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 LA AUTOESTIMA - 4ª parte



Agosto 19, 2012, 11:39:25 am
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Desconectado Francisco de Sales

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LA AUTOESTIMA - 4ª parte
« en: Agosto 19, 2012, 11:39:25 am »

* Descuidos significativos de la propia persona: en la salud, en los deseos, en los proyectos, etcétera...

Muchas mujeres postergan sistemáticamente la consulta al médico, ya sea para un control o por problemas de salud, pero no hacen lo mismo con la salud de otros miembros de la familia. Si se trata de ellos, están siempre listas para encargarse de recordar fechas de vacunación y épocas en las que toca un control, de pedir hora, de acompañar, de insistir en la necesidad del cuidado y respeto a las indicaciones de los profesionales.

Tampoco son pocos los casos de mujeres que renuncian a todos sus derechos en una situación de divorcio -"Para que se termine más pronto" o "Para que no haya más problemas"- y una de las consecuencias típicas es que, a partir de ese momento, pasen penurias o dificultades económicas.

Tras el argumento de "Quiero terminar lo antes posible con este sufrimiento" se esconde a veces una actitud que atenta contra su nivel de vida, sentando las bases para un sufrimiento posterior mayor.

La creencia subyacente es que, en realidad, ella no merece nada, que el que ganó el dinero es su marido, que ella no tiene derecho a nada y que entonces es mejor dejar las cosas así...

* Una ubicación en la familia, y a veces fuera de ella, que podríamos llamar “la última en la lista”

El supuesto subyacente en los siguientes ejemplos es que las necesidades de los demás están siempre primero que las propias, pero no sólo porque se entrena a las mujeres para que sean altruistas, sino porque el valor que les asignan a los otros es superior al que se asignan a sí mismas.

- Lidia es escritora. Sin embargo, no puede cerrar la puerta del cuarto donde trabaja, para que sus hijos no la interrumpan a cada rato.

- Otra señora relata que cuando está haciendo cola para pagar en un banco y alguien se pone delante de ella sin respetar su turno, no le dice nada, porque total "ella puede esperar"...


 
    * Olvidos o postergaciones, a veces para siempre, de necesidades, fantasías o proyectos propios.

    * La Perpetuación de Vínculos de Desafecto, Maltrato o Abuso.

     

    El caso más habitual lo constituyen las mujeres golpeadas, aunque de ninguna manera son las únicas. Quien, pese a recibir patadas, puñetazos, cachetadas, quema duras, empujones, violaciones sexuales, insultos, amenazas, gritos, humillaciones, prohibiciones, desprecios, órdenes, venganzas sexuales, ocultamientos de las ganancias y/o inversiones, acusaciones, saboteos de cumpleaños o fiestas navideñas, impedimentos para que estudie y/o trabaje, mantiene la relación con el agresor, nos está diciendo que cree firmemente que hay razones para que ella no merezca vivir mejor.

    Muchas mujeres siguen tolerando, aceptando este tipo de conducta con la ilusión de que si ellas aguantan, todo mejorará mañana. Supuestos parecidos podemos encontrarlos en mujeres, madres, hermanas y/o novias de alcohólicos, de drogadictos, de jugadores, junto con la vivencia de ser egoístas si se conectan y defienden sus propias necesidades.

    *Las Inhibiciones de todo Tipo, Sostenidas por la Idea de que "No Voy a Poder"

    Es muy común escuchar que una mujer se declare incapaz "inepta" para manejar el dinero, para hacer un trámite bancario, para negociar la compra de un bien, para aprender a manejar un auto o para proponerse hacer un viaje sola.

    Como se puede notar, son todas situaciones vinculadas al "poder" en el doble sentido que tiene la palabra. Y, por lo tanto, son consideradas importantes.

    No es nada casual, entonces, que el tipo de inhibiciones que suelen presentar las mujeres se vincule directamente a aquellos aspectos de la vida para los que no fueron estimuladas ni enseña das, ni vieron tampoco a otras mujeres desarrollarlos. No suelen aparecer inhibiciones cuando se trata de hacer dormir a un niño, pelar papas o ayudar a un hijo en los deberes...

    Muchas mujeres viven sobreprotegidas por maridos que les resuelven todo, porque se sienten niñas o discapacitadas, e incluso los convencen eficientemente de que no pueden esperar nada bueno de ellas.

    Hablar en voz tan baja que apenas se la oiga; dejarse interrumpir con facilidad o dar a conocer pocas veces sus opiniones o pareceres son algunas formas de expresar, en la comunicación, lo poco importante que consideran sus palabras o pensamientos.

