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 ¿QUÉ SIGNIFICA AUTO-ACEPTARSE?



Junio 28, 2012, 06:29:00 am
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¿QUÉ SIGNIFICA AUTO-ACEPTARSE?
« en: Junio 28, 2012, 06:29:00 am »
¿QUÉ SIGNIFICA AUTO-ACEPTARSE?


¿Por qué es importante aceptarse a sí mismo?
Porque la mayor parte de nuestro sufrimiento no está causado por lo que nos hacen o dicen los demás, sino por lo que nos hacemos nosotros mismos al compararnos, criticarnos, rebajarnos, insultarnos y estar descontentos por lo que no tenemos, es decir, al no aceptarnos.

La autoaceptación es uno de los elementos básicos para el bienestar físico, emocional y psicológico.


¿Que haces cuando te ves a ti mismo?

¿Te aceptas o te rechazas?


"No podemos cambiar nada hasta que lo aceptamos. La crítica no libera, oprime".
(Carl Gustav Jung)


LA AUTOACEPTACIÓN Y SU SIGNIFICADO.

Casi todos los aspectos de nuestra vida, están relacionados con nuestro nivel de autoestima y por lo tanto, de autoaceptación.

Sin embargo y a pesar de su importancia, con frecuencia tenemos un concepto equivocado de lo que esta palabra significa.

Aceptarse no significa decir:

    "Ni modo, así soy y no puedo hacer nada al respecto, este es mi destino". Esto es RESIGNARSE, no ACEPTARSE.

    "Así soy y el que me quiera bien y el que no, es su problema". Esta actitud puede reflejar rebeldía, enojo o soberbia, pero no aceptación.

    "Pobre de mí, que no tuve la suerte de nacer con las cualidades necesarias para tener éxito en la vida" Estas palabras indican una posición de víctima.

    "No podía haber evitado el problema o mi conducta, porque esta es mi manera de ser" Eso es irresponsabilidad.

Autoaceptación no quiere decir aceptar lo que eres sin hacer nada al respecto.
De hecho, es al revés.
Para cambiar, mejorar o manejar aquello que te causa problemas, lo primero que tienes que hacer es reconocerlo y aceptarlo, pero sin crear una relación de enemistad contigo mismo.

Aceptarme a mí mismo es dejar de pelearme conmigo mismo y con la vida, la suerte, Dios, el destino, mis antepasados, etc., por ser como soy.

Es decir con tranquilidad y satisfacción, pero sin emitir un juicio de valor:

"Mi cuerpo, mis sentimientos, pensamientos, deseos, conductas, hábitos, etc., son parte de mí, independientemente de que algunos me gusten y otros no".

"Son parte de mí, pero no son yo."

"Esta es mi realidad".

"Lo que es, es".

Es la habilidad de ver y reconocer las cosas tal como son, en este momento.

La autoaceptación se refiere a cualquier aspecto relacionado con el ser humano: su edad, su estado de salud, sus características físicas y psicológicas, etc.

Veamos un ejemplo de lo que significa reconocer la realidad.

Imagínate que tú y un amigo, están parados frente a una casa que está pintada de amarillo.
Esa es tú realidad en esos momentos:
La casa está pintada de amarillo.

Si la casa se ve bonita o fea de ese color.
Si debería estar pintada de otro color, si está bien o está mal, etc., son juicios de valor, subjetivos, que varían de una persona a la otra.
Lo único que es real, es el color de la casa.

Lo mismo sucede con las personas.

Una persona puede tener pelo claro, ojos cafés, nariz aguileña, tener sobrepeso, facilidad para las matemáticas y para relacionarse con las personas, dificultad para dibujar y para manejar un coche, etc., etc.
Esa es su realidad.

Si a él le gustan sus características o no, si sus familiares y amigos las aprueban o las rechazan, son conductas y juicios subjetivos, que no tienen nada que ver con la realidad.
Tienen que ver con sus propias experiencias, con los sentimientos y pensamientos asociados a lo que han vivido y con lo que han aprendido en el grupo social en el que se encuentran.


APRENDIENDO A RECHAZARNOS.

