LOS BENEFICIOS DE LAS EMOCIONES POSITIVAS
LA FELICIDAD NOS HACE MEJORES
Las emociones positivas, entendidas en un sentido amplio, son la alegría, el interés por la vida, la satisfacción, el amor o incluso el perdón.
Están estrechamente relacionadas con el bienestar subjetivo; de hecho, la mayoría de las investigaciones concibe el bienestar como la presencia de emociones o afecto positivo y ausencia de afecto negativo.
A todos nos gusta estar contentos y satisfechos, pero los efectos de las emociones positivas no se quedan ahí. Según un estudio de Bárbara Fredrickson (1998, 2001), nos proporcionan otros beneficios importantes:
1- Amplían las posibilidades de pensamiento y acción en las personas: esto significa que favorecen un pensamiento más creativo, flexible y eficiente, así como más variedad de posibles comportamientos a la hora de solucionar problemas.
2- Amortiguan las emociones negativas persistentes: las emociones positivas y negativas son incompatibles, de modo que la experimentación de emociones positivas reduce la intensidad de las negativas.
3- Favorecen la resiliencia psicológica: el efecto amortiguador de las emociones positivas contribuye, asimismo, a que nos recuperemos de un modo más rápido y eficiente de las situaciones de estrés.
4- Protegen la salud: son conocidos los efectos del estrés en nuestro cuerpo: problemas cardiovasculares, digestivos, inmunológicos… Las emociones positivas, al protegernos de los efectos del estrés, también contribuyen a preservar nuestra salud física.
5- Nos ayudan a establecer vínculos sociales: compartir con otras personas experiencias positivas no sólo genera bienestar en el momento, sino que también favorece el establecimiento de vínculos duraderos. La sonrisa tiene un papel importante en ello, pues constituye uno de los facilitadores sociales más sencillos de utilizar en nuestras relaciones con los demás, incluso con desconocidos. (Pensemos, por ejemplo, en cómo nos sentimos cuando al subir al autobús el conductor nos recibe con una enorme y cálida sonrisa). Aún más: la persona que siente alto afecto positivo es más proclive a ayudar a los demás y a implicarse en tareas cooperativas.
Dada la cantidad de beneficios que las emociones positivas producen en nosotros y los que nos rodean, sería muy positivo aportar a nuestras vidas grandes dosis de alegría, realizando aquellas actividades con las que nos sintamos más satisfechos y plenos y poniendo amor en cada una de las tareas que emprendamos.
Y, por supuesto, regalando muchas sonrisas.
(Marta Corral)