    Las muletillas pueden aparecer en toda clase de mujeres, aun en las que parecen muy seguras de sí mismas, que dan clases y se expresan muy bien...

    Hacer oír la propia voz tiene indudablemente significados diversos. Pero lo que quiero remarcar es que cuando una no tiene el propio permiso ni la legitimación para opinar, decidir, pronunciarse ni destacar su parecer, la voz no sale, o sale suavecita, inadvertida, insegura.

     

    * Las idealizaciones continuas de otras personas

     

    Éste es un mecanismo complementario de la desestima personal. Siempre son otras figuras, tanto hombres como mujeres, las dotadas de cualidades que ellas no poseen ni van a poseer. No sólo no les pueden reconocer ningún defecto, sino que tampoco pueden imaginar el trabajo que esas personas hicieron o hacen para ser como son o haber logrado lo que lograron.

    Muchas mujeres admiten que la presencia del marido las pone muy inseguras, y que en ese momento sienten que el que sabe mejor qué decisión tomar es él. O sea, cuando él está, el conocimiento, la destreza, la capacidad de elección le son inmediatamente atribuidas. Como muchas otras mujeres, actúa como si ella tuviera esos talentos prestados y se los devolviera cuando él está presente, como legítimo dueño. Con tribuyen así a la fabricación de supuestos ídolos, los que, a su vez, necesitan hacer grandes esfuerzos para sostener su imagen...

     

    * Maneras descalificadoras con que se refieren a sí mismas

     Ésta es otra típica expresión de subestima: la ligereza descalificadora de sí mismas les llamaría la atención en otra persona, pero es automática en la mayoría de las mujeres.

     

    - "Soy un escarbadientes."

    - "Soy un plomo."

    - "Soy una gorda fofa..."

    - "Soy una malhumorada y vuelvo locos a todos...

    - "Soy quejosa..."

    - "Me lo merezco..." [Por algo negativo].

    - "No soy agradecida..."

     

    * Las descalificaciones que hacen de otras mujeres, en general

     

    Si se presta atención a ciertas conversaciones entre mujeres, es frecuente oírles decir: "Las mujeres son unas envidiosas... "o "Las mujeres son muy competitivas..." o "Cuídate de las mujeres..." o "Yo con mujeres ni loca trabajo porque son muy manipuladoras e histéricas...". Lo hacen generalizando, sin referirse a una en particular sino a "las mujeres". Si se les pregunta en ese momento dentro de qué género se incluyen ellas, se produce una reacción de desconcierto, pues se las coloca en una situación dilemática: si se admiten como mujeres, quedan incluidas en la descalificación, y si hablan de las mujeres como de otro género, se deben reconocer como varones o por lo menos como masculinas...

    Cuando asumimos conscientemente nuestra pertenencia a un género, usamos el pronombre de la primera persona del plural: "nosotras", "somos", "creemos", "pensamos". Si no nos incluimos dentro de la generalización podemos decir "algunas mujeres", "a veces". Pero mientras digamos "las mujeres son..." quedaremos atrapadas en el dilema expuesto.

     

    * La intensidad con que se autocritican

     

    La lista de autocríticas de las mujeres podría llenar un volumen como éste. Abarcan cualquier aspecto de su vida, incluso aquellos que otras personas verían como positivos.

    Éstas son algunas respuestas de mujeres a la frase incompleta "Las cosas que no me gustan de mí misma son...":

   
    - mis inseguridades

    - sentirme difícil

    - ser gorda

    - mi  indecisión

    - mi reacción tardía ante algunos ataques directos o indirectos hacia mi persona

    - no me gusta ser dependiente

    - no poder hablar delante de personas a las que les tengo confianza o conozco bien (me da mucha vergüenza)

    - mis temores a realizar algunas cosas

    - mi manera segura de hablar

    *La dificultad para aceptar elogios, reconocimientos o regalos

     

    Es tan fuerte el desconocimiento que la mayoría de las mujeres tiene acerca de sus propios méritos o talentos, tanta la desconfianza acerca de que puedan tener algo bueno, que cualquier muestra de admiración por parte de alguien es puesta en tela de juicio: "Me lo habrá dicho para levantarme el ánimo" o "Quién sabe lo que quiere conseguir de mí..." Además, se sienten inseguras de poder defenderse bien de algún ataque envidioso.

     

    8.2 FORMAS DE PRESENTARSE A SÍ MISMA

     

    También es posible reconocer qué y cuánto valora una mujer d sí misma, en la manera como se presenta. Por ejemplo:

     

    - "Soy simplemente un ama de casa con chicos grandes. Tengo 28 años de casada."

