, si mueren antes de que este nazca. En realidad, no existe una sola teoría de la reencarnación, sino muchas, según la cultura y la religión de un pueblo.
La creencia en la reencarnación es un fenómeno antiguo, ya que existe desde la época de los faraones egipcios, y muchos sugieren que incluso desde antes. Otras culturas antiguas, como la de los judíos, los persas y los sumerios, no creían en ella, por lo que edificaron magníficas tumbas para albergar los restos de sus muertos. Pero cuando el budismo apareció en la India, alrededor del siglo VII, otras culturas, como la griega y la romana, adoptaron esta creencia. Platón, por ejemplo, habla de ella en La República. Pero fue Pitágoras, posiblemente, el primer filósofo griego que promulgó esta idea.
La reencarnación está estrechamente ligada al concepto del karma, según el cual, el ser humano reencarna de acuerdo con su buen o mal comportamiento en la tierra. Si ha sido malo, podría enfrentar serias dificultades en su nueva vida, o reencarnar en un animal; si ha sido bueno, reencarnaría en un ser humano más elevado espiritualmente de lo que fue en su vida anterior. Es por esto que en las culturas orientales, la reencarnación no es vista como algo positivo, sino todo lo contrario: es una especie de castigo; una forma de expiar los pecados. Alcanzar el estado de paz y felicidad total, llamado nirvana, es escapar de la rueda de la vida, llamada samsara, que nos obliga a reencarnar continuamente, hasta que, con las buenas acciones, logramos purificarnos.
La regresión hipnótica
Actualmente, muchas personas que no practican religiones orientales, como el budismo, creen en la reencarnación, pues se ha convertido en una idea de místicos y promotores de filosofías New Age, como el concepto de channeling (permitir que una entidad sobrenatural se comunique a través de uno) y la regresión hipnótica para descubrir vidas pasadas.
L. Ron Hubbard, autor de Dianética, y creador de la Cienciología, es otro adherente de esta teoría. Según Hubbard, al morir la persona, el espíritu se halla sin cuerpo que lo albergue, por lo que permanece alrededor de la gente, hasta que encuentra a una madre a punto de dar a luz. En el momento del parto, el espíritu (llamado Thetan en esta religión), entra en el cuerpo del bebé. Hubbard jamás reveló cómo llegó a estas conclusiones. Pero posiblemente ninguna persona ha hecho más para propagar la teoría de la reencarnación que el Dr. Brian Weiss, autor de Muchas vidas, muchos sabios, la historia de su tratamiento de una paciente con múltiples vidas pasadas, a través de los siglos. Gracias a la popularidad generada por este best seller internacional, actualmente muchas personas invierten miles de dólares en sesiones privadas con practicantes de la regresión hipnótica. Incluso muchas se preparan, desde ahora, para reencarnar en algo o alguien específico en su próxima vida.
Todo esto hace que muchos se pregunten: ¿por qué, desde tiempos inmemoriales, el ser humano siente la necesidad de creer en vidas pasadas y en la posibilidad de reencarnar en el futuro?
Una explicación humana
El padre Jordi Rivero, sacerdote católico, ha escrito lo siguiente en el sitio de Internet
www.corazones.org: ‘Posiblemente la creencia en la reencarnación comenzó al querer aplicar al ser humano el ciclo que observaban en la naturaleza: el sol y la luna aparecen y desaparecen… las temporadas, el follaje, las flores… Así pensaron que el ser humano moría, pero regresaba en otro cuerpo’. De esta manera, además, los que creen en la reencarnación logran explicarse por qué algunas personas buenas sufren, mientras que otras que han hecho el mal son recompensadas con la buena fortuna. Esta aparente injusticia se debe a que ambas están recogiendo la cosecha, buena o mala, de una vida anterior. Para muchos, la reencarnación ‘explica’ sueños, recuerdos de vidas anteriores y sentimientos de déjà vu, que es la sensación de que hemos vivido algo anteriormente, que de otra forma son inexplicables para el ser humano promedio.
El Nuevo Testamento no es compatible con la teoría de la reencarnación, ya que la doctrina de la resurrección enseña que, después de la muerte, la persona vive, pero no en la tierra ni reencarnada en otro cuerpo, sino con Dios en la eternidad. De acuerdo con lo escrito en 2 Samuel, 14,14: ‘Todos tenemos que morir, y seremos como agua derramada que ya no puede recogerse’.
La razón científica
Los escépticos, muchos de ellos dentro de la comunidad científica, explican que las experiencias que ocurren durante una regresión hipnótica, y la sensación de déjà vu, tienen una explicación racional que tiene que ver con la estructura y los diferentes procesos del cerebro. Por ejemplo, el recuerdo de vidas pasadas podría deberse a un proceso normal, llamado criptomnesia, mediante el cual la persona adquiere información, quizás a través de un libro, o de una película, que olvida completamente… y que luego recuerda años o décadas después, como si ella hubiera vivido esa experiencia en carne propia.
Los escépticos se preguntan cómo es que todos tenemos varias vidas pasadas, cuando actualmente hay más personas vivas que en toda la historia de la humanidad. También señalan que, desde el punto de vista moral, tanto las personas bondadosas como las que no lo son, experimentan buena y mala suerte casi en igual medida, por lo que no tiene sentido la idea de que recibimos en una vida lo que cosechamos de la anterior.
Sin duda, es un tema controvertido, donde nadie tiene la última palabra. Al final, es una cuestión de fe.
(escrito por Giselle Balido)
