Vamos viajando por la vida veces sin un sentido, pero lo hacemos desde lo más profundo de nuestros ser hasta que la superficie llega allá donde estemos y somos; son viajes largos, a veces, y otros muy largos, pero de cada uno aprendemos a madurar y a ser lo que somos, porque en esos viajes nos damos cuenta de las puertas abiertas que tenemos y las cerradas, delos puentes que vamos construyendo y los que vamos destrozando por no saber cómo actuar, y por los miedos que tenemos a ser juzgados por otros.
Somos ciudadanos de un mundo lleno de bellezas creado por aquel o por aquello que siempre nos brinda la oportunidad de saber que lo formábamos todos, que no es un lugar de unos y de otros en el que no tenia que haber diferencias ni de colores ni de pensamientos, pero las hay, y son increíblemente grandes porque en el fondo nuestro egoísmo no nos da para poder amar y tolerar lo suficiente, porque preferimos la violencia en vez del diálogo, porque en vez de repartir sol solemos tener y tener y tener más y más, como si eso nos diese más felicidad; pero llega un momento en tu vida que te das cuenta de lo que es realmente importante, que todo lo que tenemos no nos soluciona los problemas, que si no somos consecuentes con lo que hacemos y no nos hacemos responsables de nuestros actos todo se convierte en un mundo hostil llenos de cosas menos bellas, pero aun así siempre hay personas suficientes que saben dar la vuelta a la tortilla y saben exponer sus ideas para cambiar y dar oportunidades, y enseñarnos a respetar lo más sagrado que es la vida en si.
Qué bello sería si diésemos siempre algo bello sin pedir el resultado, qué grande sería poder ser personas en las que se aprende unos de otros, porque el ser ciudadano del mundo te ayuda a ampliar culturas , a ampliar formas , a ser mejor porque tus sentimientos crecen ,porque conoces y vas dejándote empapara por lo bello, y vas dejando atrás las piedras que tantas veces tiramos no se sabe por qué, por los miedos,por la falta de información, porque parece que nos van a quitar algo que no es nuestro de por sí, no que es de la vida misma, porque somos seres todos y todos iguales y diferentes a la vez; todos buenos y todos menos buenos, pero todos podemos aportar algo que nos brinde la oportunidad de ser feliz cada uno a su manera y su forma.
Qué diferente sería si supiésemos mirar con los ojos del corazón, cuando al igual que nos mueve un balón dando vueltas por unos señores que dan patadas hiciésemos lo mismo ante cualquier circunstancia de la vida; cómo ganaríamos todos en vez de siempre añadir oscuridad al que tenemos al lado porque no sabemos o desconfiamos, o simplemente no dejamos que unos vean tras nuestras murallas y nuestros recelos, pero la vida demuestra que cuando queremos y sentimos de verdad podemos hacerlo, podemos brindarnos la oportunidad de colaborar, de ser personas, de gritar a los cuatro vientos que la vida es algo más de lo que se ve y se siente.
Qué de tapujos echamos cuando cerramos nuestro corazón a los que nos rodean , cuando vamos de víctimas en vez de aportar fortaleza y luz, cuando solo se quiere poder y protagonismo, y en el fondo nos da igual porque nosotros estamos bien, y los demás qué más da; pero siempre hay cosas que te hacen saltar, que te hacen vibrar, que te ayudan a seguir el camino, cueste lo que cueste, porque no pierdes el horizonte de tu vida, que será dura o menos dura pero es la que te ha enseñado a ser como eres y a saber los dones que tú tienes para reforzar y mejorar todo lo que te rodea y a ti misma.
Qué dolor es cuando se juzga, cuando no se sabe sentir, cuando te crees el universo del mundo, cuando los celos de la no confianza te llenan el alma, cuando tratas de dominar al que tienes al lado pero te das cuenta que la vida enseña a respetar, a dialogar, a tolerar, a ser luz y no sombra de lo que tienes alrededor, que eres mucho más importante que todo eso, porque en tu interior posees el gran tesoro de tu persona, de tu ser y de tu manera de mirar la vida.
Y hoy somos, estamos y queremos estar, y lucharemos por ello cueste lo que cueste.
EstheR SO, sé feliz.
(Esther Sánchez Orantos)