Con frecuencia, los padres tienden a:

    regañar a los hijos cuando actúan mal,

    compararlos con otros niños,

    ponerles metas difíciles de alcanzar,

    darles poco reconocimiento por lo que hacen bien, sobre todo si son actividades o conductas consideradas como poco importantes,

    enojarse con los niños si no son como ellos o como ellos hubieran querido ser,

    etc.


Independientemente de la forma en que los padres se dirijan a ellos directamente o hablen de ellos con otras personas, cuando se da cualquiera de las situaciones antes mencionadas, los niños se sienten rechazados por sus propios padres.

Es así como los pequeños concluyen, que si sus padres los rechazan ellos deben rechazarse también.

Más adelante, la sociedad establece niveles de perfección en casi todas las áreas de la vida, como meta para ser admirado y aceptado en los diferentes grupos sociales.

Niveles que no cuestionamos y que nadie puede alcanzar ni siquiera en una sola área, mucho menos en varias.
Son inalcanzables, porque el ser humano es imperfecto por naturaleza.
Pero si no aceptamos dicha imperfección, nos pasamos la vida tratando de alcanzar un ideal inalcanzable y devaluándonos por no lograrlo.


¿QUÉ HACER?

Independientemente de lo que hayamos vivido durante la infancia o la adolescencia, al llegar a la edad adulta, aceptarse a uno mismo se vuelve una elección personal.

El primer paso para lograrlo, es reconocer lo que nos gusta y lo que no nos gusta de nosotros mismos y dejar de regañarnos, criticarnos, devaluarnos, compararnos, etc. y enfocándonos mejor, en lo que queremos y podemos hacer al respecto.

En segundo lugar, dejar de pelearnos con nosotros mismos por ser así, viendo lo que no nos gusta, como conductas que presentamos y no como parte de nuestro ser.
Para ello es importante aprender a conocernos, sin tener miedo de vernos a nosotros mismos.
Es tomar consciencia y reconocer tu conducta, hábitos, pensamientos, sentimientos y tipo de personalidad, sin tener miedo de verte a ti mismo.

Te sugiero que hagas el siguiente ejercicio:

Haz una lista de todas, todas tus relaciones.
Utiliza una hoja para cada una de ellas.
Una para cada una de tus amistades.
Una para cada una de tus familiares.
Y así sucesivamente para cada una de las personas con las que te relacionas en el trabajo, en tus actividades personales, en las relacionadas con la salud, etc.

En cada una de las hojas escribe como título el nombre de la persona con la que te relacionas y escribe cómo te comportas con ella cuando estas contento, enojado, triste, cuando tienes prisa, cuando están solos, con otras personas, etc.

Puedes hacerlo en diferentes días, pero una vez que termines una hoja guárdala aparte y no la vuelvas a sacar hasta que termines con todas.

Después, toma nuevamente las hojas y una por una, pregúntale a cada persona que te describa lo más ampliamente posible, tanto lo positivo como lo negativo.
Si les cuesta trabajo haz una lista con todas las características que se te ocurran, positivas y negativas, con tres columnas, para marcar mucho, poco o nada y pídeles que las llenen de acuerdo a lo que piensan de ti.

A las personas que no les puedas pedir que te describan, contesta tú, como si fueran ellos lo que están contestando.

Una vez que tengas todas las hojas, revisa los resultados y saca tus conclusiones.
Lo más probable es que te des cuenta que:

    Vas a encontrar descripciones opuestas entre sí.

    Lo que significa que la percepción y opinión de la gente es subjetiva.

    Se basa más en lo que para ellos es importante que en lo que tú haces o dices.

    Tú te comportas diferente, con diferentes personas.

    Por lo tanto no se puede generalizar la conducta de la gente.

    Decir yo soy un enojón, es un error, porque no con todas las personas ni en todos los momentos me enojo.

    Si tus conductas varían según la persona, el momento o la ocasión, entonces no estamos hablando de tu esencia como persona, sino de hábitos, pensamientos, sentimientos, etc., aprendidos y que pueden ser sustituidos por otros.
    Por lo tanto puedes aceptarte como persona, sin calificarte en tu ser, en tu esencia y calificar aquellas características que aprendiste, que no te gustan y que puedes eliminar o modificar.





Psic. Silvia Russek
Lic. En Psicología Clínica.
Maestría en Terapia de Pareja.
Tel. 044 55 1924 9863 (Ciudad de México).
e-mail: bienestar.e@gmail.com

 

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