CÓMO TENER AUTOESTIMA
Pilar Ondiviela Mínguez
Es lo que se preguntan muchas personas.
¿Por qué me valoro tan poco?
¿Por qué soy incapaz de conseguir lo que me propongo?
Muchos “por qué” buscan respuesta a la pregunta de cómo tener autoestima.
La autoestima la vamos desarrollando de pequeños, en la escuela nos enseñan a sumar, restar, los valores de nuestra religión correspondiente pero se les olvida lo más importante: transmitirnos humanidad.
A ningún sabio se le ha ocurrido que en vez de tantas clases que muchas veces no sirven para nada podrían dar clases de compartir, humildad y humanidad. Pero en vez de eso los mayores se esfuerzan por esconder la realidad a los niños y hacerles ver que el mundo es perfecto.
Si siempre te estás fijando en las desgracias de los demás para sentirte mejor y siempre que ves a los demás triunfando o con mucho éxito tú te sientes peor siempre vas a tener una autoestima pésima.
Empezando por el hecho de que si tienes una autoestima baja es porque te ocurre exactamente eso.
Si vivieras solo en el mundo sería muy difícil tener una autoestima baja, en ese caso sabrías cómo tener autoestima siempre.
¿Por qué?
Pues por qué tú serías el único ser en el mundo y por lo tanto serías siempre el mejor, no te podrías comparar con nadie y tu autoestima sería sana. Darías un salto y te sentirías orgulloso de ti mismo por ese simple hecho, porque sería único para ti: “Vaya, he dado un salto”.
Pero si en ese momento aparecieran 100 personas y saltaran más que tú automáticamente tu autoestima quedaría por los suelos porque: “vaya, si cualquiera salta más que yo, soy un mierda”.
¿Entiendes por qué no sabes cómo tener autoestima?
Por qué lo estás enfocando mal. Siempre habrá personas mejores que tú en cosas que haces, siempre.
Siempre habrá alguien más atractivo que tú, más sociable, que escriba mejor y un largo etcétera. A menos que seas tremendamente bueno, tu autoestima no se apaciguará y si has entrado en el bucle de una autoestima insana esto es difícil.
Porque si tú piensas que no sirves para nada te quedarás quieto en casa. ¿Para que entregar el currículum si no me van a coger? ¿Para que intentar conocer a Daniel si me va a rechazar? Y así se genera un bucle que te impide salir de esa situación.
Tienes que comprender cómo eres como ser humano y lo mucho que vales pero a la vez tienes que cultivar esa humanidad, humildad y generosidad que no te enseñaron de pequeño.
Yo jamás he tenido una baja autoestima en mi vida, jamás.
Y eso que he sido ultra tímido y anti social, incapaz de relacionarme con el sexo opuesto, que no se le daban nada bien los estudios y con una enfermedad crónica de las más peligrosas que existen.
Pero aun así jamás tuve una autoestima baja, al contrario, mi autoestima siempre ha sido alta. ¿Por qué? Por qué siempre me he comparado con los demás de forma positiva. Si Pepe era más sociable que yo no le envidiaba y odiaba, al contrario, me fijaba en él, intentaba hacerme su amigo y emularle.
Si Juan tenía unos padres ricos yo no le odiaba, me alegraba mucho por él y siempre le defendía cuando los demás niños envidiosos le criticaban por su riqueza.
Cuando las demás personas siguen gastándose todo su dinero en aparentar, yo me lo gasto en mi proyecto y colaboro económicamente con ONG’s que, aunque no es mucho, traslada ese gesto que hago aquí a diario: “el compartir”. Cuando aprendes a compartir, a ser generoso, empatizas y tienes humanidad es muy difícil que tengas una autoestima baja.
Dejas de ver a los demás como tus limitantes o que te hacen sentir peor, dejas de ver las desgracias ajenas como: “qué suerte tengo” sino como: “qué mala suerte, tengo que hacer algo”. Y todo esto te vuelve mejor persona y te sana la autoestima de una forma espectacular.
¿Nunca te has preguntado por qué los más famosos, que tienen tanta fama que se ven a si mismo como Dioses terminan muriendo de forma cruel y solitaria ya sea drogándose o suicidándose?
Aprendieron que ellos eran los mejores pero jamás aprendieron la generosidad y el compartir, el ver que en el mundo no están ellos solos sino que hay más personas y no solo para fijarnos en que están peor que nosotros, sino para empatizar y ayudar.