     - "Soy alguien que me pongo pintura en las pestañas para ni llorar, porque tengo mi afectividad bastante lesionada."

    - "Soy una perdedora. Tenía un negocio y tenía un marido. Me metí de lleno en el trabajo y desatendí otras cosas. Venció el contrato y me quedé sin el pan y sin la torta."

     

    Es posible reconocer, como lo han hecho otras autoras (Sanford y Donovan, 1985), distintos estilos en las maneras de presentarse las mujeres:

     

    *La que se presenta diciendo todo lo que no es.

   
   * Las que al presentarse dicen: "No entiendo de números, no sé poner límites, no puedo con todo, no estoy dispuesta a trabajar 8 horas...". Cuando se la escucha, se termina con la fuerte impresión de que ella tampoco sabe quién o cómo es, sino quién no es. En sus interacciones verbales, a cada opinión de la otra persona ella responde comparándose, pero para volver a confirmar todo lo que ella no es.

     

    *La que naturaliza lo que es.

     
    Hay mujeres que se sienten buenas madres y buenas esposas, pero eso no tiene mucho valor para ellas porque lo consideran natural, que nacieron así... que todas las mujeres son así, entonces, ¿qué tiene de particular que su familia ande bien?

   

    *La que enfatiza todo lo que no le gusta de ella

     

    Es el tipo de mujer "puedelotodo", eficiente para organizar su casa, criar a sus hijos, ganar dinero, estar al día con la moda, el cine y los eventos políticos...

     

    Pero cuando habla de sí, suele hacerlo en estos términos: "Sé que soy tierna, linda y que soy buena madre, pero... ¡este kilo de más me tiene loca!". En ella, algo de sí misma que no le agrada adquiere la dimensión del todo y le impide disfrutar de lo demás.

     

    *La que se compara todo el tiempo con lo que fue, o cómo fue.

    *La que se presenta como reina, como teniéndolo todo desde afuera: marido, hijos, dinero, propiedades, viajes, etcétera

     

    Es una señora que se ve como una insatisfecha crónica, incapaz de gozar (según interpretaciones de su ex analista); se siente vacía, inocua, intrascendente.

     

    El valor de todo está afuera y no en ella. Recibe habitualmente comentarios del tipo: "No sé de qué te quejas" o “no sé por qué tienes esa cara de amargada...".

     

    *La que se presenta mostrando lo peor de sí.

     

    Es alguien que llega a la entrevista tarde, con un zapato roto, agitada, despeinada, tropezándose. Su primer comentario es para disculparse por la demora y para evidenciar lo preocupada que estaba porque la terapeuta tuviese que estar esperándola.

     

    Todo el acento de la presentación está puesto en su incompetencia, desorganización y maltrato a los demás.

     

    *La que hace todo lo necesario para pasar inadvertida.

     

    Es una mujer tímida, muy respetuosa. Dice no saber qué le ocurre, no darse cuenta de qué siente, qué le pasa. Que siempre pasa inadvertida, que no molesta a nadie y es muy observadora y atenta de las palabras, los juicios y las opiniones de los demás.

    Cuando va a una reunión social con su pareja, espera que él diga cuándo irse o le acerque una copa o le indique qué ropa ponerse, porque es muy criterioso.

     

    A las Mujeres nos Cuesta Valorarnos como Personas:

     

    *porque pertenecemos y estamos insertas en una cultura en la que el prototipo y el modelo a seguir para la gran mayoría de los casos es el impuesto por el varón;
   

    *porque somos miradas y evaluadas en comparación con el modelo masculino;

     
    *porque las diferencias con dicho modelo tienden a entenderse o interpretarse en términos de fallas, faltas, carencias de las mujeres;

     
    *porque la primera y más significativa figura de identificación es otra mujer que, a su vez, también tuvo o tiene importantes déficit en su autovaloración;

   
    *porque en nuestro proceso de socialización, se nos vedan sutil y sistemáticamente experiencias que implican autorreconocimiento, experimentación y el enfrentar dificultades;

     
    *porque gran parte de nuestras actividades son vistas como naturales y no como un trabajo o aporte especial;


    *porque desde que nacemos, se nos exige que demostremos que, pese a ser mujeres, valemos;

     
    *porque dentro de las prescripciones más significativas del ser mujer, figura el ser humilde, discreta, pasar inadvertida y no hacerle sombra al varón;

   
    *porque en función del entrenamiento que tenemos en el cuidado y atención de otros, el autoconocimiento nos resulta más dificultoso.

     

 

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